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Hay que empezar por el principio y no podemos engañarnos a nosotros mismos, el 24-F tendría que haber sido un clamor generalizado y no ha sido así. Era una oportunidad para que toda la provincia, absolutamente toda, se echara a la calle por algo de vital importancia, pero primero hay que preguntarse si somos conscientes de lo que en realidad está en juego. La respuesta a las movilizaciones de hoy en la totalidad de los municipios, ha sido desigual, en algunas localidades se ha logrado un amplio respaldo, y en otras no ha pasado de testimonial. Creo que en resumen se podría decir que aunque el sentimiento ha sido unánime, nos hemos quedo cortos en este momento en el que nuestro olivar tanto nos necesitaba. Preguntarse ahora por las causas no nos conduciría a nada positivo, de modo que mejor quedarse con la impresión favorable de quienes sí han estado en los escenarios donde se planteaba la defensa de nuestra principal riqueza y ellos y ellas han sido la presencia y la expresión del conjunto de los jienenses. De lo demás, ¿qué, le echamos la culpa a los políticos, como casi siempre, o tenemos que hacer también una reflexión como sociedad, aunque sea por una vez? Confieso que me hubiera gustado un respaldo mayor, pero tampoco veo positivo luchar contra los elementos, quiero decir una manera de ser y de actuar que viene de lejos.   

Por encima de cifras de participación y de detalles en los que solemos reparar cuando se trata de cualquier tipo de convocatorias, como ahora ocurre con las movilizaciones que se están promovido a iniciativa del sector del olivar, lo que hoy nos ha llamado poderosamente la atención, sobre todo y ante todo, es que por primera vez, porque yo al menos no recuerdo nada igual, en la totalidad de los 97 municipios de la provincia, se ha transmitido el mismo mensaje, que se resume en el discurso que las organizaciones agrarias convocantes vienen repitiendo desde hace varios meses cuando empezó esta cruzada en favor de precios dignos para nuestro olivar y nuestro aceite, que han coincidido en el tiempo con el levantamiento de todo el campo español, porque a todo él le afectan las políticas que penalizan en exceso los precios en origen, con lo cual condenan a los agricultores a padecer problemas de supervivencia y que tienen mucho que ver con la continua despoblación de los medios rurales.

En el caso de Jaén llueve sobre mojado, porque en gran medida el campo, nuestro campo, son esas grandísimas extensiones de olivar que hacen única e inconfundible a nuestra geografía, con 66 millones de olivos y un producto tan excelente como nuestro aceite de oliva, cada vez más considerado en las cocinas, por supuesto valorado por sus excelentes propiedades para la salud, pero que por las veleidades de los mercados, este manjar representa hoy día la ruina para las miles de familias que en gran medida dependen de él.

En esta situación no se puede vivir por mucho más tiempo y aunque sabemos que no hay varitas mágicas para resolver lo que constituye un grave problema, incluso de supervivencia, es el momento de luchar como lo están haciendo las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, Infaoliva y las Cooperativas Agroalimentarias, porque si esta crisis se cierra sin soluciones, enfrentaríamos a la provincia de Jaén a una situación límite, en palabras del poeta “esclava con todos tus olivares”. De momento el problema del campo, también específicamente el del olivar, que tiene sus singularidades, está en la agenda política, en Bruselas, en Madrid, en Sevilla, y en Jaén. Es el momento de aprovechar que la unidad se mantiene, y no se entendería que fuera de otra forma, para avanzar en la búsqueda de soluciones. Todo menos que se mantenga un panorama que es verdaderamente insostenible. Y con unas expectativas, todo hay que decirlo, poco halagüeñas, ojalá no sea así.

La Plaza de Santa María de Jaén ha tenido durante toda la mañana un especial movimiento de gente, había políticos de todos los partidos, estaban naturalmente los líderes de las organizaciones convocantes, también gente joven, el futuro, puesto que se han hecho presentes alumnos de algunos centros de enseñanza de la zona. Ha habido representantes del campo, también curiosos. Y personas como yo, que no hemos ido a defender a nuestro olivar, porque no lo tenemos, pero sí a solidarizarnos con nuestra tierra, con su presente y su futuro, porque el olivar y el aceite son nuestro emblema, social, cultural y económico, y tenemos que luchar por él con uñas y dientes, porque si al olivar le va bien le irá bien a toda la provincia, y tenemos que hacer todo lo posible por abrir expectativas a nuestra tierra, que es tanto como decir para un mejor futuro de nuestros hijos y nuestros nietos. Ahora nos toca trabajar por ello y el Jaén que van a heredar.

En términos generales los pueblos se han movilizado con entusiasmo. También ha habido incidentes en algunos puntos, cortes de carreteras o altercados de diferente naturaleza, que no estaban en la hoja de ruta, aunque hay que entender que los ánimos están caldeados, por ejemplo ha habido explotaciones donde no ha sido posible recoger la aceituna, y ya podemos imaginar lo que esto supone. Pero exceptuando estas singularidades, la respuesta de la provincia ha sido unánime y cívica, con pancartas reivindicativas, sobre todo con la cuestión principal, los precios en origen, se ha hecho una piña, y los partidos presentes en cada escenario, han sido respetuosos y han dejado el protagonismo a quien lo tiene, el sector, los agricultores y olivareros en general, aunque a la hora de las declaraciones los políticos nunca renuncian a que se deje escuchar su voz. Esta provincia sufrida, tal vez por eso le cuesta trabajo entregarse a una causa como la de hoy, ha escrito una nueva página de la historia, otra más de las muchas que ha debido enfrentar con los vaivenes a los que a veces la somete su principal cultivo, pese a lo cual hay no queremos reconocer que sea la cara y la cruz, por muchas razones, cada vez más, a pesar de las adversidades, el olivar es la cara de Jaén y ese es el reto permanente al que no debemos renunciar.

También la Plaza de Santa María de Jaén, ha sido hoy el centro de operaciones de una jornada para el recuerdo. Si hubiera estado llena de gente, como se pretendía, habría sido lo más, pero alguien recordaba que la capital lo más que tiene son funcionarios, por eso el emblemático lugar, con la impresionante contemplación del principal monumento renacentista, ha ido recibiendo a quienes durante dos horas se han ido sumando a la movilización. Lo más llamativo de la mañana ha sido sin duda la presencia de varias cadenas de televisión que han conectado en directo para hacer un seguimiento de lo que acontecía. Desde este punto de vista la proyección pública ha sido excelente, desde “El programa de Ana Rosa” a otros canales han tomado el pulso al sentir del Jaén olivarero, desde su capital mundial, aunque después de lo de hoy creo que todavía le queda aprobar la reválida. Y junto a las organizaciones convocantes y todos y cada uno de los grupos políticos, ahí estaban quienes nunca fallan cuando se trata de apoyar las reivindicaciones de Jaén, me refiero a la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más”, incansable, que ha estado presente durante las dos horas y haciendo oír su voz como un activo comprometido con el territorio, ese es su ADN.

Ha sido el popular humorista jienense Santi Rodríguez, otro personaje implicado con todo lo jaenero, el encargado de proceder a la lectura del manifiesto elaborado por las organizaciones convocantes, lo que ha hecho desde el balcón principal del Ayuntamiento, donde han dirigido la palabra los representantes de los colectivos y el alcalde de la ciudad, Julio Millán. En los dos edificios principales de la Plaza de Santa María se lucían ambos lazos verdes, en el Ayuntamiento, y uno muy visible por cierto, en la fachada del Obispado.

Insisto, quedémonos con lo positivo, una movilización que ha trascendido a toda la geografía provincial y que se ha dejado sentir en instituciones como la propia Universidad de Jaén. Hay que felicitar a los representantes del sector por su buen trabajo. Están haciendo lo que deben y la responsabilidad les dicta. Si todo este empeño sale bien toda la provincia estará en deuda con quienes están luchando por algo que no solo les afecta a ellos sino al conjunto de la provincia de Jaén. Si sale mal les lloverán las críticas, incluso de los que tienen por costumbre ponerle mala cara a todo aunque no muevan un músculo para apoyar un futuro digno para esta tierra y su principal cultivo, que a todos nos atañe. Qué se le va a hacer…

 

Foto: Escolares presentes en la Plaza de Santa María para dar su apoyo a las reivindicaciones en favor del olivar y el aceite. (JAÉN MERECE MÁS)

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