Skip to main content

 

Se cumple un año de la toma de posesión, el 30 de noviembre de 2015, de Javier Márquez, como nuevo alcalde del Ayuntamiento, que tras las últimas elecciones municipales arrojaba la composición que actualmente tiene el Consistorio. Un total de 27 concejales repartidos así: 12 para el PP, 9 para el PSOE y 3 cada uno para Ciudadanos (ahora no inscritos y separados, es decir, dejaron de ser un trío) y Jaén en Común.

Varios hechos han tenido especial significación en este año que se cumple. En primer lugar la estampida del que fue elegido alcalde, José Enrique Fernández de Moya y la llegada al cargo de quien era candidato ‘in pectore’, Javier Márquez. Por otro lado la decisión de los tres exconcejales del partido de Albert Rivera de abandonar la disciplina de esa opción política e integrarse como “no adscritos” luego de romper relaciones con la dirección andaluza de Ciudadanos y de enviarse mensajes no precisamente de afecto. 

En todo este tiempo la tensión que ha mantenido en vilo el Consistorio, como no podía ser de otra manera, ha sido la crisis económica. Al constituirse la Corporación los grupos municipales reiteraron su disposición al diálogo para tratar de encauzar la solución para este grave problema que trasciende al propio Ayuntamiento, para convertirse en la primera de las preocupaciones de la ciudad, porque no se puede invertir ni un euro y ya ha costado sacrificio a las familias. Como siempre, los vecinos pagando la factura de las irresponsabilidades varias de sus dirigentes.  

No es entendible que vista la situación extrema se haya estado hablando continuamente de ruina, pero no se haya acudido aún, pasado un año, a medidas estructurales y el gobierno local se haya conformado con una sucesión de operaciones de crédito que es público y notorio que son pan para hoy y hambre para mañana. Porque la realidad es que la deuda ha ido creciendo y dicen que ahora anda por los 700 millones de euros, que además de ser la más grande de los ayuntamientos españoles, en proporción a los habitantes, ha tomado unas dimensiones que hacen cada vez más complicado asumir el reto de darle una solución. De hecho el gobierno local ha aprobado hace unas fechas, a duras penas, un plan que le demandaban el Ministerio de Hacienda y la Junta de Andalucía, para tratar de abandonar el dramático panorama, pero sinceramente dicho plan parece poco creíble y además castiga a los jienenses a pagar durante cuarenta años la hipoteca que es el resultado de muchos años de alegría municipal, de irresponsabilidad y de tirar la casa por la ventana.

Los partidos representados en el Ayuntamiento, ante esta contundente realidad de encontrarse en la Unidad de Cuidados Intensivos, en estado muy grave, se siguen culpando del origen de la deuda y de su ascendente deriva. Todos sin excepción consideran que el Ayuntamiento se encuentra en “fase terminal”. El alcalde ha demostrado un buen talante político y personal, pero en la encrucijada en la que se encontró al Consistorio no le fue posible hacer milagros y le ha tocado aguantar el chaparrón, aun a costa de exponerse a un cierre patronal por ruina. Lo cierto es que no se ha actuado con firmeza, sí ha habido algunas afirmaciones tajantes y crudas en algunos momentos, pero ha pasado un año desde la toma de posesión y estamos en el mismo lugar en el que estábamos.

Ha habido cosas que han cambiado a mejor en este periodo, hay que decirlo con franqueza. No le vamos a echar la culpa de todos los males anteriores a Fernández de Moya, pero en la ciudad y el Ayuntamiento, sobre todo en plenos, se respira de otra manera. Ya sabíamos que Márquez, por cierto una buena persona y que está aprendiendo rápido a ser político, que lo era poco, no llegaba al cargo con una varita mágica para de la noche a la mañana solucionar los grandes retos de la ciudad, pero solo con la bondad por desgracia no se resuelven los problemas y tras este año en blanco para las asignaturas pendientes, el alcalde tiene el deber de mover ficha para orientar la salida a los grandes problemas, aprovechando el cambio que se ha experimentado en aspectos como el diálogo y la comunicación con el resto de las administraciones gobernadas por los socialistas, casos de Diputación y Junta de Andalucía, con las que el Ayuntamiento está condenado a entenderse.

En fin, pasado un año son tan pequeños los avances que existe la sensación de que en esta ciudad no solo no ha cambiado nada sino que algunas situaciones, como la economía, el panorama se ha agravado considerablemente. Y lo peor es que da la impresión de que nadie se da por aludido y la inercia continúa como si se esperara lo irremediable, porque de lo contrario se notaría la reacción, cuando en algún ámbito se dan situaciones de extrema gravedad normalmente hay signos y manifestaciones que lo delatan, aquí no, por lo que creo que algunos desde fuera sufrimos la impotencia más que los de dentro que son los responsables.

En fin, el panorama que se vive en el Ayuntamiento lo conocen a estas alturas los ciudadanos. Las complicadas relaciones del gobierno local con la oposición, sorprendida por las operaciones financieras, una detrás de otra, siquiera sea para malvivir; la dificultad para hacer presupuestos porque no cuadran las cuentas, por mucho que se hagan las del gran capitán; la falta de dinero para inversiones, por tanto cada llegada de fondos es una fiesta en la institución municipal…

El grado de dificultad, pero sobre todo la asfixia económica, ha estado a punto de propiciar que el alcalde Márquez decidiera también, como su antecesor y amigo, abandonar el barco, pero creo que ha encontrado el compromiso de Fernández de Moya, ya secretario de Estado de Hacienda, a la derecha de Montoro, para tratar de encauzar el delicadísimo estado económico del Consistorio. Ni siquiera ha sido viable meterle mano al dichoso tranvía que sigue estando en punto muerto. No ha fraguado un acuerdo visible del PP con algún grupo de la oposición, a excepción de flirteos con los no inscritos, que habrá que ver cómo se desenvuelven a partir de ahora. Uno de los asuntos que ha enquistado la relación entre los grupos ha sido el hábito de llevar a cada pleno aprobación de operaciones de tesorería para hacer frente a las responsabilidades municipales, empezando por las propias nóminas del personal. Por otro lado, a pesar de que las cuentas no cuadran, queda descartado por completo el capítulo de bajas en la plantilla.

 
(Me permito incluir a continuación la crónica que escribí el 30 de noviembre de 2015, tras el pleno municipal de relevo, para entender mejor la situación municipal)

 

CRÓNICA DEL 30 DE NOVIEMBRE de 2015

 

UN ALCALDE CON LA LECCIÓN APRENDIDA

 

PREVISIBLE.-Alrededor de una hora ha durado esta tarde el pleno extraordinario del Ayuntamiento para la elección del nuevo alcalde. Se ha desarrollado conforme al guión previsto, ambiente de gala en el salón de sesiones, y abrazos, gestos, sonrisas, felicitaciones…y un nuevo alcalde que alternaba su rostro de felicidad y miradas cómplices hacia las personas más próximas, con algunos gestos de seriedad, sin duda abrumado por las responsabilidades que se le vienen encima.

Lo más destacado de la sesión, a mi juicio, el discurso improvisado del nuevo alcalde, Francisco Javier Márquez Sánchez, da la impresión de que tenía unos apuntes que ni miró en alrededor de media hora de intervención, lo que sin duda quiere decir que llega al cargo con la lección muy bien aprendida.

Tampoco defraudó en su intervención, cercano, presentándose como un alcalde para todos, amigo de elevar el debate político para que no tengan sitio el espectáculo o el insulto. Ha sido una intervención medida y sintomática del nuevo tiempo. Los portavoces de la oposición, cada uno a su manera, han estado a la altura de las circunstancias, tanto Manuel Montejo (JeC) como Salud Anguita (Ciudadanos) o Manuel Fernández Palomino (PSOE). La votación, desarrollada con el fondo de un silencio sepulcral, ha arrojado el resultado que se esperaba, eso sí, una vez producida la renuncia de la número 2 en la lista del PP, Reyes Chamorro, que era paso obligado para elegir al siguiente de la candidatura. Márquez salió elegido alcalde como cabeza de la lista más votada (12 concejales). PSOE y JeC votaron a sus candidatos y Ciudadanos con sus tres concejales votaron en blanco para favorecer la elección, tal y como hicieron en el pasado mes de junio de 2015.

Pleno excepcional también por la presencia de invitados, desde el presidente de la Diputación hasta el rector de la Universidad, pasando por la delegada del Gobierno, subdelegado, y otras autoridades civiles y militares. También se encontraba en la sala, sentado junto al ya exalcalde, Fernández de Moya, el presidente regional del PP, Juanma Moreno. Y además los exalcaldes José María de la Torre, Alfonso Sánchez Herrera y Miguel Sánchez de Alcázar.

Francisco Javier Márquez es el séptimo alcalde del periodo democrático, tras Emilio Arroyo, José María de la Torre, Alfonso Sánchez Herrera, Miguel Sánchez de Alcázar, Carmen Peñalver y José Enrique Fernández de Moya.

Pasamos a resumir las intervenciones habidas por parte de los cuatro intervinientes:

 

JeC: MOMENTO PARA LIDERAR.-El portavoz de JeC, Manuel Montejo, aprovechó para criticar al alcalde saliente y a la que ha considerado su huida en un momento en el que a su juicio la ciudad iba a peor “y lo que deberíamos estar debatiendo hoy es un plan de rescate”. Ha dicho que el inminente futuro no se puede escribir sin un claro sentido de la responsabilidad en gobierno, oposición y vecinos. También ha recordado que la gran deuda del Ayuntamiento ha sido posible por los sucesivos equipos de gobierno. “Ahora debemos ir juntos a Madrid, a Sevilla y donde haga falta para reclamar la ayuda que necesita esta ciudad”, ha insistido el concejal antes de recordar que el paro y la vivienda son los dos problemas más urgentes. Por último ha defendido que a pesar de las dificultades, este es un momento para liderar la ciudad, ponerse al frente de la situación y dar a Jaén una oportunidad de futuro.

 

CIUDADANOS: NO A LOS SILLONES.-La siguiente en intervenir, también en su mejor tono, ha sido la portavoz de Ciudadanos, Salud Anguita, que se ha referido a la necesidad de no perder el tiempo en otra cosa que no sea sacar a Jaén de la situación en la que se encuentra. Lo ha dicho aún más claro, hacen falta en su opinión “propuestas a cuatro”, en alusión a los cuatro grupos municipales. También ha señalado que tienden su mano al nuevo equipo de gobierno y a un  alcalde que asume una enorme responsabilidad, pero ha aclarado asimismo que la participación y ayuda para que la ciudad avance no se hará a cambio de sillones ni concejalías, sino mediante una oposición constructiva.

 

PSOE: HAY TANTO QUE NOS UNE…Muy conciliador y constructivo asimismo el discurso de Manuel Fernández Palomino, portavoz socialista, destacando la presencia de autoridades de distinto signo como una señal inequívoca de lealtad institucional en este nuevo tiempo. A su juicio Jaén se enfrenta a una gran oportunidad en la que se precisa una inyección de confianza y autoestima, todo ello en una situación que no hay que olvidar es de una gran dificultad. Más aún, definió el momento como el del honor y la responsabilidad, donde es imprescindible contar con soluciones, compromiso, acogida,  cariño…Ofreció la responsabilidad de su grupo, convencido de que es hora de salir del frío (la angustiosa situación) para buscar mejores horizontes. Ha hecho referencia a la necesidad que tiene el Ayuntamiento de relacionarse con otras instituciones públicas, representadas en el acto, con lo que supone de cambiar la confrontación por las oportunidades. Entre otras cuestiones ha urgido la puesta en marcha de un plan de choque contra la pobreza y en la relación de los corporativos “buscar lo que nos une y hay tanto que nos une…”, para terminar deseando suerte, trabajo y acierto al nuevo regidor, al que varias veces llamó simplemente por su nombre, Javier.

 

ALCALDE: ORGULLO FRENTE A APATÍA.-Y como decimos al principio brillante discurso del nuevo alcalde, sin papeles, que parecía salido todo él directamente del corazón. Empezó con una anécdota en la que recordaba a su padre y algunos amigos, en una clara defensa de lo importante que es respetar a los que tienen otra opinión distinta. Ha dicho que la elección de un alcalde es una muestra de la solidez de la democracia, para abundar en que hay muchas cosas que unen a los 27 concejales, el amor a Jaén y el respeto por los derechos fundamentales recogidos en la Constitución. Después ha explicado que Jaén tiene una larga historia a sus espaldas, luces y sombras, esplendor y decadencia, y algunos hechos que han marcado incluso la historia de España.

Se ha referido a los cambios experimentados en Jaén desde el inicio de la democracia y ha alabado la labor de los distintos alcaldes, para desembocar en los últimos tiempos en que la crisis económica ha puesto a prueba nuestras resistencias. Ha anunciado y ha pedido altura de miras para avanzar en beneficio de una ciudad que es una obra inacabada. Ha pedido la participación ciudadana y la de los grupos políticos para afrontar los retos, uno de ellos elevar el debate político porque no deben tener cabida ni el espectáculo ni el insulto. Ha elogiado la honradez, capacidad de trabajo y cariño a Jaén del ya exalcalde, Fernández de Moya, ha anunciado atención especial para dos nuevas áreas, casco histórico y zonas productivas, y ha tenido un capítulo de agradecimientos en el que ha incluido a su familia.

Igualmente ha dicho que todo el mundo sabe lo que espera al nuevo Ayuntamiento, pero que hay que hacerlo compatible con el mejor humor posible, con la obsesión de que hay dos sentimientos opuestos, orgullo y apatía, pero no ha de haber lugar para el segundo. Finalmente se ha mostrado orgulloso de ser el alcalde de Jaén  y de tener la oportunidad de mantener el honor, el respeto y el prestigio de la ciudad.

 

Tras sus palabras ha terminado el pleno y el ‘hombre tranquilo’ que desde esta noche se ha hecho cargo del bastón de mando ha recibido muchísimas felicitaciones. Ahora, como él mismo ha reconocido, todos los focos están puestos en su persona, y en este sentido parece prudente dejarle un margen aunque sea mínimo, para que pueda centrarse en su difícil y apasionante tarea. Lo puede hacer bien, el talante que hoy ha exhibido en el pleno inspira confianza. Todo lo demás está por ver. Suerte a Javier Márquez, mucha suerte a Jaén.

 

 

 

Dejar un comentario