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JAÉN, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Cuando llegue septiembre todo será maravilloso. Esto decía al menos la letra de una canción de mis tiempos. Pero qué va, nada de eso, por lo menos en nuestro ámbito más cercano, la ciudad de Jaén, que por otro lado no se despereza del todo tradicionalmente hasta que no pasa la feria de San Lucas. Este año, a pesar de las urgencias, que las hay, no creo que se vaya a ir contra la fuerza de la costumbre.

Como quiera que en Jaén los asuntos se eternizan, los avances son lentos lentísimos, estamos siempre dando vueltas a la rueda de los mismos temas recurrentes, se me ocurre hoy, en el inicio de una nueva temporada, sugerir algunas asignaturas pendientes, en plan recordatorio y toque de atención para aquellos responsables públicos que se olvidan con harta frecuencia de que hacer política es resolver los problemas de los ciudadanos. No confundir por tanto con lo que se hace muy habitualmente, que es politiquería.

Empecemos por el principal problema que tiene Jaén que es el paro, durante la mayor parte del año nos pasamos todo el tiempo a la cabeza del desempleo en el país, ¿éste es el futuro que las administraciones y los políticos quieren para Jaén? El paro registrado cada mes y cada tres meses la Encuesta de Población Activa, nos indican que la situación de Jaén es incompatible con un futuro de progreso y desarrollo, y ahí lo dejo.

Tras el desempleo en el segundo puesto en el ranking jienense nos encontramos inevitablemente con la mediocridad política, sálvese quien pueda, única razón, a mi modo de ver, de que Jaén no levante cabeza. Pero, ¿cómo combatirla? Creo que con una sociedad civil fuerte y organizada, que espero y deseo se esté fraguando.

Pregunto, ¿no nos decían algunos que éste sería el año del tranvía? Estamos en el último cuatrimestre y ni está ni se le espera. ¿No había vendido el partido Ciudadanos que una de sus exigencias al votar los presupuestos andaluces era la puesta en marcha del sistema tranviario de Jaén? Si realmente fue así dudo mucho de su poder de influencia. Los compromisos no se anuncian, simplemente se cumplen.   

Sí va a ser, al fin, el año del Museo Íbero, que junto con el centro de salud del Bulevar son las únicas obras importantes que la Junta ha ejecutado en Jaén en los últimos años. ¿Va a seguir este ritmo en el próximo presupuesto de la Junta?, ¿se va a mantener el mismo maltrato a Jaén por parte del gobierno de la nación? No creo que haya que hacerle la ola ni al señor Rajoy ni a la señora Díaz, en ambos casos están endeudados con Jaén hasta las cejas. Ya saben que hace poco se nos ha recordado, para nuestro sonrojo, y suma y sigue, que la provincia está a la cola de obra pública, por tanto que no nos vengan con cuentos chinos: nada de apuestas, nada de compromiso, nada de vertebración, nada de cohesión, nada de cariño y nada de sensibilidad.

No paramos de dar vueltas a la noria, no cerramos página para poder innovar, para modernizar los mensajes y los proyectos. A la espera de lo que son capaces de hacer los partidos, sobre todo los que se renuevan, si es para comprometerse o es simplemente propiciar el cambio para que no cambie nada. Empieza, aunque quede aún tiempo, la carrera hacia el Ayuntamiento, y viene cargada de novedades y de nuevas caras.

¿Se mantendrá el postureo respecto al casco antiguo?, ¿se llevará a cabo finalmente el proyecto de peatonalización, que sigue provocando recelos?, ¿saldrá adelante el nuevo centro comercial y, sobre todo, habrá atención preferente al comercio tradicional para que pueda subsistir?, ¿se abordará en serio el proyecto de la Ciudad de la Justicia o la consejera Rosa Aguilar, que parece tener alergia a Jaén, seguirá el sendero de sus antecesores?, ¿mantendremos la situación tercermundista en las comunicaciones, sobre todo por ferrocarril, donde estamos, nunca mejor dicho, en el vagón de cola?, ¿llegarán los fondos DUSI como bote salvavidas para el Ayuntamiento o seguirá privado de toda ayuda, a pesar de querer hacernos comulgar con ruedas de molino de un papel salvador, inexistente, por parte del Ministerio de Hacienda, con el jienense Montoro y el ínclito Fernández de Moya a la cabeza?, y ¿habrá algún avance para que después de tantos años de inacción alguien mueva ficha para la declaración de la Catedral como Patrimonio de la Humanidad, que es otro buen ejemplo de cómo se dejan las tareas a medias y no apostamos en serio por lo que creemos?

¿Será el momento de prestarle la atención y el apoyo que merece nuestra Universidad, su apuesta por la Generación UJA, y, seremos capaces de exigirle que no haya abdicación para dotar a Jaén del Grado de Medicina que la Junta nos prometió a bombo y platillo en el año 2010?, y ¿tendremos altura de miras la política y las organizaciones agrarias para entrar en el debate de la PAC para el año 2020 sin que la provincia pierda, como ha ocurrido en el actual reparto de los fondos comunitarios, nada menos que 272 millones, con la complicidad de quienes tendrían que defender los intereses generales de esta tierra olivarera en lugar de asegurarse en sus cómodos sillones?, ¿de verdad que vamos a cargarnos la historia de la Cámara de Comercio sin que nadie levante la voz para impedirlo, como si los que mandan estuvieran conjurados para liquidar un instrumento que a pesar de su lamentable historia reciente ha sido beneficioso para los empresarios de Jaén?, ¿nos vamos a tener que volver a enterar por la prensa, como ocurrió hace meses con el reportaje de National Geographic, sí, la leyenda de la Atlántida, de nuestra fortaleza en patrimonio arqueológico, con los asentamientos de Marroquíes Bajos, que en otro lugar posiblemente serían la joya de la corona, porque nos recuerdan el orgullo de los orígenes de esta ciudad?…

Mención especial merece la recuperación de espacios que tienen un gran significado para Jaén, como sería Jabalcuz o el paraje de Los Cañones. Aún está viva en el recuerdo la manifestación de un millar de jienenses el pasado agosto para reivindicar actuaciones en esta zona tan olvidada y que podría convertirse en un recurso más para el disfrute de los ciudadanos. El alcalde viene a decir que la propietaria se ha subido a la parra y exige el ojo de la cara por la expropiación. Sé que puede ser una dificultad, pero los problemas están para resolverlos, no para tirar la toalla a la primera de cambio. En este Jaén se abdica demasiado pronto, hay que conseguir Los Cañones, ninguna otra respuesta le sirve a los colectivos que han alentado esta reivindicación y ni siquiera es una opción favorable para el equipo de gobierno.

Los temas se acumulan ante la dolorosa y pesimista situación de un Jaén que no arranca. Y lo peor de todo, como en la Ley de Murphy, todo es susceptible de empeorar, aunque de veras lamento siquiera tener que decirlo.

Podría recurrir a formular preguntas y más preguntas sobre cada uno de los numerosos asuntos que figuran en el debe de Jaén, pero en honor a la actualidad me quedo a título de ejemplo con la marcha que ayer tenía lugar promovida por Podemos y secundada por diferentes colectivos, desde la capital hasta el Puerto Seco de Linares, que reunía en torno a 300 personas, para exigir inversiones y servicios ferroviarios. Jaén debería salir a la calle todos los días por esta precisa reivindicación.

Pero no es sólo eso, ayer leía una información en el Diario Jaén alertando de que Europa daba aviso del aislamiento ferroviario del eje oriental andaluz. Y esto a propósito de un viaje que han hecho al Parlamento Europeo las fuerzas vivas granadinas, su alcalde, la delegada del Gobierno y el presidente de la Diputación, para explicar en las instancias europeas la situación, que viene a ser muy próxima a la nuestra, con algunos matices. Una vez más los granadinos nos ganan por goleada defendiendo sus intereses y de paso los nuestros. Ya lo hicieron en su tiempo, si tenemos autovía hacia Granada ellos la conquistaron, no nos queda la menor duda. Nuestros políticos no movieron un solo dedo.

En Jaén estamos transigiendo mucho. ¿Cómo se puede aceptar que en los últimos 25 años se hayan perdido en la provincia el 95% de los trenes? Pero en esta ciudad hay que darlo todo muy mascado, pueden salir 2.000 personas a la calle buscando soluciones para una empresa como el Real Jaén, con todos mis respetos, pero del ferrocarril nos quejamos todos pero dejamos que sólo se ocupen unos pocos.

El tren ha sido siempre el gran enemigo de Jaén, el tren y los políticos sumisos de esta provincia, por lo que nos alegra que al menos vuelvan a surgir plataformas y colectivos que den la cara, pero esto ya no se puede hacer de la manera tan tímida con que se alza la voz por aquí. Esa voz no la oye nadie. En cambio seguimos siendo la única capital de provincia española que no ha tenido la suerte de estar conectada con la capital de España con un tren digno, tipo Talgo, por tanto competitivo para ir y volver con fluidez.

Una de las causas más evidentes del estancamiento de Jaén son sus pésimas comunicaciones, que más que acercar, alejan. Los empresarios las reivindican, los ciudadanos de a pie lo demandan sobre todo a gritos en las redes sociales, pero nadie hasta hoy parece hacerles caso. Y digo más, con este panorama, ¿para qué queremos a los políticos que dicen representarnos? El ministro de Fomento se vio obligado no hace mucho a acudir a la vecina Granada para dar explicaciones sobre su aislamiento ferroviario, en Jaén no se le ha podido recibir, Jaén es diferente, aquí podemos esperar, no hay ningún problema. Dicho todo lo cual es agradable leer las declaraciones de la subdelegada del Gobierno, Paqui Molina, persona que me merece bastante crédito, aunque es obvio que las grandes decisiones no dependen de ella. El caso es que ha manifestado que las necesidades en materia ferroviaria de la provincia constituyen una prioridad. Lástima que no lo veamos por ninguna parte.

En momentos como este, en esta dura encrucijada en la que Jaén expone tanto, nos hace mucho bien recurrir a Miguel Hernández, ahora que estamos enfrascados en su conmemoración. El poeta, que de facto ya es hijo adoptivo de Jaén para siempre, escribió los versos más hermosos, convertidos hoy en himno, “Jaén, levántate brava, no vayas a ser esclava”, etc., para inquietar conciencias y hacer una cruzada contra la resignación y que es un mensaje de plena actualidad en un momento, en pleno siglo XXI, en el que hemos de combatir incluso la indigencia. Necesitamos agentes políticos y sociales dinámicos, activos y sobre todo valientes defensores de su tierra. Pues eso, no juguemos con las cosas de comer, no juguemos con Jaén.

(Un resumen de este artículo ha sido emitido en el programa “La Colmena” en Hoy por hoy, de Radio Jaén)

Foto: La marcha de ayer en favor del ferrocarril. Jaén debería salir a la calle todos los días hasta que nos conceden trenes dignos del siglo XXI.

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