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Los aceites de oliva virgen extra (AOVE) se han impuesto decididamente en la cultura oleícola jienense, convencidos como estamos todos, los primeros desde el propio sector, que siempre fue tan conservador y por tanto enemigo de abrirse paso a la modernidad y a escrutar nuevas posibilidades para la riqueza de la tierra, de que nuestro oro líquido reúne unas características que le hacen cada vez más atractivo para el consumidor exigente en cualquier lugar del mundo. Queda para nosotros el debate más doméstico sobre la producción y el trato al olivo, pero el verdadero caballo de batalla está en que una vez que el aceite sale de las almazaras, tras un tratamiento de verdadero mimo a las explotaciones olivareras para sacar de ellas el mejor producto posible, el marchamo tiene que estar en la calidad que es la mejor tarjeta de presentación en cualquier mercado.

En los últimos años se ha avanzado mucho en los estudios científicos encaminados a establecer las relaciones entre el consumo de aceite de oliva virgen extra y los efectos beneficiosos para la salud. Entre esos avances destacan las aportaciones que se han realizado en la propia Universidad de Jaén por parte del equipo del profesor de Inmunología, José Juan Gaforio, algunos de cuyos trabajos han sido publicados en importantes revistas internacionales y han sido muy valorados por la comunidad científica.

Desde estas premisas saludamos como un hecho de extraordinaria importancia la iniciativa, que ha salido de dos empresas olivareras de Jaén, para celebrar mañana en Jaén, en la Institución Ferial, el I Congreso Nacional de Aceite de Oliva Virgen Extra, o lo que es lo mismo, Congreso de AOVE y Salud, para enfatizar que se trata de las dos prioridades en las que pone toda su atención el sector en el momento presente.

Magnífica idea conjunta de las firmas aceiteras Capricho del Fraile y Oleology (Melgarejo) junto a la Fundación Andaluza de Cardiología, a la que se han sumado distintas colaboraciones, como la de la propia Universidad de Jaén. Se trata de una actividad de bastante altura si se tiene en cuenta que se darán cita desde las diez de la mañana a las ocho de la tarde prestigiosos científicos, médicos, representantes de asociaciones e instituciones que, a nivel internacional, mantienen líneas de investigación sobre los efectos del consumo del aceite de oliva virgen extra en la salud.

En este sentido, está previsto establecer la relación con la salud cardiovascular, el cáncer, el envejecimiento y la seguridad alimentaria, y los efectos beneficiosos de los componentes minoritarios del Aove. Además se va a profundizar en esta primera edición en otros campos, como el de las enfermedades metabólicas, analizando, entre otras, la influencia benigna del aceite de oliva virgen extra en la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes.

Mención especial merecen los ponentes, que son de auténtica categoría y que confirman el interés del congreso. Se va a contar con la presencia del médico Hipólito Pousibet; del investigador José Juan Gaforio, de la Universidad de Jaén, autor de diversos hallazgos científicos sobre los aove; Manuel Lagares Carballo, presidente de la Fundación Andaluza de Cardiología; María José San Román, Estrella Michelín por su restaurante Monastrell; Antonio Marín Garrido, conocido veterinario jienense y presidente de la Academia de Veterinaria; la bióloga Anunciación Carpio, diplomada en Alta Especialización en Grasas y Aceites; Juan Ramón Hidalgo Moya, experto en Derecho de la Seguridad Alimentaria; el oncólogo del Complejo Hospitalario de Jaén, Pedro López Leiva, y el cardiólogo del mismo hospital, Javier Torres Llergo. En el acto de clausura se va a contar con la intervención del artista jienense Santi Rodríguez, considerado uno de los mejores embajadores de Jaén y de sus productos.

Es muy de destacar que las propias empresas aceiteras de Jaén se impliquen como se hace en esta cita con aspectos tan valiosos y en los que se pone en juego la principal producción de la provincia, como es la relación entre los aove y la salud. En este caso la iniciativa parte de las firmas Capricho del Fraile y Aceites Melgarejo.

Capricho del Fraile tiene su origen en una finca de cerca de 200 hectáreas, con olivares y otros árboles diferentes, en un enclave situado entre las estribaciones de Sierra Mágina, en Jaén, y los Montes Orientales, en Granada, en terrenos inmejorables que favorecen unos aceites de gran calidad. El proyecto de este líquido de excelencia es obra de dos empresarios nacidos y criados en la capital mundial del AOVE, formados y preparados para tratar de convertir las ideas en proyectos sostenibles con el necesario condimento del esfuerzo y la pasión, tal y como ellos definen su aventura. Se sintieron atrapados por la historia de un fraile que hacia 1880, recorría valles y senderos, por la zona de Sierra Mágina, con renuncia a las riquezas materiales, y que se alimentaba con un mendrugo de pan al que ponía unas gotas del jugo de la aceituna, lo cual mantenía al religioso lleno de fortaleza, que achacaba a las propiedades de ese buen aceite que consumía. Hoy, 150 años después, refieren los protagonistas de este reto, han decidido hacer suyo propio aquel capricho del fraile y lo han aceptado para con ese mismo hilo conductor construir juntos una nueva historia cargada de emociones y aventuras.

Por lo que se refiere a la otra firma promotora del evento, Aceites Melgarejo, sus actuales responsables recuerdan que todo empezó en 1780, cuando el tatarabuelo en unas instalaciones manuales de 1.000 metros cuadrados y con una maquinaria de la época, compuesta por un molino de empiedro y una prensa de viga, dio origen a lo que hoy en día es una de las empresas aceiteras más prestigiosas y veteranas de la zona.

Ambos aceites se encuentran entre los más reconocidos actualmente por su calidad y han recibido premios y reconocimientos. Ponerse al frente de un congreso de estas características no hace más que confirmar la preocupación que han asumido, junto a otras firmas del sector en la provincia, cada vez más numerosas, por poner al aceite de oliva virgen extra en el lugar que le corresponde en el mercado y en los escaparates, en las cocinas, y en la investigación más puntera.

 

OPORTUNIDAD.-

 

Además de todo lo dicho, el congreso tiene una oportunidad indiscutible para sacar los colores de Jaén, a una profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de David, en California, que acaba de publicar en la revista “Olive Oil Times” un trabajo titulado “Por qué usted debería rechazar el aceite de oliva”, en el que Rosane Oliveira, que así se llama la susodicha, arremete contra el aceite de oliva sin ninguna misericordia y consideración, lo cual, a pesar de ser una profesora  que se dedica presuntamente a educar a la gente sobre cómo pueden afectar a la salud los alimentos y el estilo de vida, nos llena de perplejidad, porque sus argumentos son peregrinos y no resisten el menor razonamiento científico.

Las bondades del aceite de oliva virgen extra están ya más que demostradas desde que empezaron a hablar de ellas ilustres investigadores como el profesor Grande Covián, y la labor de expertos como el profesor Gaforio, con un nivel muy exigente de seriedad no dejan lugar a la duda.

El propio profesor Gaforio he visto que se ha sentido obligado a desmontar, una a una, las afirmaciones tajantes que hace la señora Oliveira, a la que deberíamos invitar a Jaén para que se empape de buen aceite y aprenda los beneficios del zumo de aceituna. Como dice José Juan Gaforio en un artículo de estos últimos días publicado en el Aula del Aceite del diario Ideal de Jaén, “que el Señor nos libre de semejantes profesores”, tras denunciar lo que él llama “intento burdo” por desprestigiar el aove y poniendo en duda sus propiedades. No es nuevo, de vez en cuando, y respondiendo a qué posibles oscuros intereses, aparecen perlas de estas características, razón de más para reunir a los investigadores y expertos en un congreso como el de mañana, porque servirá para unir criterios y para defender con uñas y dientes las fortalezas de un producto, el nuestro, que es de excelencia y por eso gana cada día terreno en los mercados de todo el mundo, le pese a quien le pese.

Es el gran activo de Jaén, por eso está muy bien que la iniciativa privada se comprometa con él y abra un camino porque el futuro del aceite de oliva es de todos, nadie debe abdicar de su responsabilidad. Enhorabuena a los organizadores y el deseo de que, como todo hace indicar, sea un rotundo éxito.

 

 

 

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