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Esta afirmación del titular creo que nadie la pondrá en duda a estas alturas de la película. Creo que todos los jienenses nos sabemos de memoria cada uno de los grandes proyectos que siguen pendientes, más que nada porque llevamos un cuarto de siglo dando vueltas a los mismos asuntos y no se logra arrancarlos. Uno de ellos es la Ciudad de la Justicia y si la traigo a colación es porque, un año más y van…la memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) la vuelve a reivindicar, con los mismos argumentos que de costumbre, que hace falta con urgencia una sede que ponga fin a la actual dispersión, y recuerda el dineral que cuestan anualmente los alquileres. La espera es insufrible. Llegué a confiar en que el actual vicepresidente de la Junta, Juan Marín, iba a ser el que acelerara el proyecto, porque la primera vez que vino a la capital y se reunió con el alcalde, daba la impresión de que hacía las veces de rey mago al ser portador de buenas noticias, pero que no se han hecho realidad. Recuerdo exactamente cuando anunció que iba a llevar al Consejo de Gobierno una iniciativa para afrontar de una vez por todas la Ciudad de la Justicia por medio de la colaboración público-privada.

El propio Marín también se comprometió con el tema del tranvía y el grupo municipal de Ciudadanos se lo tomó como dogma de fe y grabó un mensaje anunciando que el nuevo sistema de transporte estaba al caer, gracias a ellos. Y hoy ya hemos conocido por el pleno municipal que el Ayuntamiento, que dice haber cumplido con su parte, sigue a la espera de que la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, a la que el presidente había metido tanta prisa, mande los papeles de la liquidación del convenio anterior y se firme el definitivo de una vez por todas. Se está haciendo de rogar. Otro compromiso que dejó el vicepresidente de la Junta, hay que recordárselo, fue el de acoger la sede permanente de Turismo de Interior de Andalucía en el edificio del Banco de España, que ya dije en su momento que podía hacerle la competencia a Úbeda, que desde hace muchos años tiene reconocido el Centro de Turismo de Interior en su Hospital de Santiago.  

Con respecto a la Ciudad de la Justicia, es normal que mantengamos serias reservas, no en vano estamos hablando de una iniciativa de la que empezó a hablarse hace la friolera de 25 años, poco más o menos, es decir, al estilo Jaén. Y durante todo este tiempo hemos padecido las promesas de inútiles políticos, sobre todo en la Junta de Andalucía, entonces gobernada por el PSOE, que nos prometieron reiteradamente lo que fueron incapaces de cumplir y ahora se sigue en una actitud parecida. Hay testigos y sobre todo hay una hemeroteca para que nadie tilde mis palabras de ningún asomo de demagogia. Era presidente de la Audiencia Luis García Valdecasas cuando se empezó a fraguar esta necesidad, y después de él le tocó al mediático Pío Aguirre lidiar con este asunto y tampoco pudo conseguirlo, ni a continuación Elena Arias Salgado. Otro gran presidente, Rafael Morales, el actual, que ha sido uno de los que mejor han definido públicamente la situación de la Justicia en Jaén, opta por el momento a ver colocar la primera piedra, aunque ya saben que por la memoria histórica y la experiencia acumulada, es normal mantener el escepticismo.

Además de los presidentes de la Audiencia que se han ido sucediendo, saben bien del asunto los decanos del Colegio de Abogados, desde José Calabrús, que fue otro gran impulsor e iniciador, hasta el más reciente, Vicente Oya Amate, y entre los dos Javier Carazo, que también padeció lo indecible con la promesa que nunca llegó. Veremos si tiene mejor suerte el actual decano, Javier Pulido. Y, claro, ha habido también varios consejeros de la Junta en el área de Justicia, por cierto todos nefastos en razón a su ineficacia, solo lo digo porque a los cargos públicos se les conoce por sus hechos. Empezó a labrarse el proyecto con una tal María José López, pero los peores consejeros para Jaén, con diferencia, fueron Rosa Aguilar (¡quién nos lo iba a decir!) y un tal Emilio de Llera, que lo único que parece que le interesaba al frente de la Consejería era desviar la atención y dulcificar el escándalo de los ERE.

Una ración pequeña de hemeroteca para que se vea que lo que escribo no se sustenta en teorías conspiratorias. Por ejemplo, en octubre de 2004, la entonces consejera de Justicia, María José López, asume el compromiso de “iniciar las obras en esta legislatura”. Es obvio que no fue así. Antes, en 2002, el alcalde, a la sazón Miguel Sánchez de Alcázar, ya demandaba la infraestructura. Previamente, en 2001, se abría el debate sobre los terrenos y alguien apuntó la posibilidad de llevar el Palacio de Justicia a la antigua cárcel o a la actual Comandancia de la Guardia Civil. Todavía con anterioridad, hablamos de 1992, el decano José Calabrús mediaba en la disputa de larguísimo recorrido entre Junta y Ayuntamiento a propósito de los solares y les pedía que dejaran esa responsabilidad en manos de una inmobiliaria. Hasta 2006 no parecía verse claro que la opción elegida era Marroquíes Bajos, pero de esto ya ha pasado un tiempo, tanto que hay otras alternativas, o lo parece. Todas las dificultades habidas han tenido que ver con presupuestos, restos arqueológicos a conservar y por consiguiente suelo. Eso sí, mientras aquí discutíamos si galgos o podencos en otras capitales andaluzas se levantaban magníficas Ciudades de la Justicia.

Hace seis años, en 2015, el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, jienense para más señas, otro que ha clamado en desierto, en un acto de presentación de la memoria de su órgano jurisdiccional, se permitió un varapalo a la situación creada durante tanto tiempo. El ínclito Emilio de Llera llegó a decir que la Ciudad de la Justicia se encontraba en stand by “por culpa de los mercados” y se quedó tan pancho. Septiembre de 2009. La prensa informa que la Junta encargaba el proyecto técnico de la Ciudad de la Justicia de Jaén “y en cinco años será una realidad”. Otra mentira. Más declaraciones. En 2004, hace ¡¡¡17 años!!!, la entonces delegada de Justicia de la Junta, María Luisa Gómez, declaraba: “Me niego a pensar que esta ciudad está maldita para los grandes proyectos”, qué verdad dijo, al tiempo que avanzaba que el expediente estaba ya a la espera de escritura pública. Ella se fue y del asunto nunca más se supo. Y podría seguir, porque lo he analizado con detenimiento, pero creo que es suficiente para que se entienda la falta de interés y de voluntad política y económica para dar respuesta a una infraestructura necesaria para Jaén. ¿Ahora? La nueva Junta, que ya no es tan nueva, ha hablado del asunto y se puede recurrir a las declaraciones de sus responsables, tanto el vicepresidente como antes se indica, como sus delegadas territoriales, con buenas expresiones de voluntad, solo que en Jaén ya estamos aburridos de palabras, queremos hechos. Y pronto. 

Por ahora, el mejor ejemplo de colaboración institucional entre la Junta y Jaén, en este caso la Diputación Provincial, previa colaboración del Ayuntamiento con la cesión de los terrenos, en la etapa de Javier Márquez (no sé si habrán invitado al senador en las visitas guiadas que se vienen repitiendo, pero deberían hacerlo), es el Palacio de Deportes Olivo Arena, que además ha sido de las poquísimas obras que la institución autonómica ha apoyado expresamente en los últimos años en Jaén, que viene de la etapa anterior, de lo poco que Francisco Reyes le pudo sacar a Susana Díaz, aunque funcionó bastante bien, es lo que se puede salvar, la colaboración con el anterior consejero de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández, muy sensible con todos los asuntos relacionados con la promoción turística, justo es reseñarlo, y si no que le pregunten a Manuel Fernández Palomino, que fue su interlocutor y juntos hicieron muchas cosas. Pero cuidado con la euforia, porque aparte de los políticos, que se apuntan a un bombardeo, tal vez porque las oportunidades son escasas, hubo muchos impulsos previos para que Jaén tuviera un Palacio de Deportes, entre ellos el del propio Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala, y era, cómo no, la única capital sin disfrutar de algo tan necesario y demandado, por tanto el mérito y las medallas hay que repartirlas y otorgarlas en su caso a quien ya se lo merecía, los jienenses, aunque reconozca, no hacerlo sería mezquino por mi parte, que Francisco Reyes ha sido un gran impulsor y valedor, pendiente del día a día de la obra, y que a la llegada del actual consejero de Deporte asumió el compromiso con la misma actitud anterior. Recuerdo que en tiempos de José Enrique Fernández de Moya hubo alguna presión ciudadana, por ejemplo sé que lo pidieron los hoteleros, y la respuesta de la entonces delegada del Gobierno, Ana Cobo Carmona, fue que empezara el Ayuntamiento poniendo su parte…un Ayuntamiento que no podía hacer ese esfuerzo por razones obvias de incapacidad económica. En fin, hay una historia y puedo contarla si llega el caso, aunque prefiero en este momento celebrar la buena nueva, que estamos a punto de disfrutarlo.  

El Olivo Arena ya es una obra terminada y los jienenses tenemos una de las infraestructuras deportivas más modernas de Andalucía, yo diría que la que más, llamada a acoger acontecimientos de todo tipo, no solo deportivos, aunque lógicamente serán más habituales. El consejero Imbroda ha sugerido que el Olivo Arena pueda acoger un museo del deporte de Jaén, para que los grandes deportistas que han pasado por la ciudad tengan su rincón para la historia, que es una buena idea. Y por cierto, el consejero Imbroda empieza a portarse y otros compañeros y compañeras de gobierno deberían seguirle. Empezaron las obras del Conservatorio de Música y ahora acaba de comprometer 2,7 millones para el Conservatorio de Danza, que tanto ha reivindicado la ciudad y para el que el Ayuntamiento ha cedido edificio en el casco antiguo. Muy bien por este logro, éramos junto con Huelva, la única capital andaluza sin un centro de referencia para la danza.

Sigamos con las buenas noticias, porque es lo que me gusta resaltar, y es que el pleno del Ayuntamiento ha respondido de manera unánime a la moción presentada por el grupo socialista en contra de que lleguen a tener actividad las canteras de La Quebrada, en el paraje de la Fuente de la Peña, y La Imora. Todos los grupos han estado de acuerdo en la necesidad de proteger los valores paisajísticos, ambientales y culturales, como ha defendido la primera teniente de alcalde, África Colomo. No solo es un respaldo al Ayuntamiento, que viene defendiendo ante las administraciones competentes, entre ellas la Junta, que se declare la nulidad de la actividad de las canteras, sino que lo es a los diferentes colectivos ciudadanos, con la plataforma Salvemos el Cerro a la cabeza, que vienen protagonizando movilizaciones, como la de hace unos días, y que obtiene hoy una respuesta inmediata.   

Foto: El pleno del Ayuntamiento de Jaén, por unanimidad, rechaza la actividad de las canteras, como la de la Fuente de la Peña, que motivó la protesta ciudadana del pasado domingo. (TITO RUIZ)

 

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