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Qué rematadamente mal lo ha hecho el Ayuntamiento de Jaén con el tema del Plan Colce. Ahora, casi tres meses después de la llegada de la noticia que echaba un jarro de agua fría a la euforia de toda una ciudad, con razón o sin ella, viendo el desarrollo de los acontecimientos con la suficiente perspectiva, es cuando se puede concluir que ha sido un despropósito. Cada día que pasa tengo más claro que la información que se ha pedido al Ministerio de Defensa por diferentes conductos y que ha ofrecido con cuentagotas y dejando a Jaén en no muy buen lugar, debió exigirse con toda firmeza de manera inmediata, como suele decirse, el llanto sobre el difunto. Pero pasó lo que pasó, que tras el calentón inicial los dirigentes socialistas empezaron a recoger velas cuando les llamaron a capítulo y concretamente al que mayor responsabilidad tiene, que es el alcalde, Julio Millán, le tembló el pulso y no ha sabido liderar de cara a la opinión pública un asunto trascendental en el que se había conseguido el apoyo prácticamente unánime de la ciudad, y eso contando con que esto en Jaén es dificilísimo porque venimos arrastrando fracasos estrepitosos y ahora, de pronto, había surgido milagrosamente una nueva y desconocida ilusión por estar en juego el futuro económico y social de esta capital. Dejaron sola a María Cantos, la concejal de Promoción Económica y que llevó directamente las riendas de este sueño de Jaén ante el Ministerio de Defensa. Hace tiempo que el alcalde se desligó y de hecho no ha participado de ninguna reacción posterior, salvo el acuerdo plenario del 26 de febrero para solicitar, aprobado por unanimidad, un informe de los servicios jurídicos municipales previo a la posible presentación de un recurso por la vía judicial.

Demasiado tiempo han tardado los servicios jurídicos municipales para pronunciarse para que no tuviéramos la sospecha de que algo no iba bien. Hoy se ha sabido el motivo. Dice el informe, que ha necesitado varias semanas hasta emitirse, que el Ayuntamiento podrá recurrir por la vía contencioso administrativa para demandar información, porque “por el momento” no cabe recurso contra el procedimiento administrativo, para dejar más claro todavía que las declaraciones de la responsable política del Ministerio de Defensa y un simple comunicado de prensa, no constituyen actos administrativos formales susceptibles de ser recurridos. No me extraña, ya lo intuía por el tiempo transcurrido. María Cantos, que ha debido montar en cólera, ha solicitado que con urgencia el Ayuntamiento contrate un gabinete jurídico externo para que lleve este caso, al considerar desde el grupo de Ciudadanos que existen “evidentes pruebas de irregularidades en el proceso”. Demanda que un equipo de juristas se ocupe del asunto sin perder ni un minuto más, y dice, y en esto lleva toda la razón, que está en juego la credibilidad del Ayuntamiento. En efecto, la defensa de los intereses de la ciudad y de su imagen ha quedado en entredicho, pero la señora Cantos no ha querido enfrentarse públicamente al alcalde. Es claro que aquí hay un problema interno y grave, pero se ha dado a entender lo que no era. El hecho de que María Cantos pretenda a toda costa seguir peleando es porque debe tener la seguridad de que le asiste la razón, de lo contrario hubiera reculado cuando se han hecho críticas a la falta de un expediente sólido para avalar tan ambicioso proyecto. En cambio desde el Gobierno lo que viene a decirse, y que coincide con el informe de los servicios jurídicos del Consistorio, es que no hay actuación administrativa alguna susceptible de ser recurrida. Muy fuerte.

Recordemos la primera reacción del alcalde, Julio Millán, a principios de febrero. Envió una carta urgente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue publicada por los medios de comunicación e hizo declaraciones fuertes, contundentes. Esta es una de sus varias declaraciones del mismo tenor: “No han sido criterios técnicos, ni de cohesión social o territorial, ni los datos de desempleo…. sino una voluntad expresa de la Vicepresidenta basada en su lugar de procedencia, como así ha sido expuesto por ella misma a los medios de comunicación”. Esto es lo más bonito que dijo. ¿Con qué Julio Millán de los dos nos quedamos, con el de aquella carta en la que se sentía más de Jaén que de partido, o con el de hoy, tras haber recogido velas y mantenerse en silencio de obediencia a sus siglas? Por su parte, el presidente de la Diputación y secretario provincial del PSOE, Francisco Reyes, también anunció con urgencia que “llegaremos a donde haya que llegar”, y, más todavía: “Hay muchos indicios de que esto se ha podido resolver por el dedazo de una persona”. Juzguen ustedes mismos.

Ahora es demasiado tarde. En los primeros días debieron exigirse todas las respuestas, en este momento, tres meses después, Córdoba se ha hecho fuerte con su adjudicación, mientras en Jaén estábamos distraídos en ver cómo se pedían explicaciones, el Ayuntamiento cordobés ha ido avanzando, en semanas ha hecho a prisa y corriendo todos los deberes, ayudado por las mismas administraciones que se han caracterizado por una dudosa lealtad hacia Jaén, y pensar en que pueda haber una reversión me parece fuera de lugar, casi milagroso. Entiendo que la sociedad civil, tan indignada por lo sucedido, quiera explicaciones, como está promoviendo la plataforma “Jaén Merece Más”, de hecho me sumo a la acción, pero este asunto, a mi modo de ver, tiene poco recorrido, a no ser, y tampoco lo creo, que se nos aclaren con todo detalle los motivos por los que finalmente Córdoba se hizo con la concesión de la base logística del Ejército y para bien o para mal nos quedemos satisfechos. Si en Jaén se hubieran dirimido con prontitud las razones del Ministerio de Defensa y el dedazo de la vicepresidenta, tal vez podíamos haber optado a sumarnos de alguna manera al proyecto.

En estos días hemos leído en los medios cordobeses, que el alcalde, José María Bellido, del Partido Popular, ha declarado que el Plan Colce es un proyecto de vocación andaluza. De hecho se ha reunido con el alcalde socialista de Écija, de cara a tener alguna participación, y lo mismo ocurre con el municipio de La Carlota y presumiblemente se podría unir Linares, ya que es la Junta de Andalucía la que, según las informaciones, va a liderar el proyecto y en nombre de ella el viceconsejero Antonio Sanz. Si se hubieran aclarado las cosas en su momento y Jaén no era la candidatura seleccionada, con un poco de voluntad política se le podía haber sumado al ambicioso plan. Ahora esta situación parece inviable tal y como se han desarrollado los acontecimientos. Es perfectamente visible que aparte del Ministerio de Defensa, la Junta de Andalucía ha asumido un protagonismo y nos hemos enterado por los medios de comunicación, ya que para quedar bien a los políticos solo se les ocurre la respuesta de que al fin y al cabo la inversión y la macrobase se quedan en Andalucía. Lo demás no cuenta, ni siquiera el estado general del territorio y el ninguneo sistemático que se ha tenido con él. 

En fin un asunto del que por lo menos es de esperar que algún día nos enteremos de toda la verdad que ha habido en torno a él, las intromisiones políticas, la opacidad, el compromiso que al parecer se estableció con Jaén y acto seguido la decisión de la que, para más inri, en Jaén nos enteramos y se enteraron las autoridades por las informaciones de las redes sociales, peor no se pudo empezar. Nos hemos quedado sin conocer la versión de algunas de las personas cualificadas que participaron en los encuentros en Madrid, como el propio rector de la Universidad, Juan Gómez. Pero, sobre todo, con este asunto hemos tenido la impresión, una vez más, de que los políticos no han estado, salvo excepciones, a la altura de las circunstancias y pienso sobre todo en quienes en el primer minuto fueron tremendamente críticos con “su” gobierno y a los pocos días dejaron de expresarse de forma que pudieran molestar a los que mandan, como siempre ha ocurrido en Jaén por los siglos de los siglos. Lo más lamentable es que si en Madrid defienden que no hay nada que ocultar no tuvieran el gesto de haber venido a Jaén a explicar con claridad y sencillez los motivos para elegir Córdoba. Si no lo hicieron es porque probablemente no hubo motivos sino imposición, o imposiciones, y en este caso no solo pienso en la enorme bofetada política a Jaén del gobierno de Sánchez sino que hay más que indicios para pensar que hay una actitud colaboradora necesaria en la Junta de Juanma Moreno.

Y duele más que nadie haya barajado la situación socioeconómica de Jaén, su desempleo, la necesidad de apoyo institucional a una tierra en la que los gobiernos jamás han tenido gestos de vertebración territorial, todo lo contrario, la han dejado hundirse. Y los políticos locales que sustentan al gobierno de Sánchez, no han sido capaces de hacer valer esta condena permanente al aislamiento, pero, eso sí, toda la fuerza se les va criticando al gobierno de la Junta, como si de la noche a la mañana, y ya lo creo que hay que pedirle responsabilidades, fueran los responsables de todo lo que está pasando en la provincia, precisamente los que piden que ante cada situación denunciable se identifique al verdadero culpable, son los que se dedican a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. En resumen, lo diré una vez más con pena. La política que se hace en Madrid nos ignora y los políticos que tenemos en Jaén no han sido capaces de dar la cara por su tierra hasta sus últimas consecuencias, ganáramos o perdiéramos.

Foto: En esta imagen están las personas involucradas directamente en el apoyo a la candidatura de Jaén para la Base Logística del Ejército.

 

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