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En el día de hoy se ha hecho pública por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén, la sentencia del conocido como “caso Matinsreg” que afecta a intereses del Ayuntamiento, por tanto de la ciudad de Jaén, que en su día derivó en un perjuicio para las arcas municipales del orden de cuatro millones de euros. En el contenido de la misma, reflejado en nada menos que 163 folios, que aunque no sea muy pormenorizadamente, he podido leer, se confirma la absolución para el que fuera alcalde de la ciudad cuando ocurrieron los hechos denunciados, y más tarde exsecretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, que se intuía desde que el Ministerio Fiscal le retiró los cargos que había contra él. La sentencia afirma que no ha quedado probada su intervención o consentimiento, ni tampoco que mediara ninguna acción por su parte de la que pudiera derivarse cualquier responsabilidad.

Se pone fin por tanto a varios años de largo calvario para el hoy profesor de la Universidad de Jaén y alejado de la vida política por estas circunstancias, ya que abandonó la presidencia provincial por incompatibilidad con su cargo público en Madrid y más tarde el “caso Matinsreg” le obligó a solicitar su baja temporal en el PP. Sale indemne, al menos por el momento, pero ha pagado un alto precio por el hecho de ser el primer edil en el momento en que transcurrió la anómala situación de fraude en la instancia municipal. Se ha salido con la suya, ya que en su última declaración ante el tribunal que juzgaba este delicado asunto, se dedicó a defender su honestidad, honradez e integridad. Por cierto, tampoco ha habido nadie que explícitamente haya salido en su defensa, ni siquiera desde los órganos del que fue su partido, y en el que ocupó la máxima responsabilidad.

No todo es positivo, por un lado la sentencia conocida hoy no es firme, es recurrible, y por otro se ha conocido también este jueves que Fiscalía pide que Fernández de Moya declare como investigado por la pieza separada de Matinsreg que lleva el Juzgado número 2, y que se refiere al entramado de empresas que supuestamente, según informa la agencia Europa Press, facturaba fraudulentamente al Consistorio mediante cantidades “infladas” en obras de Mantenimiento Urbano. Se pide la declaración de varias personas, entre otras cinco de las que hoy también han sido condenadas. Que se depuren responsabilidades está muy bien, pero intuyo que también se mezclan intereses políticos y volver otra vez al Matinsreg cuando ya está sentenciado no es digerible como un hecho sujeto a la normalidad.

No hay más que fijarse en las reacciones que se han producido esta misma tarde desde la política, unos desde la preocupación, otros desde la euforia y en busca del rédito. El presidente provincial del PP, Erik Domínguez, demandando a las demás fuerzas políticas que no usen esta sentencia para “machacar” al PP, porque en su opinión el partido como tal está libre de toda sospecha. El PSOE ha aprovechado la oportunidad para arremeter contra los populares, esta vez ha sido el secretario de organización provincial, Jacinto Viedma, el que ha salido a la palestra para considerar que la sentencia es “histórica” en la que denomina “trama corrupta del PP en el Ayuntamiento de Jaén”. Si fuera al revés pasaría igual, los partidos son maquinarias implacables contra los adversarios y más cuando median sentencias judiciales.    

Volviendo al personaje, Fernández de Moya, nada nuevo bajo el sol, así es la política y en general ocurre con casi todas las facetas de la vida, cuando surge la adversidad los amigos o las personas que han estado más cercanas, van desapareciendo lenta pero inexorablemente. Si esto ocurre en situaciones normales, excuso decir en un partido que se enfrentaba a un congreso provincial, por ello le han negado varias veces, como San Pedro a Jesucristo. No sabemos qué va a hacer ahora Fernández de Moya, si tendrá ánimo de recuperar el tiempo político perdido o se dedica a su tarea en la Universidad y a disfrutar de la familia que ha sufrido con él este camino judicial que ha durado más de tres años, mucho tiempo. En su última declaración solo había un asunto del que tenía que defenderse, el levantamiento de reparos legales, para lo que tenía competencias, y que también asumió el pleno de la Corporación. Igualmente fue muy duro con la acusación popular, el PSOE, que iba directamente por su cabeza y no la ha conseguido. Estas fueron sus palabras: “Es una querella política, una estrategia miserable y canallesca. La afronto con la cabeza alta y la conciencia muy tranquila”. Hoy podrá respirar más tranquilo, de todas formas al ser recurrible la sentencia hay que esperar, y si fuera poco se anuncia la pieza separada, de modo que podemos tener Matinsreg para rato.   

Por lo demás esta sentencia condena a los exconcejales del Ayuntamiento de Jaén, Manuel del Moral Negrillo y Miguel Ángel García Anguita, con la pena de cuatro años de prisión, y también lo hace a otros cinco encausados, un técnico municipal y componentes del entramado empresarial que se montó en torno a esta operación. Se les condena como autores de un delito de malversación de caudales públicos agravada, pero se les absuelve de los delitos de falsedad en documento mercantil y cohecho. En cuanto al empresario de Matinsreg que reconoció la trama durante el juicio y depositó un millón de euros para resarcir los daños causados, se le condena a diez meses y quince días por un delito continuado de falsedad y dos años más de cárcel por otro de malversación, pero es absuelto del delito de prevaricación. En concepto de responsabilidad civil se impone a los siete condenados en la causa a que indemnicen al Ayuntamiento con la cantidad de casi tres millones y medio de euros, que es la que estima el tribunal que con la trama sustrajeron a las arcas municipales.

El “caso Matinsreg”, para resumirlo en pocas palabras, fue un turbio episodio, en realidad un escándalo municipal hasta que se descubrió el pastel, por cierto años después. El caso lleva el nombre de la empresa de Toro (Zamora) del mismo nombre, principal involucrada en el procedimiento, junto a otras, y se han sentenciado unos hechos que pueden parecer cualquier cosa, menos ejemplares, un entramado de empresas, una maraña de nombres y situaciones sobre los que debía aclararse en el juicio todo lo sucedido para llegar hasta el final, al tratarse del honor de una institución, el Ayuntamiento de Jaén, y nadie, ningún político o funcionario, ni por supuesto ninguna empresa, debiera mancharlo. De hecho, el Consistorio, siendo alcalde Javier Márquez, acordó la personación como perjudicada de la institución municipal, lo cual tuvo lugar en el mes de junio de 2018.

La declaración de los guardias civiles que investigaron el caso resume el plan que se dice preconcebido y sustentado en facturas infladas, hasta más de cuatro millones de euros, que salieron indebidamente de un Ayuntamiento esquilmado, ruinoso, al que se facturaban a 50 euros pastillas de cloro que costaban en el mercado 2 euros, y así los demás productos, a precio de oro. Una pena de Ayuntamiento, esta es la verdad, que durante tantos años ha ido engordando una deuda tan elevada porque ha operado el sentido que del dinero público tiene al parecer la señora Carmen Calvo, que no es de nadie. Ese dinero, que son cientos de millones en diferentes etapas de gobierno, se le han restado a Jaén, por decirlo de una manera suave, y lo peor es que Jaén y los jienenses tienen que hacerle frente a esa deuda. Por tanto se habrá hecho justicia en todos sus términos, aparte de con la asunción de responsabilidades contenidas en las sentencias, cuando el Ayuntamiento recupere los más de cuatro millones que salieron indebidamente de las arcas municipales. Es de suponer que desde que se sucedieron estos hechos se habrán mejorado los controles del gasto en el Ayuntamiento, para evitar que en el futuro se puedan repetir situaciones tan comprometidas.y delictivas.

 

Foto: José Enrique Fernández de Moya, exalcalde y exsecretario de Estado de Hacienda, absuelto en la sentencia que hoy se ha hecho pública del ‘caso Matinsreg’.

 

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