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Por ANTONIO GARRIDO / Lo demás se puede discutir, pero lo que no le voy a negar a Juanma Moreno es que se deja ver con frecuencia por Jaén, y también algunos consejeros, a otros nos gustaría verlos más y además notar que se implican, habrá ocasión de señalarlos para que se enteren de que ni las presencias ni las ausencias pasan desapercibidas, sobre todo en áreas donde hay importantes proyectos de futuro que dependen de una gestión adecuada. Pasó siempre en la historia de la autonomía, consejeros y consejeras pro Jaén y otros y otras que parecían tener alergia a esta provincia, incluidos algún que otro presidente. No es el caso de Juanma Moreno, que hoy ha estado conociendo e inaugurando actuaciones por la geografía provincial y, casualidad, se cumplen precisamente en esta misma fecha cinco años, un 15 de febrero de 2019, de su primera visita oficial a Jaén. En aquella ocasión, además del encuentro protocolario con las autoridades, entre ellas el entonces alcalde, Javier Márquez, y el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, también tuvo un rato, creo que ya era la segunda vez, la anterior la tuvo como aspirante a la presidencia, con la que era Plataforma Ciudadana “Jaén Merece Más”, entonces con toda su fortaleza y con un buen poder de convocatoria. El hoy titular de la Junta los escuchó, por eso supongo que le suenan todas las reivindicaciones que le han ido llegando, en su mayor parte incluidas en el famoso Acuerdo por Jaén que propició que Partido Popular y Jaén Merece Más sellaran su compromiso como gobierno local de coalición en el Ayuntamiento de Jaén.

Cinco años no es demasiado tiempo en términos políticos, porque en la política los asuntos se dilatan y conseguir un objetivo cuesta sangre, sudor y lágrimas. No hay más que aludir a los programas ITI y EDUSI, bien conocidos en el Ayuntamiento, que han necesitado bastantes años para desarrollarse y a pesar de todo los resultados son claramente insatisfactorios. Volviendo al presidente, en aquella primera visita nos prometió días de vino y rosas, estaba tan empoderado que seguía manteniendo su voluntad política de atajar cuanto antes los grandes proyectos de Jaén, de hecho había declarado en campaña que si llegaba a la presidencia poco menos que al día siguiente se empezaban las obras de la Ciudad Sanitaria, y así el resto, cuando ya sabemos que las cosas de palacio suelen ir despacio. En estos días la oposición, especialmente el PSOE, ha arremetido duramente contra los gobiernos de Moreno Bonilla. Tratando de ser justo hay que referirse a dos situaciones: por un lado, este gobierno que rige los destinos de Andalucía, ha rescatado proyectos que estaban olvidados, como la Ciudad Sanitaria o la Ciudad de la Justicia. Del primero prácticamente había dejado de hablarse porque en una de las varias crisis económicas se decidió posponerlo sine die, y en cuanto a la Ciudad de la Justicia se le estaban dando vueltas sin encontrar una vía de solución. Quiero decir que hay que reconocerle gestos, aunque desde luego no participo de la euforia de los responsables públicos del gobierno de Juanma Moreno y del PP andaluz y jienense, porque obras son amores. Y de obras y millones, escasos.  

Ni todo es tan malo, pero ni todo es tan bueno, porque en estos cinco años la auténtica verdad, aparte de haberse destapado algunos proyectos como los señalados y otros más, sin embargo en los presupuestos, donde se refleja la verdad de la política, y eso en el caso de que se ejecuten los compromisos escritos, las respuestas han sido tan tibias como lo venían siendo en los gobiernos del PSOE, partido en el que han debido perder la memoria, porque pasamos unos años de orfandad verdaderamente clamorosos. La guinda fueron los ejecutivos de Griñán, que tenía pánico de venir a Jaén por si le montaban una protesta, de hecho en una ocasión se volvió a Sevilla por mieditis aguda, y Susana Díaz, que se buscó la complicidad de los dirigentes y ni con esas fue justa con la provincia.

Todo esto viene a cuento de lo que he leído en la prensa malagueña tras el paso ayer por la capital de la Costa del Sol del presidente andaluz, que sigue anunciando inversiones millonarias para Málaga, para actuaciones como la ampliación del metro y el tercer hospital, dos macroproyectos. Que conste que no tengo nada contra Málaga, todo es a favor, se ha convertido en una capital privilegiada pero gracias a una hoja de ruta liderada por su alcalde, Francisco de la Torre Prados. Un regidor así tendríamos que tener en cada pueblo o ciudad, que no está en la politiquería y que con esta actitud ha conseguido el respaldo de todos los gobiernos, en España y en Andalucía.

Nada que decir al respecto, pero un poco sí que duele que el propio presidente Moreno Bonilla, que se supone conoce al dedillo la situación singular de cada una de las provincias del territorio andaluz, justifique las inversiones en Málaga como el pago de una importante deuda histórica. Si sacamos a relucir y a presumir de las deudas históricas seguro que nos salíamos, porque el maltrato a Jaén ha sido una constante de todos los gobiernos desde la instauración de la democracia. Es verdad que partíamos de una casilla de salida muy desfavorable, pero a pesar de que se ha reclamado hasta la saciedad el pago de la deuda histórica y una discriminación positiva, nadie ha dado un paso al frente, mucha palabrería, pero nunca antes ni tampoco ahora una acción encaminada a hacer que esta provincia pueda converger con el resto de su entorno.

Pero no es así, Jaén no converge ni consigo misma, y en este sentido son las estadísticas las que confirman el pronóstico. Para converger hay que crear riqueza y tener las infraestructuras suficientes, y mientras eso no ocurra nos estaremos lamentando. Es una verdad irrefutable la existencia de una España de varias velocidades, lo mismo que ocurre en Andalucía, y en nuestro caso nos han condenado a permanecer en un papel de segunda o de tercera clase. No me voy a referir a todas las asignaturas pendientes, pero el tren simboliza muy bien ese olvido histórico para que vengan ahora los políticos tan bien mandados a contarnos historias para no dormir. Es hora de recordarles a todos que en cuestión de memoria histórica, en Jaén llevamos mucho tiempo los primeros en la cola. Y lo vamos a repetir tantas veces como sea necesario, aunque sea para no pecar de omisión ante tantas elocuentes frases, que en su mayor parte están vacías de contenido.

Foto: La provincia lleva desde toda la etapa democrática que le llegue al fin su hora.

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