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La cúpula empresarial andaluza y jienense, CEA y CEJ, se han pronunciado hoy al unísono sobre la necesidad de que las administraciones, tanto la central como la autonómica, pasen a los hechos e inviertan en la provincia, porque la dejadez de ahora condiciona el desarrollo futuro. El presidente de la CEA, Javier González de Lara y su homónimo de la CEJ, Bartolomé González, con miembros de sus equipos, se han reunido protocolariamente, y tal vez algo más, con el presidente de la Diputación y el alcalde de la capital. Hay buena sintonía, pero al margen de la educación y la relación institucional, los líderes empresariales no se han ido por los Cerros de Úbeda, por el contrario se han mostrado convencidos y en consecuencia exigentes sobre la necesidad de que el territorio de Jaén reciba el apoyo que necesita de todas las instancias que pueden y deben hacerlo.

Se sigue notando la capacidad de reacción y de iniciativa del flamante presidente de la CEJ, el ubetense Bartolomé González Ruiz, que ya sabíamos de antemano que iba a suponer un antes y un después en la organización empresarial de la provincia de Jaén tras unos años de un cierto encefalograma plano, y no lo digo por las personas, sino por los resultados. Fueron sorprendentes, por directos, los primeros mensajes que lanzó González este pasado verano al hacerse cargo del mando, frases como “¿por qué no somos capaces de salvar el abismo que parece haber entre los dichos y los hechos?” o “Nuestra provincia corre el riesgo, desde hace tiempo, de vivir en la parálisis del análisis”. Vamos, que hay que actuar YA. Es una nueva manera de pilotar esa importante nave de un notable e imprescindible agente social. Como creo haber dicho, reivindicativo con firmeza, con un discurso institucional, seguramente el que le corresponde, pero que habla el lenguaje del pueblo llano, porque piensa y dice lo mismo que casi al unísono venimos reclamando en Jaén desde todas las direcciones.

González de Lara, el titular de la CEA, ha empezado con frases a medias para no llenar de pesimismo el día, tal vez por eso ha dicho que “Jaén no siempre ha sido bien tratada”, cuando debió decir nunca o por lo menos casi nunca. El presidente de la patronal andaluza se ha pronunciado sobre la necesidad de que lleguen las inversiones para infraestructuras a Jaén, de manera que se pueda crear un tejido productivo más ambicioso y contar con incentivos y una fiscalidad más favorable al objeto de ofrecer unas condiciones más beneficiosas para atraer inversiones a industrias tractoras. Esto último es lo que necesita Jaén como prioridad, la solución histórica era el Plan Colce, pero una vez más la política jugó en contra de nuestros intereses.

Durante la reunión con la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), cuyos miembros están plenamente sensibilizados con un panorama que no varía, falto de expectativas reales, se ha hablado de un rayo de esperanza con los fondos europeos, que no solo deben llegar a las administraciones, sino a los empresarios y a las empresas que los reclaman con el propósito de invertir y crear riqueza, señalándose la importancia de que ese dinero fluya a las pymes jienenses, que constituyen el 99% del tejido productivo de la provincia. Los empresarios van a ser constantes en la reivindicación de obras como la A32, de hecho se han unido a sus colegas de Albacete con este fin, y también demandan la autovía con Córdoba, que a pesar de los años sigue en lista de espera, como tantos otros proyectos. Pero lo más importante, lo que quiero subrayar porque a veces cuando se habla de la voz de los empresarios parece que su discurso es poco reivindicativo, es intuir del tono de sus planteamientos que se han puesto en modo “on” y no se quiere perder ni un minuto en algo que no sea pedir lo que en justicia corresponde a Jaén, bien sea que los polémicos ecoesquemas de la PAC no sean un castigo para el olivar de la provincia, o que, como ha subrayado el presidente de la CEJ, el escaso desarrollo de las infraestructuras sea un obstáculo insalvable para que la provincia se convierta en nudo logístico.

Si hubiera que resumir la impresión en pocas palabras de cómo ven los empresarios a Jaén, se puede decir que la contemplan con una evidente pérdida de peso en el conjunto andaluz, algo que ya sabemos pero que está bien que algunas organizaciones económicas y sociales lo digan a las claras y que, además, señalen que la colaboración público-privada es la llamada a mejorar la situación de una provincia que cuenta con los diagnósticos suficientes para actuar, en referencia al Plan Estratégico de la Provincia, donde están bien señaladas las fortalezas y debilidades de nuestra tierra.

Es agradable advertir el cambio de timón en la CEJ, lo es el SOS que se lanza para dejarnos de marear la perdiz, que tanto les gusta a la política, y pocos pueden salvarse porque nos ningunean continuamente, y póngase toda la carne en el asador en ese objetivo ambicioso de buscar proyectos palanca, los únicos que a la larga generan economía y progreso empresarial y social. Nos robaron el Colce, pero no deberían ganar la batalla contra la ambición de una provincia que necesita más que nunca estar motivada para luchar contra la adversidad con todas las armas a su alcance, para abandonar el furgón de cola en el que nos han metido todos los gobiernos que sistemáticamente nos han dado la espalda, aunque, qué paradoja, para todos, en Madrid y en Andalucía, siempre hemos sido una prioridad. Encima, mentirosos.

Foto: La junta directiva de la CEJ se reunió con motivo de la visita del presidente de la CEA, al que hicieron partícipe de su visión sobre las expectativas de la provincia.

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