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He visionado un vídeo de la espera de la llegada del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, al Palacio de la Diputación Provincial, donde tenía previsto asistir, como así ha sido, a una reunión del Consejo Provincial del Aceite. Escuchaba de música de fondo las campanas de nuestra Catedral, y alguien podía haber entendido que las campanas sonaban para celebrar que un ministro del Gobierno y no un ministro cualquiera, se dejaba ver por Jaén para resolver asuntos de mucha trascendencia. Tanto como a las campanas he escuchado las opiniones de las personas que se iban congregando cerca de las puertas del Palacio, esperando la llegada de una concentración de protesta de olivareros contra la grave situación de los precios de nuestro aceite de oliva, aprovechando la presencia ministerial. He notado bastante malestar, el sector olivarero y la ciudadanía en general, al menos la que sabe qué nos jugamos con unos precios irrisorios para el oro líquido, que es el principal patrimonio de esta tierra, ha exteriorizado su inquietud por la ruina económica que padece Jaén, sobre todo en los dos últimos años, que coinciden precisamente con la presencia del señor Planas al frente de su cartera, una pura casualidad. La presencia policial, significativa, ha tenido que frenar al grupo de olivareros que expresaban muy claramente su indignación, de hecho el personal ha cerrado las puertas de la verja de la Diputación.

Veo también que en redes sociales el Partido Popular de Jaén le ha hecho las cuentas del desastre que ha hundido al olivar y al aceite, y, lo peor de todo, se están tratando de inventar fórmulas para levantarlo de esta crisis y por las razones que sea parece que va a costar trabajo, tal vez porque se ha dejado mucho tiempo y los problemas se han cronificado. Creo que Planas, que conoce bien el territorio porque fue cocinero antes que fraile, es decir, tuvo responsabilidades como consejero de Agricultura y se vio obligado a enfrentarse a las vicisitudes del sector, y acudir a citas buenas, mejores y regulares, con la Expoliva como joya de la corona y la que cada dos años ofrece mayores satisfacciones, ahora se ha dado cuenta de que en Jaén, siempre tan sumisa y resignada, tan rica la pobre, que diría el recordado Manolo Anguita, el panorama ha cambiado, la actitud de algunos de los interlocutores del sector, también. De hecho se ha tomado como referencia el camino de la protesta en la calle, porque lo exigen los olivareros, hartos de tanto silencio, y porque parece que es el lenguaje que mejor entienden los políticos responsables de las administraciones para ponerse las pilas, cuestión distinta es que se solucionen las demandas planteadas.

Creo que el ministro Planas ha tomado nota de este Jaén de la “nueva normalidad”, que puede llegar a ser educado en los planteamientos, como seguramente ha ocurrido en el Consejo Provincial del Aceite y antes en el Desayuno Informativo organizado por la Agencia Europa Press en el Parador de Santa Catalina, pero tiene clara su hoja de ruta, y no pasa por reír la gracia a nadie ni por rendirse ante cualquier compromiso político, porque es precisamente de lo que están hartos. ¿Y qué ha dicho el ministro Planas para responder a la expectativa de toda una provincia, de un sector tan fundamental en su economía? Mi impresión personal es que, en términos generales, ha sido más de lo mismo, salvo el anuncio del voto en contra del almacenamiento de aceite de terceros países en los depósitos del Patrimonio Comunal Olivarero, como han demandado las organizaciones agrarias. Pero es que se trata de algo elemental, no pueden estar llenas las cisternas de nuestras propias almazaras mientras en los tanques del Patrimonio Comunal Olivarero se guarda aceite de no sabe quién ni de qué país. Ni es normal que el aceite de España esté sometido a unos controles de los que se salvan los procedentes de la importación. Al menos esta anómala circunstancia parece que se puede solucionar, es de esperar que así sea.

Por lo demás, el ministro Planas habla de un decálogo para tratar de asegurar la viabilidad y el futuro del sector, pero hay que apuntar con más tino, por ejemplo el almacenamiento privado que autorizó en su día Bruselas no ha servido de nada, tan mal están las cosas que instrumentos que hace años eran útiles ahora resultan insuficientes e ineficaces. Entre las medidas se ha referido Planas al almacenamiento de parte de la producción, al fomento de la cosecha temprana que incrementa la calidad y reduce la cantidad, o promoción del consumo en mercados terceros, y, además, ver que la nueva Ley de la Cadena Alimentaria sea efectiva. Lo ha dicho gráficamente el ministro, llamando a la colaboración y el compromiso de todos los sectores implicados, administraciones, etc: “No estamos ante una tarea de solista, sino de orquesta”. Y por supuesto ha salido a relucir el tema de la PAC, porque en la actual coyuntura solo faltaría una Política Agraria Común más lesiva aún para los intereses del olivar de Jaén. Planas defiende un diseño que tenga en cuenta el comportamiento social y ambiental del olivar, el desarrollo del olivar ecológico y el apoyo al olivar tradicional para hacerlo más productivo. En los últimos días se han oído voces en favor de que la PAC se congele por un par de años, de lo contrario su vigencia sería de 2021-2027. En las actuales circunstancias valdría la socorrida frase de “Virgencita, que me quede como estoy” o más vale malo conocido que bueno por conocer.

La parte positiva, el titular de Agricultura, a pesar de ser tiempos convulsos, ha venido a dar la cara, primero en el Desayuno y más tarde en el Consejo Provincial del Aceite, un buen instrumento creado por la Corporación Provincial para estar encima de todo lo que se mueve en torno a la principal riqueza de la provincia, foro en el que están presentes las distintas administraciones, organizaciones agrarias, agentes sociales, etc., todos los implicados de alguna manera con el sector, y no cabe duda de que en los años que lleva funcionando es un acierto, al menos es un observatorio de la realidad y para emanar propuestas, cuestión diferente es que tengan mayor o menor éxito. En definitiva que el ministro Planas del más de lo mismo se ha ido sabiendo que las organizaciones agrarias no van a cejar en el empeño y que en días recuperan la calle “el espíritu de las Batallas” para hacer oír su voz y la del mar de olivos de Jaén. Lo sabe el ministro pero también lo conoce bien el propio PSOE jienense, consciente de que aquí hay que dar respuestas y que no vale marear la perdiz y ganar tiempo, porque la crisis de este sector especialmente estratégico para la provincia es ahora de vida o muerte.

 

Foto: Reunión del Consejo Provincial del Aceite, celebrada en la Diputación Provincial, con la presencia del ministro Luis Planas.

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