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En los últimos días estamos asistiendo a las primeras apariciones de políticos con posibilidades de ser candidatos para el Ayuntamiento, que nos están ofreciendo primicias de lo que puede ser su próxima hoja de ruta. Así la “ciudadana” María Cantos se ha atrevido con un tema de vivo debate en la ciudad como es el de la estación intermodal y ha sido valiente a la hora de pronunciarse por el centro de la capital como el lugar más idóneo. Sobre gustos… Soy de los que piensan, ya lo he dicho en otras ocasiones, que más que la ubicación de la intermodal lo que me preocupa e inquieta, incluso indigna, es que en Jaén ni lleguen ni salgan trenes, al menos como a nosotros nos gustaría, como debería ocurrir en una capital de provincia a las alturas del siglo XXI en que nos encontramos. Algunos se le han tirado a la yugular a Cantos, muchos de esos que no perdonan que haya iniciativa y que de la noche a la mañana, por la presencia de algunas personas en el escenario político, se van a ver abocados a abandonar la situación de confort. Creo más en la estación intermodal en Vaciacostales, pero por razones muy prácticas, entre otras que tenga sentido el polémico tranvía. Ahora bien, lo que me agrada del planteamiento de María Cantos, con el que estoy al cien por cien de acuerdo, es su convicción de que en esta ciudad somos tan resignados, tan complacientes, que pretendemos que nos hagan obras, pero que no sean costosas, como si nos posicionáramos con esos mismos gobiernos tacaños que le niegan a Jaén lo que no son capaces de restarle a otras poblaciones.

A lo mejor en este momento puede ser que en el centro, donde está la estación, no sea factible ubicar la intermodal, pero no tiene que ser porque Jaén no se merezca, como otras ciudades, una obra y una inversión de envergadura, con el soterramiento de las vías, cueste lo que cueste. Parece que tenemos vocación de pobretones, de ahí que los gobiernos nos conformen con migajas porque no se nos ha ocurrido pedir con ambición para resolver nuestros problemas de infraestructuras y equipamientos sin complejos ni nos dé vergüenza exigir lo que nos merecemos. Pienso que este era el discurso no entendido por algunos de la señora María Cantos, no pedir más que nadie pero tampoco menos que nadie, y demandar a nuestros políticos que vayan a las administraciones en nombre de Jaén sin tener que pedir perdón por reclamar lo mismo que tienen otros. Ya está bien del papel que se nos ha querido asignar porque pintamos tan poco a nivel político. Por esta misma razón hay quien le parece que es mucho pedir un Grado de Medicina para la Universidad de Jaén, mientras se nos adelanta la Universidad de Almería, y chapó por ella, y de la misma manera otros agentes reivindicativos parecen haber arrojado la toalla por la Ciudad Sanitaria, porque debe parecer mucho la inversión necesaria para una ciudad como Jaén. Este es un mal endémico, hay docenas de ejemplos y nos retratan no de manera muy afortunada por cierto. 

Hoy, la propuesta con sello electoralista viene firmada por el secretario general local del PSOE de Jaén capital, Julio Millán, y me supongo, qué digo, estoy seguro, que se ha debido preparar en las cocinas socialistas. El aspirante a alcaldable si las primarias se lo permiten, que todo hace indicar que sí, ha anunciado la petición que el partido ha hecho a la Junta, en concreto a la Consejería de Fomento, para que asuma la explotación directa del sistema tranviario, y que esta medida sea valorada, estudiada y consensuada por el Ayuntamiento y el gobierno andaluz. Esta iniciativa surge justo un día después de que ayr se celebrara una reunión en Sevilla en la que según parece no se avanzó en ningún sentido. Pero es este martes cuando entiende el político socialista que más allá de la situación económica del Ayuntamiento, el equipo de gobierno del PP tiene dificultades en la gestión, con lo que pretende demostrar que no encontrará la manera de echar a andar el nuevo transporte. Y ahí es donde reclama la presencia de la Junta, en hacerle el trabajo al Ayuntamiento.

Creo que el Ayuntamiento dirá que no, porque según se ha venido repitiendo constantemente, la gestión le corresponde como administración local. Ahora bien, a la Junta le interesa más que al Consistorio poner en marcha el tranvía, porque se ha comprometido en que se haría este año y no estoy muy seguro de que puedan cumplirlo, y por razones más concluyentes todavía, porque se gastó nada menos que 120 millones de euros en un proyecto que no sometieron a previo debate y que fue sí o sí, y han pasado siete años y tienen que presentarse ante la ciudadanía con alguna respuesta. Pretenden que el tranvía les salve de cuatro años en los que la Junta solo ha hecho en Jaén obras pequeñas y durante varios ejercicios nos ha estado entreteniendo con el centro de salud del Bulevar, que costó, y con el Museo Íbero, al que se le ha cubierto de halagos y de pompa durante los últimos meses, incluida la propia visita del Rey, y este edificio dista mucho de ser un Museo tal como cualquiera puede entenderlo, en un buen y moderno espacio para exposiciones temporales, ya está, y al parecer va para largo el día que podamos ver ese espacio escénico con su muestra permanente y como Dios manda.

En fin, Julio Millán es un valor de la política y una buena persona, sin duda, y le deseo la mejor de las suertes tanto a él como a todos los que vayan a embarcarse en la aventura electoral a un año vista de los comicios locales, pero el PSOE, en el ámbito al menos de la ciudad de Jaén, sigue teniéndolo complicado y no creo que esta propuesta vaya a mejorar el criterio de los vecinos y vecinas. Lo que hay que hacer con respecto al tranvía es negociar con responsabilidad y sin pretender obtener réditos electorales, más que nada porque a todos debería avergonzar tener unos vagones en cocheras durante tanto tiempo por imposibilidad de llegar a acuerdos. Lo que ahora dice la Junta de constituirlo en transporte metropolitano, –por cierto parece que se retrasa su decisión en el Consejo de Gobierno–, pudo y debió hacerlo antes a la vista de la dificultad. El Ayuntamiento no es que se niegue a pagar, sino que no dispone de medios económicos para según qué esfuerzos.

Es verdad que hay una parte del PP que está contra el tranvía y que hará lo posible por ponerle palos en las ruedas, recuerden todas las declaraciones de Fernández de Moya y ahora de todos sus acólitos, pero la gente que está gobernando y con sentido común, como el propio alcalde, saben que en las actuales circunstancias no sacar adelante el tranvía constituye ya un fracaso para todos, iría en desprestigio de la ciudad y por descontado de todos los políticos que han estado o están cerca de este proyecto. 

Millán ha dicho que el PSOE no tiene inconveniente en que el tranvía funcione con Javier Márquez como alcalde. Hombre, faltaría más. Pero en esta misma declaración ya se retratan los socialistas, en el sentido de que lo que verdaderamente desean, aparte de la puesta en marcha del sistema tranviario, que de esto no cabe la menor duda, es que se sepa que ellos han estado en primera línea en el impulso y han hecho todos los esfuerzos para anticipar en lo posible su funcionamiento. Claro, el propio Julio Millán fue de los primeros en dar la fecha de 2018 para que el dichoso tranvía –dichoso por lo de reiterativo y los años que lleva tomando protagonismo—empezara a funcionar y la hemeroteca se lo podría echar en cara. Otros han hablado de agosto, de fin de año, han mediado responsables de Ciudadanos, etc. Lo que quiero decir en resumen es que sin la participación y el protagonismo del Ayuntamiento no será posible llevar a buen término este objetivo deseado de que los vagones se paseen por la ciudad.

No hay atajos posibles, pero, eso sí, ni el Consistorio ni el alcalde pueden marear la perdiz sine die, está bien que demanden propuestas sensatas y por escrito a la Junta, pero lo que haya que hacer hay que hacerlo ya, asumir un compromiso económico, tratar de poner el tranvía en marcha cuanto antes y no pensar en quién se cuelga las medallas, porque lo que sigue pesando en la población es el reproche por una pésima gestión que unos y otros han tenido alrededor de este controvertido servicio.

 

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