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El pleno del Ayuntamiento de Jaén convocado para mañana, viernes, es una nueva prueba de fuego para esta Corporación que trata de solventar a trancas y barrancas un complicado panorama financiero. La sesión plenaria antes de las vacaciones que creo que se van a tomar la mayor parte de los corporativos, aunque solo sea para retomar fuerzas para lo que todavía está por llegar, se enfrenta por lo menos a dos asuntos en los que de entrada la oposición municipal muestra su rechazo en bloque, y de nuevo, como el mes pasado cuando las nóminas del personal estuvieron amenazadas, el equipo de gobierno, por medio del concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, que es el encargado de bailar con la más fea, se ha encargado de meter miedo en el cuerpo sobre los efectos tremendamente negativos que tendría echar para atrás un asunto central que requiere de una mayoría absoluta, el visto bueno para refinanciar la cantidad de 28,2 millones que solicitó el Ayuntamiento al Ministerio de Hacienda en septiembre del año pasado, con cargo al dinero que corresponden a la ciudad de la Participación en los Ingresos del Estado (PIE), donde ya se han ventilado todas las posibilidades, porque recordarán que ha habido otra petición reciente en el mismo sentido, deudas que junto a otras procedentes de más préstamos y adelantos, marcan, junto a otros capítulos, el endeudamiento de gigante que tiene el Consistorio jienense.

A Bonilla le ha tocado este complicado papel de administrar la indigencia. Si el mes pasado amenazaba con que la situación del Ayuntamiento era extrema y que no ser una institución pública estaría en causa de disolución, ahora señala que de no aprobarse la refinanciación el Ayuntamiento sufriría un “colapso”, puesto que en su criterio perdería durante dos años la cantidad que le corresponde por la PIE, es decir, a perro flaco…

Según el edil de Hacienda, para mayor abundamiento de esta amenaza que lanza como un órdago a la oposición, no aprobar la citada refinanciación sería la puntilla a la situación financiera del Ayuntamiento donde todos los meses se pasan dificultades para conseguir abonar las nóminas y donde los proveedores tienen que esperar casi un año para cobrar sus facturas.

La oposición municipal está que trina. El PSOE estaría dispuesto a dar su visto bueno si el PP se compromete a aprobar con el refrendo del pleno la negociación de una quita con el Ministerio de Hacienda sobre el capital pendiente de abono de los planes de pago a proveedores, medida que, en las actuales circunstancias, parece más que razonable, si el Gobierno que salga se muestra sensible a esta fórmula para permitir que el Ayuntamiento de Jaén tome oxígeno aunque sea en la UVI.

No sé si en el último minuto, in extremis, como en el pleno del pasado mes, se impondrá la cordura para no tensar más la situación, pero esta actitud de chantaje y amenaza del grupo de gobierno no es muy de recibo, sobre todo cuando él ha sido el que ha propiciado esta especie de callejón sin salida, porque a estas alturas ya no cuela el argumento de la en efecto pésima herencia recibida, sobre todo porque no se supo atajar con medidas contundentes la desolación económica, que necesitaba de políticos capaces y valientes, por tanto de aquellos polvos estos lodos.

A Fernández de Moya le tembló el pulso para exigir al Gobierno de Rajoy y al paisano Montoro medidas de mayor calado, y aquí estamos ahora, sufriendo las consecuencias y esperando que la oposición salve el difícil tránsito, y mal si no lo hace, pero mal también si aprueba lo que se le pide porque está dando carta de naturaleza a un equipo que no ha sido previsor y que ha administrado rematadamente mal la situación económica tan desastrosa, por el contrario ha agravado sensiblemente el panorama, la deuda es muchísimo mayor y con ella una especie de caos que no se sabe bien cómo terminará.

Esta vez no se ha dicho expresamente, pero ha faltado poner por medio el riesgo de las nóminas, aunque yo creo que la plantilla municipal conoce a estas alturas que con la actitud actual del Consistorio cada nómina que antes era difícil ahora es casi un milagro.

Lo que nos llama poderosamente la atención es que un acuerdo del pleno municipal, que fue el detonante para dejar pasar la petición de un anticipo de la PIE al Gobierno, otro más, era que los grupos municipales empezaban a reunirse las veces que resultara necesario para buscar soluciones al grave problema financiero del Ayuntamiento. Al menos por lo que ha trascendido y por las declaraciones de unos y de otros previas al pleno de mañana, el acuerdo no existe, que es tanto como decir que los grupos están en lo suyo y los problemas y el estado general de la ciudad van por otro lado, abandonados a su suerte, con declaraciones y propuestas varias, pero con mucha demagogia y poca eficacia.

Resulta, y lo lamento de veras, que van a llevar razón los que pensaban que el invento de una comisión sobre la ruina económica, fracasaría una vez más. Que a mis años pecara de ingenuo es algo que no me perdono.

En fin, no sé qué va a pasar mañana, pero me temo lo peor. El Ayuntamiento de Jaén se encuentra en un callejón sin salida, actuando a la desesperada, tratando de apagar fuegos como el que mañana lleva al pleno, pero no soy nada optimista, más bien todo lo contrario, parece que solo un milagro puede ya salvar a Jaén de que el trance, a corto plazo, sea extremo.

Por si faltaba poco en el previsible debate plenario, se añade una nueva polémica, la de la propuesta de una subida del 16,3% en la tasa de basura, vinculada a la utilización del vertedero de la Diputación, y que es un asunto urgente porque la vida útil del municipal no irá más allá de septiembre, y la pregunta que muchos nos hacemos es cómo se ha dado lugar a esta inacción cuando se conocía el dato de que se agotaba la posibilidad de usar el vertedero habitual hasta ahora.

Por otro lado si la Diputación como dice demanda un importe menor del que ya se estaba pagando, en 700.000 euros, es difícil explicar que se produzca un incremento para seguir repercutiendo sobre el ciudadano los efectos de la mala gestión municipal. En definitiva, la crónica de una decepcionante ineptitud.

 

Foto:

Imagen de una anterior reunión de la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento.

 

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