Skip to main content

Querido alcalde Javier Márquez. Bienvenido al club de los que hemos optado por resistir, en el mejor sentido de esta palabra, porque además en mi caso, y estoy seguro de que también en el suyo, la resistencia es un estado al que se llega después de intentar cambiar las cosas de distintas maneras y encontrarse como un muro infranqueable, imposible de derribar. Ahora bien, mi resistencia (enjaendonderesisto) ya se ha vuelto un tanto complaciente por serena, nunca resignada, al contrario no hay más que leer mis comentarios cada día que pueden destilar de todo menos indiferencia, y esto ocurre desde que le hice caso a la recomendación de Charlton Heston: “Lo que no se puede curar se debe resistir”. Lo mío nació por la decepción percibida durante más de cuarenta años de vida profesional, al ver que las administraciones y la propia sociedad no luchaban por un ardoroso deseo de cambio y sí un estado de aceptación que ha condicionado el porvenir de esta ciudad. Creo que a usted le ha pasado algo parecido en estos tres años de mandato, que mañana mismo se cumplen. Para mí, que jamás me he cansado de Jaén, se lo digo con el corazón en la mano, lo que realmente valoro a estas alturas de la vida, es que he aprendido a resistir y lo he hecho sin sufrimiento, consciente y responsablemente, desde la admiración y el amor a Jaén, pero, eso sí, con una gran dosis de escepticismo, en el que milito.

Hoy, pensando en mi alcalde, al que en verdad aprecio, me lo he imaginado resistiendo los duros embates en estos duros años que para usted se quedan, y en los que, creo que no hay razón para ocultarlo, en algún momento ha sentido la tentación de arrojar la toalla. Pero finalmente ha podido más la responsabilidad y la resistencia. Me he acordado al respecto de la letra de la canción del Dúo Dinámico, que resume bien este estado emocional: “Soy como el junco que se dobla,/pero siempre sigue en pie./Resistiré, para seguir viviendo,/soportaré los golpes y jamás me rendiré,/y aunque los sueños se me rompan en pedazos/resistiré, resistiré”…Pues así estamos, respetado Javier.

Le he visto navegar en este mar proceloso en tantos momentos de dificultad, porque la situación económica tan adversa, hasta el punto de que nos señalan con el dedo en toda España por nuestra deuda, ha sido el gran obstáculo para tratar de salvar el mandato. Su persistencia, y desde luego la ayuda impagable de su concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, que ¡chapó! por él, y también por algún empujón del Ministerio de Hacienda en la etapa anterior, han mejorado la situación, dentro de la gravedad, y usted mismo dijo hace más de un año que el Ayuntamiento estaba para cerrar y en este momento se atienden obligaciones y existe una sensación de normalidad aparente que proyecta otra imagen, aunque la procesión vaya por dentro. Y ahora le acaban de meter miedo en el cuerpo con una nueva misiva de la ministra María Jesús Montero, que no les hizo mucho caso, o ninguno, cuando estaba al frente de la Hacienda de la Junta y ahora les sigue dando largas para dialogar. Esa es la espada de Damocles que pende sobre nuestro Consistorio.

Los tres años transcurridos al frente del Ayuntamiento, desde que sucedió a su amigo y compañero Fernández de Moya, con quien parece que ahora mantiene serias diferencias, y que menudo embolado le dejó, han dado lugar, en el inicio de este curso, a unas mejores expectativas. No soy tan optimista como usted, que en sus comparecencias parece que quiere tocar el cielo con las manos y está ubicado en la llegada de un maná que como mínimo está por ver. Pero es cierto que existe una alineación de astros que permiten contemplar esta recta final del mandato con algo más de alegría y optimismo. Con la peatonalización que algunos no entienden, como antes sucedió en otras ciudades, pero que es una actitud valiente y de la que al final nos alegraremos todos los jienenses; con el inicio de las obras del Centro Comercial Jaén Plaza; con la ejecución de proyectos en varias importantes calles de la ciudad, y más cosas, aunque en sentido contrario ha sido un varapalo que “su”  PGOU haya tenido un nuevo freno por vía judicial que retrasará algunas de las acciones previstas tanto de la iniciativa pública como de la privada. Tampoco ha sido posible cerrar del todo el acuerdo del tranvía, pese a que se estaba ya en la recta final y sospecho que ha sido la convocatoria electoral la que lamentablemente se haya metido por medio.

No vamos a enumerar todos los frentes que se han abierto, tampoco los sinsabores que plantea la relación con otras administraciones y la ilusionante espera de que lluevan millones de la ITI, que seguimos demandando como agua de mayo. He de reconocer que ustedes, en especial usted mismo, se ha puesto las pilas, espero que para llevarse la alegría cuando abandone el cargo, de haber comprobado que muchos de los esfuerzos merecían la pena y no porque toquen a urgencia electoral y sea la hora de aprovechar el tiempo, incluso el perdido, que ese ya es irrecuperable. Y digo que no insisto más porque tanto en los plenos como en las ruedas de prensa, usted ha zanjado tanto los compromisos como las decepciones, a partes iguales. Porque, en efecto, el Ayuntamiento en solitario, por mucho que lo pretenda, no puede sacar un proyecto de ciudad adelante y es bastante estéril la pelea permanente de administraciones que en vez de confrontar tendrían que trabajar todas juntas por el mismo fin, la mejora de la calidad de vida de los jienenses de la capital, donde ha habido tantos incumplimientos y tanta inacción, de todos, repito, de todos, y nos hemos quedado a la luna de Valencia…

No le voy a enmendar la plana en las previsiones optimistas que tiene sobre el futuro de la ciudad, pero sí tengo la obligación, para ser justo y realista, de decirle que hay muchas asignaturas pendientes que dependen en exclusiva del Ayuntamiento, es decir, de la voluntad de su grupo, que ha tenido la habilidad de buscarse los votos necesarios, y veremos si le dura por las veleidades de algunos de los no adscritos, para no estar en continuo estado agónico, una vez que se disiparon las dudas de que el resto de grupos optaran por la Alcaldía y le censuraran, peligro que nunca se puso seriamente encima de la mesa. En cierto modo me agrada que mi alcalde tenga ilusión y la traslade a la ciudadanía, incluso con algo de exageración, como suele ocurrir cuando ustedes los políticos se suben arriba y en sueños, lógico por otra parte, y humano, ven todo lo bueno que debe estar por venir. Una cura de realismo siempre viene bien, conviene hablar poco con los palmeros, si los tiene, y mucho con el ciudadano medio que es el mejor termómetro para comprobar la temperatura de la ciudad, el estado de opinión. Ese debate nunca falla, y es muy sano recibir directamente las críticas, que pueden no ser agradables, pero sí son muy necesarias, yo diría que imprescindibles.

Los jienenses están, estamos, muy quemados, no nos agrada el panorama de la ciudad, no entendemos cuando se transmite ese mensaje irreal de que no pasa nada, estamos hartos del politiqueo en lugar de la política, de que se ningunee a la ciudad, creemos que el nacimiento de una plataforma como “Jaén Merece Más” y las demás que comparten objetivos de mejora de la ciudad, es el gran revulsivo que hacía falta para desterrar esa imagen de conformismo que nos ha acompañado en siglos. Y saltamos a la primera de cambio porque somos los sufridores, los que tenemos los barrios abandonados, un casco histórico de pena a pesar de que a todo el mundo se le llene la boca…y tenemos que pagar entre todos la barra libre de una política municipal que tantas veces fue engañosa, fantasiosa, inconsciente y puede que en algunos casos hasta delictiva.

Usted, querido alcalde, se ha encontrado con el desaguisado, ya lo sé, pero ya es responsable subsidiario, es el que manda y tiene que recibir las felicitaciones, cuando las haya, y también las quejas. Personalmente su presencia al frente del Consistorio ha sido, a pesar de todos los problemas y adversidades del mandato, como un bálsamo, sobre todo si se establecen comparaciones. Lo he percibido en los plenos, en su relación de normalidad e incluso de cordialidad con políticos de otras administraciones, un Ayuntamiento más abierto, menos engolado, con unos plenos donde hay debate pero también serenidad y mejores formas que las que mantuvo su antecesor, que además ni necesitaba de esos espectáculos en que se convertían las sesiones del Consistorio, cuando disfrutaba de una mayoría absoluta holgada. Por esta razón no me gustaría que se dejara seducir por ese síndrome que a veces acompaña a los políticos, cuando en vez de apreciar lo que de verdad ocurre, el estado real de su pueblo en este caso, acarician en exclusiva una ciudad imaginada. Es la expresión feliz de Charles Darwin: “No puedes depender de tus ojos cuando tu imaginación está fuera de foco”.

Es como el soldado que tenía el paso cambiado y la madre quiere hacernos entender que quienes llevan  el paso cambiado son todos los demás que participan en el desfile. Muchos esperamos que no se apodere de usted esa especie de ceguera que es como un virus muy complicado de inocular, porque su fortaleza es una fe ciega en que está en posesión de la verdad y puede darse el caso de ver una ciudad y la mayoría de los jienenses veamos otra muy diferente. Por tanto le sugiero, desde el respeto, que haga todo lo posible por no vender humo ni crea en milagros, el futuro de Jaén será el resultado de un trabajo duro y consciente. No hay otra fórmula.

Dejo lo mejor para el final, me gusta verle pasear por la ciudad, pararse con la gente, estar alejado de filias y fobias, sonreír en los plenos, aunque de vez en cuando también se pone serio y le hacen saltar como un resorte, porque usted no es un extraterrestre, a Dios gracias. Me gusta verle recoger a su niño del cole, o haciendo la compra semanal, me gusta verle de normal, de Javier Márquez. Le vi decidido, hace más de un año, mover los hilos para resolver en 24 horas el que parecía nuevo conflicto con el Museo Íbero, aunque de este asunto prefiero no hablar por el gol que nos metieron por la escuadra y hace casi un año de esto. O cuando se fue a Sevilla a llamar la atención sobre el tranvía, que hizo que la Junta y su presidenta frenaran el fuego cruzado con el Ayuntamiento, aunque el tiempo y la política, que todo lo ensucia, haya hecho que todo vuelva a la situación anterior. Admiro su decisión de ser el primero que salga a manifestarse para defender los intereses de su/nuestra ciudad. Y le confieso que no me gusta que se metan con usted, ni hacerlo yo mismo, y no por el hecho de que sea una gran persona y no se lo merezca, porque este argumento no me vale porque ser excelente persona es algo que está bien, pero que no es ninguna excusa ni pretexto que se pueda utilizar ante la ciudadanía.

Es mejor decir que un ciudadano corriente, en este caso un abogado de profesión, ha llegado casi por casualidad a un cargo de excepcional responsabilidad y está brindándole lo mejor que tiene: ilusión y amor a Jaén, entendido porque en esta etapa la ciudad pueda dar el máximo salto posible. Dinero no hay mucho, por tanto hay que dejar paso a la imaginación. Espero y deseo que siga colaborando activamente en ese empeño de que esta ciudad encuentre su rumbo. Siempre le vengo llamando el “hombre tranquilo” y lo es, aunque también ha habido ocasiones en que le he visto molesto, severo, contundente, eso sí, siempre sin perder la compostura, porque usted tiene un patrimonio personal, su talante, que inspira confianza. Acabo de leer los textos de las intervenciones de los diferentes grupos de la oposición, y la suya propia, en el acto de toma de posesión tres años atrás. Este ejercicio me da pie para seguir creyendo poco en las palabras y más en los hechos. Algunas de las frases que se dijeron entonces deberían estar grabadas en piedra para que quienes las pronunciaron pudieran tenerlas muy presentes y, tal vez, en hacérselo mirar.

Usted mismo, hace tres años años, describió muy bien a este Jaén nuestro que tiene una larga historia a sus espaldas, luces y sombras, esplendor y decadencia. Querido alcalde, respetado Javier, no deje de intentar que Jaén sea siempre lo primero, como reza su propio slogan. Ya no se puede volver atrás y cambiar el curso de los acontecimientos, lo que sí podemos ahora es esperar que lidere con pasión y algo de rebeldía, como ha exhibido en algunas de sus apariciones, esta difícil hora de la ciudad de Jaén, que no le pueda la comodidad o la zona de confort, que nadie tenga la tentación de venderle o de comprarle, que sea “rara avis” porque en beneficio de su Jaén no se case con nadie. Hay tanto por hacer…y no se puede ni se debe abdicar de esa responsabilidad, hay que intentarlo hasta desfallecer. En fin, tres años duros y difíciles, pero los ha resistido y ahora se le ve fuerte, impetuoso, solvente, capaz…hasta ha sucumbido a dejarse llevar por la política de compromiso, todo el mundo sabe que apostó por Pablo Casado y resultó ganador en esa batalla en la que pocos creían, de tal modo que se ha convertido de la noche a la mañana en el referente jienense del PP nacional, como hombre de confianza de Casado en Jaén, de modo que al líder nacional de su partido ya lo hemos visto varias veces por aquí, más que a cualquier presidente del PP y de cualquier otro partido en muchos años.

Precisamente pensando en Jaén espero que a usted le vaya muy bien, será un buen síntoma, sobre todo si a la par notamos que poco a poco nos sacan o salimos del pozo por nuestra cuenta. Lo que vaya a pasar después de mayo dependerá del voto de los ciudadanos. Esa es la grandeza de la democracia, que al final es el pueblo el que tiene la palabra y elegirá entre las distintas opciones que opten al Ayuntamiento, esto será dentro de seis meses. Por lo pronto usted ya puede contar que ha sido tres años alcalde, que lo será en el próximo medio año y después ocurrirá lo que decreten las urnas. Siempre digo que los alcaldes pasan, y por tanto usted pasará, aunque no sé en qué momento, y la ciudad seguirá su curso y lo que va a quedar es lo que haga por este Jaén al que queremos y tanto nos necesita.

Reciba un afectuoso saludo desde una posición que creo que a ambos nos une, el cariño a esta ciudad

 

Foto: El alcalde de Jaén, Javier Márquez, hace unos días, con el presidente nacional del PP, Pablo Casado.

 

 

Dejar un comentario