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Por ANTONIO GARRIDO / Pues sí, se inicia un tiempo interesante, en pocos meses se van a vivir importantes acontecimientos y Jaén se prepara. Hemos dicho adiós a una Semana Santa espectacular en todos los órdenes, por un lado la brillantez de nuestras procesiones, a las que hay que poner un único pero, los rasgos manifiestos de pretender desprendernos de nuestra propia identidad para imitar a otras ciudades que tienen sus modos, respetables, aunque el estilo Jaén, de sobriedad, jamás debería perderse, porque se trata de la esencia. La climatología ha sido en esta ocasión una buena aliada que ha permitido un cierto desahogo económico para las ciudades, ya sea a través del sector hotelero y hostelero, el turismo, etc. La Semana Santa por lo demás es la que hace que todo Jaén salga a la calle, esta cita primaveral no deja a nadie en la casa, de hecho es la verdadera explosión popular, más que la feria de San Lucas, y casi lo mismo se podría decir del resto de las grandes ciudades y pueblos de la provincia. Hay personas que no salen en todo el año y que únicamente te puedes encontrar en los días de la Semana Mayor, está demostrado. Lo del tiempo es siempre relativo, la situación de sequía es muy preocupante y ya se empiezan a hacer pronósticos pesimistas sobre las cosechas, sobre todo la próxima de aceituna. Ahora mismo el campo está espléndido, pero si no llueve nos espera una mala racha, otra.

El campo está seco y sediento, motivo por el que las organizaciones agrarias han demandado, y todo hace indicar que va a ser así, riegos con carácter de urgencia ante un panorama que en nuestro territorio amenaza ruina. Y en la vuelta a la realidad, porque la pandemia nos invitó a poner buena cara al mal tiempo, seguimos comprobando que la microeconomía, la economía doméstica, sigue siendo un gravísimo revés, incluso un drama para las familias más vulnerables, porque la cesta de la compra está por las nubes, no hay que ser un experto para certificar que en un año se ha incrementado en torno al 30%, no exagero, y lo puedo afirmar con rotundidad en primera persona, porque semanalmente me encargo de esa responsabilidad de las compras de la familia. Algunas medidas que se adoptaron, como la rebaja del IVA en determinados productos, resultaron fallidas, de modo que sobrevivimos, unos mejor y otros peor, los pobres más pobres, se les puede preguntar a quienes lo saben, las instituciones humanitarias, y el Ministerio de Hacienda haciendo caja a pesar de la inflación. Hacienda somos todos. Leo en el diario El Mundo: “La negativa de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a deflactar la tarifa del impuesto de la renta está permitiendo a la Agencia Tributaria recaudar cifras nunca antes registradas. El incremento en los dos primeros peses respecto a 2022 es del 11% y Hacienda busca ya un nuevo récord de sus ingresos”. Creo que sobra cualquier comentario, el gobierno hace como que se compadece de la sufrida ciudadanía, pero a la hora de la verdad es el pueblo el que paga, a veces con su sudor, la demagogia de los gobernantes.  

Por lo demás ya ayer me explayé en torno al ferrocarril, que reconozco que es uno de los asuntos que desde siempre más me han indignado a nivel profesional y personal, porque define perfectamente los últimos 40 años de dejación de los sucesivos gobiernos con nuestro territorio. Hoy lo que me llama la atención son las declaraciones efectuadas por el secretario provincial del PSOE, Francisco Reyes, a propósito de las denuncias de los populares sobre el voto en contra del PSOE en el Senado a una propuesta del senador Javier Márquez, y más todavía, la exigencia del candidato a la Alcaldía, Agustín González, reclamando la alta velocidad a Sánchez. Cuidado con los candidatos porque se les puede ver el plumero, a tiempo está de no parecer un acólito de Juanma Moreno, al que presenta como su aliado y tal vez sea un error, las euforias pasan y a Juanma Moreno ya hay que demandarle hechos, por ejemplo el tranvía de nunca acabar. Ese fue también el precio pagado por Juan Espadas, su sometimiento a Pedro Sánchez, la gente es más despierta de lo que parece.

Pero a quien quería referirme es al señor Reyes, que se ha visto obligado a salir al ruedo, ya se sabe que la mejor defensa es un buen ataque, así nos tienen entretenidos PSOE y PP desde hace décadas, haciéndose reproches mutuos, mientras pasa la vida y Jaén no avanza, al menos de la manera en que nos gustaría, y una de las medidas de modernidad y progreso sin duda es el nivel de los servicios ferroviarios. El líder de los socialistas acusa al PP, esta vez con razón, de no haber hecho nada cuando ha estado en el gobierno para corregir la deuda con el tren, ya se sabe, responsabilidad compartida, el clásico “y tú más”, una lección tan recurrente en esta provincia.

Lo que sí me subleva es que Francisco Reyes y los suyos, se hayan aprendido el argumentario, que repiten machaconamente en los últimos tiempos, de que “una red de estas características –se refiere a la Alta Velocidad– ni se compra en la tienda del barrio, ni en un supermercado”. Cierto, pero vale igual para todos los territorios, el problema no es ese, el problema es que le llega a la mayor parte de la geografía española y no a Jaén, y, más todavía, tiempo han tenido de sobra en tantos años de gobierno, el PSOE y su adversario, para dar respuesta a Jaén en esta deuda. Por tanto esa justificación carece de sentido y diría más, es un insulto a nuestra inteligencia. No se compra en un supermercado, porque simplemente es una cuestión de voluntad política y de decisión para invertir en Jaén con partidas que den la batalla al desequilibrio territorial, a la falta de convergencia, no que nos relegan a los 69 míseros millones en los PGE de este año, y encima pretenden que con el anunciado Cetedex, que me lo creo más que antes pero no deja de ser un proyecto, les vamos a rendir homenajes, a llenarles las urnas de votos y a colgarle medallas. No se vende en los supermercados, claro que no, lo hace posible, y suele dar resultado, cuando la fuerza política defiende a capa y espada a su territorio, se enfrenta a los dirigentes y hace valer su cuota de poder y de peso político, en el caso de que lo tenga o pinte algo, Jaén siempre presumió de ser el gran semillero del voto socialista, creo que ahora venido a menos. Es ahí donde se vende la Alta Velocidad y todo lo que conviene a provincias olvidadas, por lo menos y muy descaradamente en este asunto, como es el caso de Jaén.

Cuidado con la precipitación y el optimismo excesivo, vender la piel del oso antes de cazarlo. Prudencia y pragmatismo. Menos mal que Reyes, aunque deja claro que se están dando pasos para avanzar, que él ve y otros parecemos ciegos porque no lo percibimos, reconoce que “el ferrocarril es una de las grandes carencias que tiene la provincia” porque, entre otras cosas, se tarda demasiado tiempo en viajar de Jaén a Madrid, ve el cielo abierto con el estudio de viabilidad para la conexión de Jaén con la Alta Velocidad a través de Montoro, pura entelequia, y donde ya pierde la mesura es cuando, disciplina obliga, asume que “lo mejor que le puede suceder a Jaén y Andalucía es tener un gobierno del PSOE”. O cuando trata de convencernos de las dos preciosas salas de espera que para la comodidad de los viajeros hay en Atocha. Qué bueno es Pedro Sánchez!!! Se atreve además a hacer referencia a un estudio del CES Provincial, en 2017, es decir, hace seis años, que tampoco se compró un un supermercado, y que se presentó como la hoja de ruta para acabar con los problemas del tren y ha constituido, otro más, un fracaso sonoro, claro que no he visto a nadie del CES Provincial quejarse de ello y pedir explicaciones a los políticos. Mutis.

Quienes presumimos de militancia ciudadana no hemos olvidado la deuda histórica del Gobierno de España con Jaén, los correligionarios del actual presidente parece que ya se la han perdonado. Y, por cierto, también está intacta la deuda histórica que jamás saldó el PSOE tantos años en el poder en Andalucía y de la que los actuales gobernantes, el PP, ni se dan por enterados. Maldita hemeroteca, acabo de encontrarme con una de las visitas del ínclito Juan Marín a Jaén, cuando anunció que se comprometía personalmente a poner en marcha el tranvía. A la vista está que todos sus esfuerzos los puso en terminar de cargarse Ciudadanos y en asegurarse una poltrona. Por fortuna los políticos pasan, los demás seguimos donde estábamos, con los mismos criterios, defendiendo las mismas causas, ajenos a este vodevil de egos y de reproches en que se ha convertido la que debiera ser una actividad noble y digna.

El BOJA de hoy ha publicado el cese del hasta ahora director general de Consumo, Agustín González, al ser candidato a la Alcaldía de Jaén por el PP, se supone que correrán la misma suerte quienes ostenten algún cargo de responsabilidad institucional. González, que lleva meses corriendo la maratón en un sinvivir entre Jaén y Sevilla, podrá ahora dedicarse en cuerpo y alma a su objetivo de este momento, conseguir votos para tratar de ser el próximo alcalde, aunque de este asunto y de las listas de los unos y los otros les comentaré más despacio. En cuanto al presidente del PP, Erik Domínguez, leo que ha llevado su batalla por la Diputación a los órganos superiores de su partido, incluido el propio Feijóo. La ambición sana es buena, pero también en política se requiere un poco de humildad, porque si no satisface las aspiraciones, y su competidor no se lo va a poner fácil, tendrá dificultades para explicar los siguientes pasos que las circunstancias le obligarán a dar, aunque ya sabemos que la política y los políticos tienen salida para todo. Y otra cosa que acabo de ver, la contrariedad del diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, que anuncia que no volverá a presentarse a las elecciones generales y que se quedará en casa, en los comicios autonómicos de Aragón y en las siglas de Aragón Existe. El argumento que esgrime, tarde se ha dado cuenta, es que Pedro Sánchez le ha estado engañando todos estos años y que darle el Gobierno, porque él se lo dio con su voto, fue un error. Me voy a ahorrar el comentario, pero me confirma en la idea de que Jaén Merece Más ha hecho bien en cortar ramales. Lo que hay que aguantar.  

Ahora, y lo digo sobre todo en relación con los candidatos y los responsables políticos, que nos prometen, otra vez más, que Jaén va a dejar de ser la gran olvidada, me acuerdo de una frase de Woody Allen: “Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”. Pero al estar en campaña tampoco viene mal como aviso a navegantes, para que no nos sorprendan la buena fe con mercancías que estamos hartos de comprar y debemos confesarnos por ello de nuestra ingenuidad, una famosa cita de Nikita Kruschev: “Los políticos son iguales en todas partes. Prometen un puente incluso donde no hay río”.  

Foto: Francisco Reyes, en su conferencia de prensa de hoy para rebatir las críticas del PP sobre el tren.

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