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Por ANTONIO GARRIDO / En el pleno del Ayuntamiento de Jaén celebrado ayer se presentó una propuesta del grupo municipal socialista, defendida por el concejal Carlos Alberca, que fue aprobada, para pedir a la Junta de Andalucía que Jaén deje de ser la única capital sin Cámara de Comercio e Industria, y se demanda que la promueva porque se trata de “una entidad estratégica para el tejido productivo de la ciudad”. El edil citado criticó la negativa del PP, leo en la información plenaria, y, más todavía, lamenta que la Junta no haya liquidado aún la anterior Cámara, una tarea “de apenas dos meses en la que llevan años”. El concejal, menos mal, se explicó diciendo que se trataba de una iniciativa en plan constructivo “porque la Cámara de Comercio nunca debió desaparecer”.

Por lo que se refiere a los populares, que votaron en contra, que para algo están en el poder, el portavoz, Manuel Bonilla, se excusó diciendo que la liquidación de la anterior Cámara no compete al presidente de la Junta, y abundó en que debe ser la iniciativa privada la que impulse el nuevo órgano cameral, por tanto el Grupo Popular apoyará la constitución de una nueva Cámara de Comercio “cuando legalmente sea procedente”.

Las ocurrencias en el Ayuntamiento de Jaén, y más en época de elecciones son clamorosas, a todos se les ve el plumero, especialmente, claro, a quienes han tenido responsabilidad política tanto en el Ayuntamiento como en la Junta. El caso es que Carlos Alberca no debe tener toda la información de las vicisitudes de la Cámara desde que desapareció de la escena hace nada menos que ¡nueve años! y todavía, al más puro “estilo Jaén” le seguimos dando vueltas a la noria, dando a entender que lo que persiguen son brindis al sol. Principalmente porque fue un gobierno socialista de la Junta, está publicado y se puede encontrar en las hemerotecas, el que reconoció no saber de qué manera liquidar la anterior entidad cameral, a pesar de que debió dedicar varios años al intento. O no, tal vez simplemente se trataba de dejarla morir, sin más.

Los mismos que no movieron un dedo en todos estos años, ni fueron receptivos a la existencia de una plataforma que nació y se mantuvo durante un tiempo tratando de encontrar apoyo político suficiente para resucitar la Cámara, que se lo pregunten a Manuel Barrionuevo, que la lideró con tanta ilusión y tuvo que abandonar desilusionado de tanta indiferencia política en general, son los que ahora solicitan que vuelva a existir. La de veces que en este blog lo he demandado, por considerar que es una herramienta fundamental de servicio al empresariado, y la tienen en Linares y en Andújar, pero los empresarios de la capital y de otras zonas de la provincia no se han podido beneficiar de sus actuaciones y programas. El PSOE en el Ayuntamiento no urgió el nacimiento de una nueva Cámara, es que recuperó el vivero de empresas, que era ya lo que le quedaba como sede, porque todo el patrimonio cameral se fue al traste en su día lamentablemente. Una pena, sobre todo por el recordado edificio emblemático de la calle Hurtado, con entrada también por La Carrera, con el que se quedó la Diputación. Una triste historia.

Por lo que respecta al Partido Popular, conviene recordar a los desmemoriados que cuando se encontraba en la oposición tanto dirigentes provinciales, como locales e incluso regionales se prestaron a dar solución inmediata al problema una vez que llegaran al poder. Han pasado cuatro años y han tenido la misma insensibilidad que cuando gobernaba el PSOE, ni antes en coalición de Ciudadanos, ni ahora en solitario, han hecho esta apuesta. Una de dos, o no quieren, o no saben. O las dos cosas juntas.   

No quiero pasar por alto que no fue un problema político, o no solamente político, el que propició el fin de la Cámara de Comercio de Jaén, aunque la supresión de la cuota cameral decidida por Zapatero resultó letal. La Cámara estaba mal dimensionada y la gestión tampoco le acompañó. De todos modos no vale la pena volver al pasado, pero los responsables públicos deberían tener toda la información y no esperar a los tiempos electorales para hacer un poquito de demagogia. La verdad, y este tema lo tengo muy analizado, hay numerosos artículos en tantos años dedicados en exclusiva a esta cuestión, que me duele que se saque estratégicamente y sin pudor por los que en su día pudieron mover hilos y permanecieron callados ante un hecho que ha afectado gravemente a la capital y a su tejido empresarial.  

La última vez que recuerdo que la Cámara de Comercio fue protagonista en un pleno del Consistorio fue el pasado año, una moción del entonces grupo de no adscritos, liderado por María Cantos, en la que una vez más se volvía a demostrar que ninguna de las administraciones que operan en esta capital tenían voluntad política por recuperar la Cámara de Comercio, tan demandada por los empresarios, especialmente los más activos y emprendedores. Y no es que los grupos estuvieran en contra de la Cámara, que en la mayoría de los casos no ha sido así, para ser justos, pero en aquella ocasión, como ocurre ahora,  siguen al dictado las consignas de los partidos, como siempre el verdadero cáncer de Jaén, y no se mueven por la defensa de los intereses generales.

La moción a la que aludo y recuerdo presentada por los concejales no adscritos pero que formaron parte de Siempre Jaén, hoy fuera del Ayuntamiento, como es bien sabido, demandaba que no se pierdan los recursos económicos que se canalizan a través de las entidades camerales en beneficio del sector empresarial. Fue defendida por Bruno García y la portavoz del grupo, María Cantos, se lamentó, muy contrariada, por lo difícil que resulta en esta capital sacar temas adelante que son vitales para el desarrollo económico.  

El caso, y es a lo que voy, es que el grupo de los no adscritos, o Siempre Jaén, se quedó en solitario con su moción, rechazada por el resto de grupos. El PSOE, reitero, porque fue el partido que decidió poner fin a la Cámara, pero que en sus funciones de gobierno no supo cómo hacerlo y tuvo años para intentarlo, porque esta historia empezó en 2014, no fue ayer. El PSOE no supo o no quiso, pero el PP, que había prometido que cuando llegara al gobierno andaluz, como así fue, sería una de sus prioridades, se olvidó, además de que tampoco ha encontrado la fórmula para cerrar de una puñetera vez el lamentable episodio de la antigua Cámara y propiciar una nueva que nazca pujante y con un control estricto para que no corra la misma suerte de la anterior, en la que además de la falta de control de la Junta, como institución tutelante, había una responsabilidad de los dirigentes, y los perdedores, han sido los 37.000 empresarios de la provincia que potencialmente podían salir beneficiados con las ayudas. Y por encima de todo la capital, olvidada por completo de ese dinero perdido, que me aseguran se trata de cantidades bastante elevadas, para hacer frente a muchos proyectos, pero nadie ha mostrado la menor preocupación por ello.

La posición del Partido Popular ha cambiado poco, es la de que Jaén necesita una Cámara de Comercio fuerte, pero que hay que ser prudentes para que se produzca la extinción de la anterior. Debe parecer poco tiempo nueve años, podemos aguantar otros tantos, mientras miramos a las estrellas y vemos pasar el tiempo. Dicen más los populares, que una vez llegue el momento tendrán que ir todos a una para crear la nueva Cámara. Voluntarismo, pero poco más. Lo que dijo en su día María Cantos es fácil de ser compartido y es que muy probablemente esta triste experiencia sufrida por los empresarios de la capital y también de 94 municipios, porque Linares y Andújar sí tienen sus propias cámaras, no se hubiera permitido en otros territorios de Andalucía. En Jaén todo es más fácil, y en este asunto, además, aparte de la asociación “Renacer” que se movió lo indecible, hasta que se cansó o la cansaron, tras varios años llamando a puertas y encontrando buenas palabras, pero a la postre la más terrible soledad.

El PSOE dijo entonces NO y por parecidas causas PP se abstuvo, naturalmente el apéndice de Ciudadanos votó con el alcalde. El resto se hizo en el Parlamento con la Ley de Cámaras, el sector empresarial estima que ahí llegó el rejón de muerte. El voto negativo de Podemos en ese pleno del pasado año es entendible dentro de su estrategia y la abstención del PP, repito, es un quiero y no puedo para no salirse de lo políticamente correcto.

He escrito de este asunto hasta la saciedad, pero añado que una Cámara de Comercio potente en la capital, en este momento, sería una tabla de salvación empresarial. Es verdad que la antigua Cámara dejó trampas, pero no es menos cierto que con la nefasta política seguida por la Junta con el PSOE y con el PP, que venía a resucitarla, ha perdido la economía de Jaén, ha perdido Jaén. Suma y sigue.

Foto: El Vivero de Empresas fue el último edificio del que pudo servirse la extinta Cámara de Comercio de Jaén.

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