Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / Observamos lo que pasa en el mundo y lo que en algunas esferas, también la política, sucede en España, y la verdad es que se nos cae el alma a los pies. Las guerras se van cronificando y la comunidad internacional no tiene influencia en resultados, hay muchos movimientos diplomáticos, está también el clamor continuo del Papa Francisco, pero el problema radica en los sujetos que manejan los hilos, unos directamente y otros, que pudieran ser el verdadero poder, controlan hasta la respiración de la humanidad entera.

En España hay gente de buena fe que tal vez haya llegado a pensar que la corrupción estaba desaparecida, nada más lejos de la realidad. El “caso Koldo” nos ha despertado del sueño, porque además tiene la suficiente importancia para considerarlo no un episodio cualquiera de coger a alguien con el carrito del helado, sino un caso de corrupción pura y dura aprovechando unas circunstancias tan lamentables como fue la pasada pandemia, en la que, eso sí, algunos vivos se aprovecharon haciendo su agosto, y ese tipo de actitudes deben ser castigados de manera ejemplar. El tal Koldo es un señor, aunque este término le quede bien grande, del que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo en su día que era un “ejemplo para la militancia”. Si este es un ejemplo…

Y el exministro y ex todo en el PSOE, José Luis Ábalos, haciéndose el duro, sin considerar mensajes como “el que la haga, la paga”, entre otras cosas porque Ábalos ha sido uno de los principales colaboradores de Sánchez y tiene mucha información, de ahí su displicencia de estos días incluso con los que fueron sus compañeros. Lamentablemente la corrupción no entiende de trincheras, ha habido casos para todos los gustos a un lado y otro del paisaje político, por supuesto en el Partido Popular igualmente lo conocen bien y hay quienes están cumpliendo penas por sus excesos, pero en este momento procesal, en el que el PSOE sigue sintiendo la sombra de los EREs, de hecho hace unos días se han tenido noticias del famoso chófer de la coca y demás artículos y servicios de “primera necesidad”, y a pesar de que los responsables públicos del PSOE se defiendan con ataques y recordando las conquistas sociales del gobierno, que sí, no me cabe la menor duda de que hay que huir de estos ataques de triunfalismo y pedir a los políticos lo que tantas veces les falta, ejemplaridad. Menos palabrería barata y más hechos que no les hagan santos pero que dignifiquen la política que está viviendo una de sus horas más bajas con tantos frentes abiertos.
 
Por lo que respecta al tal Ábalos, lo cierto es que los años, la experiencia y haber observado a tanta gente instalada en la pasarela del poder, me ha permitido clasificar a los políticos y este hombre nunca me inspiró confianza, y desde luego el escáner se lo hice cuando en plena crisis por el Colce, él, que era además de ministro de Fomento el responsable de Organización del PSOE, tuvo el atrevimiento de viajar a Jaén a nada, hizo una pequeña concesión sobre Linares-Baeza, pero fue un fracaso, solo sirvió para pedirle a los socialistas de Jaén que adoptaran una actitud de acatamiento y que el partido se lo recompensaría. Todo en plan orgánico, el tiempo ha demostrado con creces que hizo el viaje a Jaén, y no precisamente en tren, ligero de equipaje. Su sucesor, Óscar  Puente, no proyecta mejor imagen, ya saben el refrán que dice que “otro vendrá que bueno me hará”. En el caso que nos ocupa es una exageración como una catedral, pero el sustituto es otro sin nivel, está en la media en la que se encuentra la mediocridad de la política, se mire por donde se mire. Es lo que hay.

Pero volviendo a casa y al argumento inicial de esta crónica, hay una frase de Carl Rogers, un psicólogo estadounidense, que hago mía porque me parece que describe la realidad: “Cuando miro al mundo soy pesimista, pero cuando miro a la gente soy optimista”. Ahora me refiero a la necesidad de que la gente, la ciudadanía, responda cuando hay necesidad de hacerlo, es decir, cuando no satisfagan los proyectos de los políticos, y fuera de la política también, para actuar ante los desmanes, vengan de donde vengan. Es lo que ha ocurrido en estos días en torno a las obras del centro de salud Alameda, donde la actitud de la AMPA del Colegio Público Jesús y María ha conseguido que su clamor fuera escuchado. Ha sido una AMPA y sobre todo hemos visto en las imágenes a mujeres, a madres, y alguna de ellas con capacidad de liderazgo, tal es el caso de Violeta García Ramírez, que se ha expresado muy bien, en román paladino.  

Se nota que esta ciudad en este momento no cuenta con una sociedad civil fuerte, enérgica, de esa que, como suelo repetir con cierta frecuencia, sienta la tentación, siempre desde el respeto y el diálogo, de gobernar a sus elegidos, para que los políticos, y en este tema ha ocurrido por lo que se ha visto en las notas y declaraciones de prensa, no se crean en posesión de la verdad absoluta o se nieguen a reconsiderar actuaciones por el mero hecho de que no son aceptadas por los ciudadanos, así de claro. La Junta no ha estado a la altura de las circunstancias, pero el alcalde, Agustín González, sí ha dado la cara y hay que reconocerle que su propuesta es un paso adelante en la interlocución, porque ha ofrecido a la AMPA del citado colegio, pero también a la dirección del centro y al consejo escolar, es decir, al conjunto de la comunidad educativa, estar presentes en una comisión de seguimiento, es más, también ha hecho una llamada al colectivo vecinal de la zona. Me parece razonable y una vía de diálogo abierta, supongo que también con el socio Jaén Merece Más y con la oposición municipal, hacen política, claro que sí, pero al tiempo es normal que estén preocupados sobre todo por el tráfico que en su caso pueda discurrir por la zona, La Alameda no se toca y me parece un lema por el que todos debemos sumar, no hay decisión política que pueda impedir que los jienenses luchen, luchemos, por lo que es nuestro.

Los políticos pasan, pero la ciudad permanece. Y es razonable lo que ayer en un comunicado defendía la portavoz de la AMPA, y es que nadie pone en tela de juicio la importancia del gran centro de salud de vanguardia que se está construyendo, muy bien, excelente, pero mezclar eso con posibles daños colaterales que puedan afectar a las personas, me refiero al tráfico, por muy restrictivo que sea, es un soberbio disparate, ellos dicen “de primero de manipulación política” y no les falta razón, no viene a cuento mezclar churras con merinas. Pero insisto, la mediación del alcalde, que previamente se supone que ha mediado con la Junta, parece dar un giro a la situación creada y encarrilarse, como dice Agustín González, para “acordar la mejor propuesta”. Pero hay una línea roja que separa unas pretensiones de otras, y es que el AMPA, junto con Ecologistas en Acción y por supuesto Jaén Merece Más, se niegan tajantemente a que circulen ni siquiera vehículos sanitarios, de ahí que propongan una alternativa. Esa es la que queremos conocer ¡ya!.

Y chapó bien grande sobre todo por la AMPA que en estos pocos días ha demostrado de qué manera se puede defender el interés general mientras otros colectivos han mirado hacia otro lado, al estilo Jaén, al tradicional e indolente “ea”. Me hubiera gustado conocer a la hora en que escribo esta crónica su propia versión, en comunicado o redes sociales, de cualquier manera un ofrecimiento de esta naturaleza, la de estar presentes en una comisión de seguimiento, no es la solución, pero permite expresarse y estar informados. Por estas razones insisto en la necesidad de colectivos de la sociedad civil con fuerza, como la tuvo en su día la Plataforma Ciudadana Jaén Merece Más o antes el movimiento vecinal. Está claro que quienes gestionan la ciudad son los políticos de las administraciones según sus competencias, pero es un error desentenderse sobre todo de los proyectos que transforman nuestro paisaje, el alma de Jaén y la Alameda lo es. Qué falta hace no ya la participación ciudadana, a la que el propio alcalde se ha referido como una fortaleza, sino una rebeldía cívica comprometida, una especie de perro de presa para frenar los riesgos de una democracia local en la que tenemos que estar concernidos, no queremos ser simples convidados de piedra. Los demás también estaremos vigilantes, más valen cuatro ojos que dos. Felicitaré a los gestores el día que se inaugure el nuevo centro y todos nos sintamos tan felices porque la Junta se haya retractado y ofrecido más dinero, lo que supondría no salirse con la suya. Si no reconsidera tendrá que cargar con las consecuencias. Vamos, que Jaén está de moda, pero don sin din…

Foto: Reunión esta mañana del alcalde, Agustín González, con la AMPA del Colegio Jesús María. (EUROPA PRESS).

Dejar un comentario