Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / ¿El nuevo alcalde de Jaén? Bien, conforme a lo previsto. Agustín González no defrauda, siempre me gusta decir por el momento, porque las circunstancias políticas son muy cambiantes y de un día para otro nos podemos encontrar sorpresas. No tengo más que recordar que hace cuatro años, por estas mismas fechas, elogié la mesura de Julio Millán, y en cuatro años ha habido momentos para conocer mejor el trayecto de su gestión, con lo bueno y lo menos bueno, como en cualquier actividad pública. En el caso de Agustín González parece una garantía, un plus, su faceta de gestor, porque eso quiere decir que viene formado, al menos en las buenas prácticas, en la garantía de los procedimientos, en la necesidad de cuentas claras y de paredes de cristal, esto no es que sea así en todas las administraciones, pero en algunas de las que ha estado eran como el evangelio, la norma de conducta. Hoy ha hecho algo que ya lamento decir que me esperaba, porque es moneda corriente que los gobiernos, también los municipales, abusen hasta el extremo y gasten lo que no deban, que si siempre es criticable, lo es más en un Ayuntamiento como el de Jaén en el que tenemos una ruina tan espectacular. Con razón el gobierno saliente estaba tan temeroso de perder el poder, plantearon tantas alternativas para seguir y se tomaron tan mal quedar en la oposición, porque entre otras cosas le obliga a rendir cuentas como le ha pedido el alcalde y lo ha hecho en nombre de los ciudadanos. Ha dicho el regidor al denunciar el “caos económico”: “No han dejado dinero ni para pagar la gasolina de los vehículos de la policía”. Es textual.

No estoy sorprendido, insisto en que no es la primera vez que esto ocurre, pero no es óbice para que sea considerado una irresponsabilidad manifiesta, estamos hipotecando a la ciudad, pidiendo esfuerzos a los jienenses, y mientras tanto los políticos que deben tratar de dar ejemplo gastan hasta lo que no tienen con tal de mantenerse. Tampoco me parece que haya sido una huida hacia adelante en los últimos meses, creo haber dicho en alguna oportunidad que con la situación financiera tan crítica me parecía que este equipo de gobierno saliente había encontrado algo así como la cueva del tesoro, porque en determinadas actuaciones han tirado del dinero como si fuéramos ricos, y somos lo que somos. A los responsables públicos hay que demandarles prudencia, sentido del deber y austeridad, entendida como que no es posible gastar por encima de las posibilidades, porque nuestro Ayuntamiento no lo permite. Precisamente por esa razón tenemos más de 600 millones largos de deuda, algún día nos la deberían concretar por duro que resulte, debido a políticos manirrotos a los que para mayor gloria les daba igual ocho que ochenta, y ahí estamos.

Es razonable que de una vez por todas, caiga quien caiga, porque van a caer todos a casi todos, se hagan las oportunas auditorías anunciadas por el alcalde, que ha señalado expresamente a los Patronatos de Deportes y de Cultura y a los fondos Edusi, y se diriman responsabilidades políticas, al menos para frenar el despropósito y que no se siga aumentando el volumen de la deuda y haga buena aquella excéntrica declaración de la señora Carmen Calvo, la gran amiga de Jaén, cuando dijo que el dinero público no es de nadie. Ya lo creo que es, y bien que lo saben los jienenses que en este caso son quienes lo padecen. Así que toca hacer un presupuesto para el año próximo, no olvidemos que vamos tirando con el del año 2017, que ciertamente es bochornoso y que seguramente la causa no es otra que la imposibilidad de que Hacienda pudiera avalar las cuentas. Hay que empezar de nuevo y no olvidar el tiempo pasado, mejor los tiempos pasados, en plural, más que nada para no repetirlos. En resumen, nada nuevo bajo el sol, el alcalde denuncia derroche del equipo anterior y el exalcalde, Julio Millán, responde invitándolo a ponerse a trabajar en lugar de la caza de brujas. Continuará.

Por otra parte hoy se ha celebrado el pleno para la organización del Ayuntamiento, incluidos los sueldos y las liberaciones. Lo he seguido por internet y apenas ha durado cinco minutos. Me cuesta trabajo entender cómo se decide transmitir una sesión plenaria en la que el jienense que la siga no se entera de nada porque se trata de asuntos deliberados previamente por los grupos y en los que públicamente sólo se trata de votar. Por supuesto, todos afirmativamente, faltaría más, es posible que sea uno de los pocos plenos donde hay mayor consenso, al tratarse de las cosas de comer. En esta ocasión ha sido Vox el que se ha abstenido en algunos puntos, pero nada importante. El alcalde se ha rebajado el sueldo con respecto al anterior, ya lo había anunciado, pero estamos hablando de 577 euros anuales, quiero decir que sí, pero que tampoco le vamos a poner un monumento por 35 euros al mes, y conste que no critico la cuantía, opino que los cargos públicos de primer nivel deben estar debidamente remunerados, pero más que anunciarlos lo que hay es que aplicarlo, sin más. Por supuesto, tengo el mismo criterio que creo haber planteado hace cuatro años, puesto que más o menos se sigue en la misma tónica, y es el número exagerado de liberaciones en proporción a la anormalidad del Ayuntamiento más endeudado de España, que tal vez nos debería servir para dar ejemplo, pero en esto, repito, sí hay unanimidad. Cuesta trabajo explicárselo a los vecinos para que lo entiendan y lo aprueben, más que nada porque en términos generales, como funcionaría en una empresa privada, se debería establecer la relación entre resultados de gestión y gastos en sueldos.

Dicho esto sí me sorprende que el primer teniente de alcalde, Manuel Vallejo, de Jaén Merece Más, no esté liberado al cien por cien, cuando cualquiera podía entender que una de sus misiones era la de velar por el cumplimiento estricto de los famosos cien puntos acordados con el Partido Popular para la gobernabilidad de Jaén. Supongo que debe ser más ventajoso percibir el salario como catedrático de la UJA, no lo critico, simplemente es que no puedo evitar que me llame la atención, estaba en la creencia de que el primer teniente de alcalde, por muchas y variadas razones, tendría que estar 24 horas del día pendiente de las responsabilidades que ha asumido e insisto del cumplimiento de los acuerdos, que, visto lo visto, empiezo a recelar de algunos de ellos. También acabo de caer en la cuenta de lo que sucedió en el anterior mandato con el concejal que fue de Ciudadanos, Francisco Díaz, del equipo de María Cantos. Ahora se le concede la liberación al 100% a Carlos Alberca, que es empleado municipal, lo que en su día no se permitió a Díaz y tuvo que renunciar. Resulta extraño que lo que entonces impidió Julio Millán ahora sí lo acepte. Cosas veredes, se usa la discrecionalidad en función de las personas y no de la norma.

Más asuntos políticos. No salgo de mi asombro con el presidente provincial de los populares, Erik Domínguez, que no para de maquinar. Lo último, acaba de fichar a alguien que ha sido coach personal de Juanma Moreno, llamado Rafael García, al que otorga la responsabilidad de vicesecretario provincial de Régimen Interior y adjunto a la presidencia del partido en Jaén. Va a ser el gurú político, una especie de conseguidor de las metas que proyectan los populares en la provincia. Pero lo verdaderamente sorprendente es que Domínguez no se haya amilanado por su poco éxito en el pretendido asalto a la Diputación y ya se permita, a cuatro años vista, el mismo objetivo, después de que diera por amortizado a Reyes y lo pretenda jubilar a toda costa, tarea ímproba. Se lo digo por su bien, lo que hay que hacer es trabajar, los retos se consiguen no tanto anunciándolos, sino conquistándolos como en cualquier meta. Seguramente cuanto más lo diga más se le va a resistir, suele pasar, aunque los vientos ahora sean más favorables. Tranquilo, todo llega, pero hay que saber esperar y esa no parece que sea su principal virtud, aunque le reconozco otras, ha conseguido un partido homogéneo, hoy el PP es más fuerte, le ha pisado los talones al PSOE en las municipales de manera muy clara, y no desentona en el conjunto andaluz, más todavía, el sondeo del CIS le concede tres de los cinco diputados que se dirimen en la provincia, tiene un reconocido liderazgo y lo ejerce, van todos a una, y esta era una demanda que no se ha logrado hasta la llegada de Erik Domínguez, y que ha sido más fácil por una empatía natural, mucho trabajo y muchos kilómetros, ya tenía ganas de ponerlo en su sitio. Encima es concejal, parlamentario andaluz y con mando, y le admiro porque vive en un lugar privilegiado, precioso. ¿Qué más se puede pedir?

Por último, insisto en mi impresión de ayer sobre el acto de la toma de posesión en Sevilla, ante el presidente de la Junta, del rector de la UJA, Nicolás Ruiz Reyes. Nadie dice nada, pero no creo que Nicolás Ruiz y sus acompañantes vinieran locos de contentos. El discurso del presidente tenía toda la pinta de haber sido inspirado por el consejero Villamandos y con respecto a nuestro rector, valiente y apasionado, me da que algo debe saber a propósito del nuevo modelo de financiación del que se guarda un absoluto mutismo, cuando fue al grano e hizo lo conveniente, deberse a la UJA y a Jaén. Eso es lo que tiene que hacer un rector como Dios manda.  

Foto: Erik Domínguez, ayer en la Diputación, con el portavoz del grupo Luis Mariano Camacho.

Dejar un comentario