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Una de las buenas noticias que nos ha deparado la actualidad a los jienenses, y también al resto de territorios que tienen la suerte de contar con olivar, si bien en este aspecto, por lo menos en éste, somos líderes, es la del acuerdo del Consejo del Patrimonio Histórico, reunido en Avilés, de incluir los Paisajes del Olivar en la lista indicativa de Patrimonio Mundial de España, que abre nuevas perspectivas a nuestro “mar de olivos”, el gran orgullo de esta provincia.

 

Se trata de otra de las apuestas que lidera la Diputación jienense, y que guarda relación con el sector, y para lo cual ha logrado un alto nivel de consenso de todo tipo de colectivos e instituciones. El organismo provincial se ha tomado muy en serio este proyecto y lo ha trabajado con interés hasta el punto de haber librado 130.000 euros para confeccionar el expediente para su entrega al Ministerio de Cultura y que sea este organismo estatal, a quien corresponde, el que haga la petición formal ante la Unesco.

 

La Diputación jienense no está sola en esta aventura, aunque se ha puesto al frente de ella y conociendo el ímpetu que pone a aquello en lo que cree, no dudamos que podrá conseguirlo, con el respaldo de otras diputaciones de provincias olivareras andaluzas, del sector y de otras organizaciones e instituciones que están sumando sus adhesiones en la convicción de que pocas cosas hay tan singulares en nuestra comunidad y en concreto en la provincia de Jaén como esos bellísimos parajes olivareros que forman parte de nuestra economía, cierto, pero que también lo son de nuestro modo de vida, de nuestra cultura y tradición. Esperemos lograr este apasionante y ambicioso objetivo.

 

En este momento me estoy acordando de la otra declaración pendiente en Jaén, la de la Catedral como Patrimonio de la Humanidad. Lo mismo que en el caso anterior hay unidad firme en el propósito, en el caso del primer templo jienense no solo ha habido desencuentros sino que hubo una comisión de la que nunca más se supo. Es decir, cuando llegaron las malas noticias de la Unesco, y ya ha pasado algún tiempo, se apagaron todas las luces de la ilusión y de lo más que se habla ahora es del congreso internacional del año próximo y gracias a que se ha comprometido la Universidad.

Y es que cuando hay un proyecto serio entre manos no hay que dejarlo pasar y enfriar, hay que saber establecer una hoja de ruta en la que no quepa lugar para el desaliento o la decepción. Creo que la batalla de la Catedral de Jaén la hemos perdido y que ha sido, una vez más, para hacer honor a nuestra propia historia, por la desidia y la resignación. Lamento decirlo porque me duele en lo más hondo, pero creo que este es el diagnóstico, que ha faltado ilusión y entusiasmo en la sociedad y no digamos en la dichosa política que no entiende más que de lo inmediato. Creo que nos adelanta por la izquierda el proyecto del Paisaje Cultural del Olivar, me alegro por uno y lo siento por el otro. Es lo que hay, lo expreso con toda la desilusión de la que soy capaz.

 

Foto:

Paisaje de olivar jienense. (www.gustavocuervo.es)

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