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El diario Viva Jaén de hoy ha publicado una información, según la cual, en el último año la capital ha vuelto a perder habitantes, casi 800, en esa sangría poblacional que se va produciendo sin prisa pero sin pausa, que ha hecho que en los últimos diez años se hayan perdido casi 3.300 vecinos. Los números se basan en los registros estadísticos del propio Consistorio, que reflejan claramente que ha habido una importante pérdida poblacional en la capital y la línea sigue en picado, todos los años hay una fuga al menos de cientos de jienenses que dejan la ciudad por alguna causa. Hace poco el responsable en Jaén del sindicato CCOO, señalaba que en los últimos casi diez años la provincia ha perdido casi 20.000 vecinos, añadiendo que el envejecimiento de la población supone el problema laboral, social, económico y político de mayor magnitud al que habrá que hacer frente en los próximos años, cuanto antes mejor. El mismo secretario general del sindicato, ponía de manifiesto una apreciación aún más preocupante y significativa, la de que Jaén es la provincia que sale peor parada en la comparación de los datos demográficos recientemente publicados. Por otro lado somos la provincia española con un menor porcentaje de población extranjera, un 2,53%, y la más envejecida. La provincia contaba en los últimos datos registrados por el INE con 647.862 habitantes, de los que 327.000 son mujeres y 320.862 hombres.

La situación económica, es decir, la falta de perspectivas, y una crisis que por aquí al menos no acaba de desaparecer del todo, sigue haciendo que no se detenga el éxodo de los jóvenes hacia otras zonas con mejores perspectivas, incluso al extranjero. Este es el dramático panorama al que se enfrenta la provincia, una de las más castigadas por el paro, a pesar de la leve mejoría, pero es una realidad incontestable que el mercado de trabajo es muy pobre, y que las estadísticas nos siguen situando por detrás  de la realidad poblacional de Andalucía y de España, que en ambos casos han tenido un significativo crecimiento. Según la citada organización sindical, la tasa que expresa la relación entre la cantidad de personas  adultas mayores y la cantidad de niños y jóvenes, es de un 18,50%, en Jaén, frente al 16,30% de Andalucía, hecho que ofrece como lectura que queda seriamente condicionada la posibilidad de relevo generacional en el mercado laboral. Estos datos y otros que nos colocan en similares puestos ajenos al desarrollo, hacen afirmar a CCOO que “la crisis no es historia en Jaén”, aunque reconoce que sobran los cantos de sirena y las lecturas triunfalistas e interesadas, con lo que se llega a la conclusión de que “no se genera empleo de calidad, hay fuga de capital humano y las tasas de paro juvenil, mujeres y parados de larga duración son totalmente insostenibles y un verdadero drama”.

Por lo que se refiere a la capital de la provincia, que es la que hoy nos ocupa, en los últimos años se ha producido un retroceso poblacional preocupante, que pensamos no es algo improvisado, sino que posiblemente sea la consecuencia de políticas en las que, por la ausencia de proyectos atractivos de nuevas zonas residenciales, los pueblos de los alrededores, como bien se conoce, fueron acogiendo a una parte de la población que aspiraba a vivir al menos en las proximidades de la gran ciudad, de lo que se han beneficiado, especialmente, las poblaciones de La Guardia y Los Villares, que han hecho bien sus deberes. De aquellos polvos vienen estos lodos, el hecho cierto es que en el último año se ha producido una nueva bajada, de 114.238 a 113.522 habitantes, según la información del citado periódico, cuando hace diez años el censo era de 116.790 jienenses. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Esta realidad debe seguir preocupando por lo que supone de síntoma de ausencia de Jaén como foco de atracción real. A pesar de ello no queremos ser pesimistas, todo lo contrario, pensamos que Jaén es una ciudad de futuro porque es un lugar ideal para vivir, abarcable, con la dimensión adecuada, sólo que hay que poner a disposición de quienes se quieran quedar en ella todas las condiciones que plantea el ciudadano más exigente y esta es una de las asignaturas que esperamos resuelva en su día, si es que la justicia decide autorizar su puesta en vigor, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pues entre las prioridades tiene que estar el asentamiento de la ciudad, el modelo exacto de lo que se pretende de ella, y para esto los políticos responsables no se pueden dormir en los laureles. Esto, o el futuro es impredecible y podemos desembocar si no hay quien lo remedie en una caída tan acentuada que ya sea imposible de remontar. La solución, creo, pasa por apostar decididamente por la capitalidad, pero con instrumentos, no con palabras, hacer una ciudad con razones suficientes para quedarse, en la que apetezca vivir. En resumidas cuentas, este descenso poblacional es una mala noticia para una ciudad que dice tener expectativas, porque la única evidencia por el momento es que vamos para atrás como los cangrejos…Toca espabilar.

 

 

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