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Por ANTONIO GARRIDO / Los discursos que se han pronunciado este mediodía en la Universidad de Jaén en el acto de apertura solemne del curso académico, y que han estado a cargo del consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamandos, y el rector de la UJA, Nicolás Ruiz Reyes, a pesar del tratamiento “querido consejero, “querido rector”, han sonado como el agua y el aceite, bien es verdad que en un ambiente protocolario donde muchos de los que han asistido conocen las diferencias entre el responsable de la Junta, que con un cierto tono irónico en su intervención se ha referido a que “los rectores son de la orden mendicante, piden”, pero ha añadido “y no nos extraña”, en tanto que el rector jienense le ha devuelto el guante señalando que “el consejero ha hablado de su libro y yo lo haré del mío”, como la conocida expresión de Umbral. Previamente, en un encuentro con los periodistas también se ha escenificado la disparidad de criterios, que en el fondo se trata de que el consejero defiende que la Junta acude “con la satisfacción del deber cumplido” y el rector de nuestra Universidad demanda, por resumirlo mucho, “mayor previsión para planificar el futuro”, y el nuevo Modelo de Financiación que defiende el consejero lo considera “un paso adelante, pero queda camino”, por ejemplo cerrar este ejercicio de 2023 con una financiación justa que garantice la suficiencia financiera y la nivelación acordada, entre otras cosas, para hacer frente a los incrementos salariales. No me consta cómo habrá terminado la jornada entre los dos protagonistas citados, pero tratándose de personas con importantes responsabilidades, que cada uno viene a defender una determinada posición, lo normal es que haya finalizado amablemente y con el debido respeto y lealtad institucional. El consejero se habrá liberado, en el acto se le ha visto abanicarse repetidamente, ignoro si por el calor en el Aula Magna o por el sofoco que suponía le tocaba pasar, gajes del oficio. De todas maneras, Villamandos ha sido cocinero antes que fraile, fue rector en su querida Córdoba.

Dicho lo cual lo que me toca es resaltar de qué modo el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, no se ha movido ni un milímetro de la hoja de ruta que planteó nada más salir elegido para el cargo, de hecho ya enseñó sus cartas credenciales en la toma de posesión ante el presidente Juanma Moreno Bonilla, en San Telmo, por tanto lo de hoy podía sonar a música celestial, pero es obvio que ninguno de los discursos han sido protocolarios o hayan pasado desapercibidos, es más, se sabía sobradamente que íbamos a asistir a este desencuentro, que no es de pugna política o partidista, Nicolás Ruiz no tiene más militancia que su firme compromiso en el liderazgo de la Universidad y motivar su estructura para que dé respuesta a los grandes retos de futuro a los que se enfrenta la provincia. Entiendo que en los corrillos posteriores al acto haya sido objeto de atención, me consta que especialmente entre los responsables públicos del PP que han asistido y a los que probablemente no les haya gustado, pero en su mayoría son los mismos que se mostraron eufóricos con el famoso “modelo Velasco”, ya derogado, que nos hicieron creer que era bueno cuando los hechos han demostrado que se trataba de un castigo en toda regla para nuestra Universidad. Así que ciertos políticos no están legitimados para criticar cuando antepusieron y no sabemos si ahora también anteponen los criterios del argumentario del partido a los intereses generales de esta provincia.

Ha sido el de Nicolás Ruiz un discurso vibrante, valiente, exigente, y lo mejor de todo es que creo que no hay la más mínima pose, su virtualidad radica en la coherencia. Ha hablado de ilusión, de determinación para poner en marcha proyectos transformadores, y para que la provincia conceda más oportunidades a su jóvenes, con especial alusión a los 3.100 estudiantes de nuevo ingreso este curso en la UJA. La mayor parte de su intervención ha sido para resaltar el cambio experimentado a lo largo de estos treinta años desde su creación, agradeciendo el trabajo y esfuerzo de los tres rectores, sus equipos y la comunidad universitaria, así como la sociedad jienense que ha estado arropando en todo momento. Nicolás Ruiz presenta a la UJA como el gran ascensor social del territorio, es nada menos que “la Universidad de esta tierra”, y aunque tratando de huir de la autocomplacencia se ha referido a los rankings donde está tan bien considerada, sobre todo en el conocido y solvente de Shanghái, aunque ha resumido en esta frase su objetivo: “Queremos ser mejores, para ser más útiles”.

El rector ha señalado con especial énfasis que ahora se abre una nueva etapa en la UJA, con un proyecto potente para reforzar su proyección territorial. Volviendo al tema central, el Modelo de Financiación para las Universidades Públicas, el comentario al respecto ha sido que “de su definición y aplicación dependen las posibilidades para garantizar el crecimiento real”, dando a entender, contrariamente a lo expresado por el consejero, que existen dudas razonables sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos por la Junta. También ha agradecido la respuesta desde distintos ámbitos para combatir el anterior modelo o “modelo Velasco”, y ha mencionado expresamente la implicación de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA para “tumbarlo”. También ha dejado en el aire su inquietud porque Medicina, que ha sido enorme oportunidad, vaya a condicionar otras expectativas de futuro. En resumidas cuentas ha pedido al consejero “voluntad política y sensibilidad para la UJA, buscando la necesaria convergencia”, y en cuanto a las universidades privadas su preocupación radica en que puedan perjudicar la sostenibilidad del sistema y, en todo caso, ha pedido operar en igualdad de condiciones. Por último, y entre otras cuestiones de interés, Nicolás Ruiz ha comprometido el reto de que la UJA sea una universidad sostenible y punta de lanza de la responsabilidad social con las mujeres, y ha puesto énfasis en la capacidad de liderazgo de la institución, poniendo como ejemplo el proyecto del Cetedex y afirmando que “el proyecto para seis años es un desafío colectivo”.       

Por su parte el consejero, aparte de lo señalado al principio, ha comentado su visión como responsable de Universidades, defendiendo el Modelo, pero en el caso de las reservas planteadas por el rector de Jaén, sin entrar en las cifras para combatirlo con contundencia. Eso sí, ha felicitado a la UJA por sus resultados e indicadores, por sus datos de empleabilidad por encima de la media andaluza y por el fomento del emprendimiento, manifestando que la sociedad jienense debe estarle agradecida. También ha subrayado Gómez Villamandos las iniciativas que surgen en Jaén en el ámbito de las ingenierías. Ya centrado en el tema económico, en sus primeras palabras se ha dirigido al gerente con estas palabras: “Gerente, que sé que tienes dinero, no te quejes”. Ha sido a continuación cuando ha manifestado la satisfacción del gobierno andaluz “por el deber cumplido” por entender que en materia económica se ha pasado de la incertidumbre a la certidumbre, porque el reto es contar con universidades de excelencia en la investigación, más competitivas e innovadoras. Tras referir que otras comunidades han solicitado el Modelo de Financiación para hacerlo suyo, ha enviado un mensaje a los menos optimistas, en el sentido de que “no se vea el vaso medio vacío sino medio lleno, y que no se esté en la queja permanente que nos paraliza”. Creo que era un zasca en toda regla a quien corresponda. Villamandos, que es mucho Villamandos, y que se ha tirado todo el acto tomando notas, ha vuelto a encontrar frases de agrado al decir que “queremos una universidad competitiva como la de Jaén, nunca hay que tener miedo a la competitividad, y tenéis el compromiso de esta Consejería y de la Junta para mejorar”, remitiéndose a 2027, en que finalizará el Modelo, para hacer un balance que está seguro de que será positivo.

Unas intervenciones, en suma, de acuerdo con lo esperado, el consejero firme en sus convicciones y en su línea de trabajo y el rector igualmente leal con su criterio. Por encima de cualquier otra consideración me parece digno de ser valorado que el rector de la UJA, en este momento Nicolás Ruiz, esté del lado de quien tiene que estar, es decir, su Universidad y su Provincia. El que no quiera entenderlo, peor para él.

No quiero olvidarme de la novedosa presentación de la memoria que ha hecho la secretaria general, y mucho menos de la lección inaugural del curso que ha pronunciado la profesora Esther López Zafra, catedrática de Psicología Social de la UJA, brillante, una maravilla de disertación sobre “Liderazgo transformacional psicosocial más allá del contexto”. Tanto el consejero como el rector le han dado la enhorabuena y en concreto Nicolás Ruiz ha dicho de ella que “es una de las mujeres poderosas e imparables de nuestra Universidad”, por su talento, trayectoria y compromiso con la UJA. Y para quienes la conocemos está en lo cierto. Por supuesto, respaldo institucional y social al solemne acto. Todo el mundo sabe que el futuro de la provincia pasa por la fortaleza de su Universidad.

Foto de familia tras el acto. En el centro el rector, el consejero y también el rector de Córdoba, que ha estado presente.

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