Skip to main content

Es un buen síntoma que tras lo ocurrido el domingo, en Madrid, en la llamada “Revuelta de la España Vaciada”, la plataforma “Jaén Merece Más” no se detenga y ya se plantea nuevos retos y propuestas, empezando por la exigencia de un pacto de estado contra la despoblación, que es uno de los graves problemas que se han denunciado y que nos afectan seriamente. Dicen los políticos que en el caso de Jaén no es especialmente grave, pero a mí sí me lo parece, una sangría de 5.000 habitantes por año no es una cuestión menor. No se puede ni se debe bajar la guardia y aunque el panorama nos trascienda, tenemos mucho tajo en Jaén y es aquí donde tenemos que centrar toda la atención. Por desgracia los datos siguen jugando en nuestra contra. En el paro registrado en el mes de marzo nuevamente encabezamos el ranking de subida de España. Nada nuevo bajo el sol, lo que ocurre en Jaén es cíclico con la tabla salvadora en unos meses de la recolección de la aceituna, pero el verdadero caballo de batalla es comparar nuestro porcentaje de paro con la media española. Y ahí es donde nos tiene que doler y es el mensaje que en esta campaña para las generales que está a punto de comenzar hay que trasladar a los políticos que pugnan por representarnos en las Cortes, no queremos ni necesitamos representantes públicos sumisos a los partidos, sino conscientes de su responsabilidad histórica y de que esta provincia ya no puede esperar más.

Estamos viendo que los políticos se mueven, y me llama mucho la atención el caso de la número uno del PP al Congreso, María Luisa del Moral Leal, que siempre ha sido una currante y cumplidora, y claro está, no quiere que la política sea una excepción. Se le nota la frescura y el desparpajo con el que llega nueva a la escena política, No es lo normal, lo que estamos acostumbrados a ver es que los personajes políticos se parecen unos a otros como dos gotas de agua, porque debe existir un libro de estilo oculto. Espero y deseo que María Luisa del Moral, a la que tengo en alta consideración profesional y personal, mantenga la misma actitud y el mismo talante que ahora exhibe y si algún día no le dejaran ser ella misma, que tenga el valor de abandonar y volver a su puesto, que afortunadamente lo tiene, y está en la Universidad, aunque lo que de verdad deseo es que se quede y sea útil para Jaén, que necesita personas que sientan y vibren como ella ahora lo hace.

Ayer mismo se celebraban las elecciones a rector y claustro de la UJA y al haber un solo candidato, Juan Gómez Ortega, existía cierta inquietud por el resultado final, que fue altamente satisfactorio, en el sentido de que la comunidad universitaria le ha renovado la confianza y será proclamado provisionalmente para continuar al frente de nuestra Universidad. Me alegro de que haya triunfado la cordura y no se hayan salido con la suya quienes promovían una campaña de voto en blanco para debilitar al candidato, una actitud a mi modo de ver impropia de una institución como la Universidad donde ha habido un proceso abierto y democrático y cualquiera se ha podido presentar reuniendo los requisitos. He sido crítico en ocasiones con aspectos de la UJA y de su rector, he defendido la necesidad de un mayor debate en un lugar clave y donde hay personas muy cultivadas que tendrían que darnos ejemplo y posicionarse sobre muchos asuntos de futuro en los que la principal empresa de Jaén tiene mucho que decir, pero no es el sitio para tirar la piedra y esconder la mano. Por eso aplaudo que a pesar de las dificultades, Juan Gómez haya obtenido el apoyo necesario para revalidar el cargo y seguir siendo el rector magnífico, de nuevo el timonel para gestionar la Universidad en los próximos cuatro años en los que hay que echar mano de la imaginación y de la ambición para inyectar a la UJA impulso y nuevas ideas. Es lo mejor que tenemos en Jaén y es obligación del rector, de su junta de gobierno, de la comunidad universitaria, pero también de toda la sociedad, cuidarla y procurar que siga creciendo sirviendo a los intereses de esta provincia, que es una de las razones de su existencia.

De la crónica de la actualidad hay que destacar que mañana, jueves, tendremos en Jaén al Rey Felipe VI, que la última vez que nos visitó fue para inaugurar el Museo Íbero que por cierto, un año y pico después, sigue “in albis”, quiero decir sin su colección permanente para lo que fue creado, pero esta es otra historia, la Junta hizo una jugada un tanto publicitaria, de imagen y nos tomó el pelo, “Liderando el campo con los jóvenes”,si bien la parte positiva es que a las dependencias se le está dando uso cultural. El monarca viene a apoyar a los agricultores y ganaderos que se reúnen en Jaén en un congreso nacional convocado por Asaja, al que asisten unas 300 personas de toda España y que tiene por lema «Liderando el campo con los jóvenes», llamando la atención sobre un aspecto importante, el relevo generacional en un sector vital, también en Jaén. Con el Rey van  a estar también entre nosotros el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el ministro de Agricultura, Luis Planas. El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha subrayado la importancia de que el Jefe del Estado sea sensible con el sector agrario, que reflexiona en nuestra ciudad sobre el presente y el futuro. Por ejemplo, el señor Barato ha señalado que no existen razones ni objetivas ni subjetivas para que el aceite haya llegado al precio que tiene en la actualidad.

Y hoy, 3 de abril de 2019, se cumplen cuarenta años de la celebración de las primeras elecciones para elegir los ayuntamientos democráticos y es una efeméride que algunos partidos están celebrando, especialmente relevante ha sido la iniciativa del PSOE que ha rendido homenaje a sus 372 alcaldes y alcaldesas, aunque por diferentes causas ha habido significativas ausencias, por ejemplo ninguno de los alcaldes socialistas de la capital y algunos muy relevantes de la provincia. Se han reunido tres secretarios generales, el actual, Francisco Reyes, junto con su padrino político, el que fuera todopoderoso Gaspar Zarrías, y Fernando Calahorro, con la ausencia de Cristóbal López Carvajal. De todos modos es un buen gesto rendir tributo a la gente y que las personas sientan que lo que hicieron por sus pueblos, aparte del reconocimiento de los vecinos, que es lo más importante, no ha caído en saco roto para la fuerza política que les catapultó a las alcaldías de los municipios. Pero al margen del acto partidista, legítimo y que solo el PSOE ha conmemorado, también hoy mismo la Diputación ha celebrado el acto central institucional de reconocimiento a los 97 ayuntamientos de la provincia, un evento necesario como homenaje a 7.252 concejales y concejalas, 588 alcaldes y alcaldesas en toda esta larga etapa, y 212 diputados y diputadas provinciales, en definitiva un tributo a los cuarenta años de municipalismo que nadie mejor que la Diputación como “ayuntamiento de ayuntamientos” podía llevar a cabo.

Esta efeméride ha reunido a muchos servidores públicos de nuestros, de antes y de ahora, y ha resultado emotivo, como suelen ser este tipo de celebraciones. Por supuesto que ha habido ausencias, por diferentes causas, pero es lo que decimos, cuarenta años dan para mucho y aparte de las personas que ya no están entre nosotros o que se encuentran indispuestas, la actividad política, a veces tan noble, tiene sin embargo el defecto de que ha dejado secuelas en algunos de los que fueron protagonistas. Cada cual es muy dueño de actuar de una determinada manera, pero la iniciativa me parece importante y legítima. Hay que reconocer que en tanto tiempo se han cometido desmanes y ha habido conductas poco ejemplares, pero en su inmensa mayoría la política que se hace en los pueblos, la más cercana a los vecinos, es la más transparente y la que se merece el aplauso colectivo como hoy ha ocurrido.   

Siempre que trato de este tema de los 40 años me viene al recuerdo la primera Corporación Municipal de Jaén, encabezada por Emilio Arroyo, que pienso ha sido la mejor de todas, especialmente porque en aquel tiempo todos y todas llegaban con las alforjas llenas de ilusión y entusiasmo. En todo este tiempo los políticos han cambiado y la sociedad también, en el ejemplo concreto del Ayuntamiento de Jaén ha habido de todo, bueno, regular y malo. Lo peor ha sido el despilfarro que hay que poner en el debe de los últimos equipos de gobierno, que han causado un enorme perjuicio económico que los jienenses tardaremos mucho tiempo en pagar. Y lo peor es que los responsables se fueron de rositas y en algunos casos señalaron un camino que mucho me temo que corre el peligro de ser copiado porque ya parece que da lo mismo ocho que ochenta.

Pues a pesar de todo la vida sigue y ahora se avanza en la confección de las listas para las elecciones locales del 26 de mayo y el alcalde se resiste a hacerla pública pese a que tanto los que se irán como los que van a incorporarse a la candidatura lo están demandando y él parece sentirse cómodo en esta espera ansiosa. Por su parte a la izquierda del PSOE ya se preveía la dificultad del acuerdo, IU y Podemos por su lado y Jaén Sentido y Común por el suyo, imposible la convergencia de la izquierda desunida. Y falta que se concreten también las listas de Ciudadanos y de Vox, cuyas cabeceras simplemente se intuyen, y María Cantos ha bromeado sobre la decisión de su partido, diciendo que espera ser nombrada antes de la fecha de las elecciones. A la espera de listas, lo que sí van aflorando son compromisos y propuestas, unas imaginativas, otras más de lo mismo. Lo que sí me parece importante es que los partidos, y casi todos lo están haciendo, hablen con la gente, conecten con sectores y sean receptivos. Pero sobre todo realistas, con ambición y con ideas.

Estos días he leído unas declaraciones en el Diario Jaén de Javier Márquez donde habla de un asunto al que me he referido en varias ocasiones, y es fortalecer la capitalidad, en primer lugar hay que frenar la sangría poblacional que no carece de importancia, en varios años hemos perdido casi 4.000 habitantes, pero ser capitalidad exige también una apuesta real, no de palabras ni de programas, sino de infraestructuras, equipamientos y servicios, y atender el desempleo, en el que estamos rondando los 10.000 parados, casi mil más que el año pasado. Hay que darle a Jaén un impulso decidido y para esto se necesita el compromiso político, para lo cual los candidatos tienen el deber de bajar a la arena y emular a un político canadiense de finales del siglo XVIII, Julins Greenaway que se dirigía así a los electores: “Dadme vuestro voto, sí, pero sólo si viene envuelto en la más alta exigencia a mis acciones como gobernante, la primera de las cuales es la cercanía”. ¿O es mucho pedir?

Imagen: Foto de familia, a las puertas de la Diputación, en el homenaje que se ha rendido a los 97 ayuntamientos democráticos de la provincia. 

 

 

Dejar un comentario