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Algunos creían que con la situación tan difícil que se ha puesto en los últimos días en Linares, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, iba a suspender su visita. Se equivocaron, ha mantenido su viaje y ha aguantado el chaparrón, consciente de lo que le esperaba, porque en la plaza del remozado Ayuntamiento, varios cientos de personas aguardaban su llegada, expresando entre abucheos y consignas como “YoCreoEnLinares”, “Linares no se cierra” o “Linares no se rinde”, el malestar, el hartazgo y la indignación por el delicado momento por el que atraviesa la ciudad. Los linarenses están irritados con los políticos, pero con todos, desde el primero hasta el último. El propio Moreno ha dicho en su intervención ante los asistentes al acto de inauguración del edificio municipal, que era consciente de que no iba a ser bien recibido, vamos que sabía que no lo iban a esperar con palmas y olivos. Quiero destacar la actitud del gobernante, no es por ello un héroe, porque en el cargo va la carga y esto es lo que se pide de los cargos públicos, que asuman su responsabilidad, pero hay antecedentes de responsables de la Junta a quienes les temblaban las piernas solo de pensar que tendrían que viajar a Linares, por ejemplo, la anterior presidenta, Susana Díaz, y su antecesor, José Antonio Griñán. En concreto de Griñán se conoce, en el peor momento de sus relaciones con Francisco Reyes, una etapa cumbre en el desencuentro entre Sevilla y Jaén, una visita a la provincia de la que se zafó por un ataque de pánico a enfrentarse con un problema. Chapó por Moreno, y no soy de su club de fans, pero estoy en el lado de quienes entienden que hay unas exigencias mínimas que hacer a los políticos con responsabilidades y de ellos en asumirlas.

Es verdad que en dos años la actual Junta no se ha fajado en torno a la realidad de Linares, por tanto no se han cumplido las expectativas y los compromisos marcados en noviembre de 2018, en la campaña autonómica, esto es así, pero tampoco es justo culpar a Moreno y con él a su gobierno de un par de décadas de políticas erráticas por parte de la Junta de Andalucía, porque es verdad que invirtió mucho dinero para tratar de apagar el fuego prendido en la ciudad tras el cierre de la emblemática Santana, pero los problemas que surgieron no se solucionaban a golpe de talonario, como se hizo, sino con actuaciones imaginativas y con proyectos generadores de empleo. No vamos a repetir la historia. Hoy, en el Parlamento andaluz, la señora Susana Díaz ha criticado que no estuviera presente en la Cámara autónoma Juanma Moreno, pero debieron informarle que se encontraba en Linares dando la cara ante una situación límite en la que ella colaboró en su cuota parte, ni más, ni menos.

El PSOE, que yo sepa, no ha hecho autocrítica -nadie la hace- de esa etapa dolorosa para Linares, lo más que he visto en las redes sociales es un vídeo donde aparece Moreno bajándose del coche oficial y dirigiéndose al Ayuntamiento de Linares, sin mascarilla. Está muy mal, desde luego, sobre todo con la que está cayendo en este momento en el que el propio consejero de Salud, Jesús Aguirre, nos pide encarecidamente a los andaluces que de forma voluntaria y solidaria nos quedemos en casa a partir de las ocho de la tarde porque, según sus palabras, la tercera ola es un tsunami, y pretende que ya que el gobierno de España no autoriza el adelanto del toque de queda, lo hagamos por nuestra cuenta los andaluces. Quiero decir con respecto a la mascarilla -pienso que debió tratarse de un descuido- que el PSOE se queda en la anécdota, pero el problema de Linares es de mayor calado, grave y preocupante.

Es verdad y esto sí que lo quiero subrayar, que parece mentira que tengan que ocurrir hechos como los que han tenido lugar estos últimos días en Linares, para que la política reaccione. Consta que todos los grupos municipales, todos, están preocupados y la señal de alarma ha surgido tras el cierre de varios establecimientos, en especial el anuncio de El Corte Inglés, tras casi veinte años de presencia en la ciudad, y hoy el presidente ha dicho que hablará con la firma para tratar de frenar su mal recibido adiós, gestión creo que de dudosa eficacia. El alcalde, Raúl Caro, de Ciudadanos, ha amagado varias veces en sus declaraciones públicas, en dar un puñetazo sobre la mesa, porque, proveniente del mundo de la gestión, en concreto de la Cámara de Comercio, no podía entender que la maquinaria municipal y oficial en general, sea tan extremadamente lenta. ¿Resultados de la visita?, que es lo que al fin y a la postre importan. Juanma Moreno ha comprometido una serie de iniciativas para tratar de combatir la adversidad de Linares. En concreto ha hablado de un Plan de Reacción Inmediata que es de suponer que se concretará en breve: va a ser una realidad la puesta a disposición para la ciudad del parque empresarial de Santana, donde ya está anunciada la inversión de seis millones de euros para ponerlo al servicio de las iniciativas empresariales y, muy especialmente, ha sido receptivo con el documento suscrito por agentes sociales, económicos y políticos locales, en torno a un pacto por Linares, muy bien trabajado, donde se recoge la lista de urgencias a las que la ciudad no puede renunciar en este momento histórico, en el que padece una severa crisis, que ya estaba, sobre todo liderando la tasa de paro, pero que se ha agravado con la actual pandemia. El panorama es tal que no hay tiempo que perder, de modo que a partir de ahora veremos si hay una respuesta que se corresponda con los buenos propósitos de hoy, o por el contrario se recurre a los aplazamientos y a más de lo mismo.

A estas alturas no pongo la mano en el fuego por nadie, menos por las promesas de los políticos de cualquier signo, han sido muchas decepciones, una detrás de otra, y así en décadas, y no solo en Linares. Por eso es bueno terminar dirigiendo un mensaje a las diferentes administraciones, porque unas por otras, y es algo que vengo repitiendo casi cada día, aunque con la sensación de estar predicando en desierto, que la provincia toda sigue aguardando resignadamente, y cada vez con mayor impotencia y desafección hacia la política y los políticos, que en algún momento nos vengan a rescatar de este lastre de olvido e indiferencia. Hoy le ha tocado a Linares, ciudad a la que me siento muy ligado y a la que quiero. Pero me duele mucho mi Jaén, y nadie se pone de frente para resolver sus problemas con decisión. Espero que algún día los gobiernos, empezando por el de Pedro Sánchez, que ni está ni se le espera, y les puedo explicar cuáles son las carencias, con pelos y señales, además de la Junta de Andalucía, que tiene muchos de los proyectos pendientes en lista de espera, sean conscientes, y nosotros se lo hagamos ver con la misma contundencia que hoy han salido a la calle un puñado de linarenses, que estamos en el mapa y dispuestos a decir ¡basta ya!

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno, con el alcalde de Linares, Raúl Caro, saludando a la Corporación tras ser inaugurado el rehabilitado Ayuntamiento de la ciudad.          

 

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