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Por ATONIO GARRIDO / Jaén en estado puro. Más de seis años después de que se empezara a reivindicar la Inversión Territorial Integrada (ITI) para la provincia de Jaén, y pasados cinco de que fuera aprobada, parece que sabe a poco este instrumento que se había anunciado como una tabla de salvación para el territorio y se desvanece esa impronta, lo cual no puede extrañarnos a estas alturas, porque sería la primera vez en muchos años que se pone en marcha, por unanimidad, con todos los pronunciamientos políticos, sin fisuras y con inversiones que nos aseguraban contantes y sonantes, un proyecto capaz de contribuir a la transformación de la provincia.

La ITI va a quedar para la historia como otro bluf. Este era un instrumento que nos vendieron como un plan especial de discriminación positiva en función de factores como despoblamiento, desempleo y menor PIB, y que ahora resulta que lo que nos vienen ofreciendo son fondos en igualdad de condiciones a otras provincias, con todo descaro y sin que nadie desde la política sea capaz de asumir responsabilidades. Lo entiendo, haciendo lo ordinario como extraordinario se ahorran fondos y nos pueden meter gato por liebre. Dicho de otro modo, las expectativas que levantó la famosa y polémica ITI no se corresponden con la realidad. La inversión no ha sido la comprometida, la mayor parte de los proyectos que han visto la luz se han “vendido” en innumerables ocasiones para dar la sensación de notoriedad, de éxito, y los plazos se agotan, supongo que para determinadas obras han debido solicitar alguna moratoria porque en su día se nos dijo que las últimas iniciativas deberían licitarse en la primavera de 2020. Algo ha llovido.

Recuerdo que desde 2017 se está hablando de la ITI, que en 2018 fue aprobada y que estos cinco años han ido saliendo proyectos con cuentagotas, aunque la Junta se jacta de haber aprobado los más visibles, de los que cabe la duda de que debieran incluirse en un plan tan singular como el que proviene de fondos europeos, porque la ITI tendría que estar destinada a inversiones extraordinarias que no sean compatibles con los presupuestos ordinarios de las administraciones, y nunca para sustituirlos. Y con la ITI el Gobierno de España ha estado ausente, en su línea hasta el Cetedex que esperamos como agua de mayo, a pesar de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desconcertó a todo Jaén cuando hace un tiempo declaró, aquí mismo, sin sentir sonrojo alguno, que respecto a la aportación estatal, 220 de los 443 millones de euros del total,  ya se habían ejecutado numerosas inversiones en la provincia con cargo a esas partidas. Una mentira como una Catedral. ¿Dónde, cómo, cuándo? A no ser que metan los fondos dedicados a las pensiones, etc. Todo esto, lo de los presuntos fondos del Gobierno, que nadie ha visto, sin saberlo los políticos responsables de las administraciones, ni por supuesto los parlamentarios que han dado palos de ciego sobre este particular.  

Pese a ello los socialistas han estado disparando hacia la Junta, no la anterior, solo faltaría, la de ahora con el PP, como si fuera la única culpable de la situación, como si no hubiera que buscar responsabilidades en quienes desde las distintas administraciones no han sido capaces de controlar y antes que nada conocer los proyectos que se sometían a aprobación, porque no creo que hayan salido adelante por casualidad o por arte de magia. 

El presidente de la Diputación, organismo oficial donde existe una oficina ITI, por castillos en el aire que no quede, nos ha recordado por activa y por pasiva que en 2015 la Diputación solicitó la ITI para la provincia al gobierno de Rajoy y no le fue concedida, y se preguntaba dónde se metía entonces “Jaén Merece Más” y los que ahora se dan golpes de pecho, lo mismo que cuando en 2013 se suprimió el intercambiador de Alcolea. Debería saber que en esa fecha no existía la plataforma ciudadana, hoy partido político, y tal vez debería preguntarle a los agentes sociales a los que concede legitimidad para saber la razón por la que entonces tampoco ellos clamaron en defensa de los intereses de la provincia. Parece impropio de un responsable público desviar la atención del problema hacia quienes ni siquiera estaban y, por cierto, sí fueron, desde su nacimiento, en 2017, los que se movilizaron y consiguieron la ITI para Jaén, no fue una conquista política, fue un logro social y debe figurar en el haber de “Jaén Merece Más”. Por tanto que nadie se arrogue medallas que no le corresponden. Aunque a la hora de la verdad, las medallas no tienen sentido, las bondades de la ITI brillan por su ausencia, aun respetando que quienes se hayan beneficiado de sus proyectos han de estar de enhorabuena y lo celebro, solo que esa Inversión Territorial Integrada nació para otros fines.

Lo lógico, cinco años después de ser aprobada, es que se aclare la situación de la ITI que debe estar en su recta final, que nos ofrezcan las cuentas, y no se transfieran responsabilidades, sino que sean asumidas por quienes corresponde, en función de los cargos que ocupan. En este momento trascendental para la provincia, la ITI me parece que hay que incluirla en el capítulo de las clamorosas decepciones. En cuanto a la Junta de Andalucía, pero ya la de ahora, de Juanma Moreno, me da que también utiliza la ITI no como un instrumento extraordinario, aquí los comportamientos se han contagiado, sino que contempla obras que de igual manera programa en otras provincias donde no existe esta herramienta, y es que no han entendido bien qué es una ITI, qué proyectos encajan en ella, qué podía esperar Jaén en orden a nuevas infraestructuras y un impulso de modernidad y de transformación. Acometer actuaciones en el entorno de la Catedral, por ejemplo, es una necesidad, y además imperiosa, no cabe duda, sobre todo para posicionarnos en la candidatura de la seo como Patrimonio de la Humanidad, pero debería salir de presupuestos ordinarios, no creo que deban formar parte de la filosofía ITI, y menos entendible es que los políticos traten de hacernos ver que protagonizan un gesto de generosidad hacia Jaén o que el dinero sale de sus propios bolsillos. No, son fondos de Europa para auspiciar un cambio en Jaén y avanzar en la convergencia, en definitiva para hacer alta política y no inversiones corrientes.

Esto es lo que le hemos oído reivindicar, insistentemente, al presidente del CES provincial, Manuel Parras Rosa, y además el propio Plan Estratégico tenía muy bien planteadas todas las propuestas, pero tengo la impresión de que unos se han salido de la vía y otros ni siquiera se sabe muy bien dónde están. Me refiero, naturalmente, a los gobiernos. Y pensar que cuando se constituyeron las mesas estratégicas, con una amplia participación, creíamos que estábamos ante un sueño. ¿Qué fue de todo aquello?

Me ha parecido injusto en los últimos años la obsesión política de culpar a la entonces plataforma ciudadana, que dejó de serlo, de sus propios fracasos, pues son los políticos los únicos responsables de la deriva que ha ido tomando Jaén. Ahora estamos asomándonos al futuro. Veremos dónde nos pretende llevar el PSOE con su plan “Jaén, lo Primero. Horizonte 2031” que nos anunciaron como la hoja de ruta de la próxima década “en sintonía con la sociedad civil”. Tengo mucha curiosidad por ver a qué sociedad civil se refiere y cómo elige y descarta en función de que sus postulados sean o no coincidentes. En cuanto al PP, que plantea en este momento algunas de sus aspiraciones, sería conveniente conocer su programa más ambicioso, aparte de soñar con ocupar el sillón y el gobierno de la Plaza de San Francisco, y centrarse en los proyectos en lista de espera en la Junta de Andalucía. En definitiva nos gustaría poder medir su nivel de exigencia y escucharle propuestas novedosas e imaginativas para Jaén.

Eso sí, al más puro estilo Jaén, llevamos cinco años en los que los políticos, de espaldas a la realidad, pero porque les ha venido bien para sus intereses, nos han vendido humo y el optimismo de siempre. También aquí tenemos una historia de la que tendríamos que ser capaces de pedir cuentas porque es otro timo del siglo. ¿Cómo van a querer que haya rebeldía cívica, una sociedad civil que pida cuentas y no sea manejable por los discursos populistas y demagógicos?

Foto: Los fondos de la ITI sufragan mejoras en el entorno de la Catedral de Jaén.

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