BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Yo soy aquella mujer que escaló la montaña de la vida removiendo piedras y plantando flores” (Cora Carolina). En este Día de la Mujer he decidido abrir con esta bonita frase de una delicada poeta para reconocer el coraje de la mayoría de las mujeres que son capaces de hacer grandes cosas y procurarnos una vida fácil. Es verdad que el panorama actual no es de color de rosa y que en una ocasión como la de esta fecha hay motivos para gritar de desesperación, por tantas situaciones en las que la igualdad no se hace visible en escenarios que estos días se están repitiendo y en los que no abundaré por conocidos, aunque en la provincia la principal discriminación nace con el empleo, o mejor aún, con el desempleo, que castiga especialmente a las mujeres. Sin olvidar la violencia de género, con o sin víctimas mortales, el caso es que los datos que facilita con frecuencia el Instituto de la Mujer y otros observatorios, no dejan lugar a la duda y sigue siendo un drama. Como dice el Premio Nobel de la Paz, Elie Wielsen: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”. Montesquieu, ya dijo en el siglo XVIII, y algo ha llovido, que “la medida de la libertad de una sociedad es la libertad de la que disfruten las mujeres en esa sociedad”. Algo parecido le he leído a Celia Amorós, quien con Amelia Valcárcel son el mayor exponente teórico del feminismo de la igualdad en España: “Porque no hay sociedad que humille a las mujeres en la que exista convivencia digna”. Virginia Woolf, todo un icono, ha descrito como nadie la libertad: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. Y la escritora y educadora Hellen Keller demanda que la mujer no renuncie: “Nunca se debe gatear, cuando se tiene el impulso de volar”. Rosa Luxemburgo aboga por “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Margaret Thacher fue más lejos contra el machismo dominante: “En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él”. Pero es un día para animar, y para avanzar. Hay una preciosa frase de la Madre Teresa de Calcuta que es muy enternecedora y vibrante: “Ten siempre presente que la piel arruga, que el cabello se torna blanco, que los días se convierten en años, más lo más importante no cambia! Tu fuerza interior”…Un pequeño paréntesis para señalar que tal día como hoy nacía (1495), el santo y fundador de la Orden Hospitalaria que lleva su nombre, San Juan de Dios, que curiosamente falleció el mismo 8 de marzo, pero ya de 1550, en la vecina Granada. Se dedicó a ayudar a los más necesitados y a los enfermos, de hecho se le conocía por el sobrenombre de Juan de los enfermos. Su grito y su lema era: “Hermanos, haceos bien a vosotros mismos, ¿queda claro?”…Y una sentencia de Adolfo Bioy Casares: “La vida es una partida de ajedrez y nunca sabe uno a ciencia cierta cuándo está ganando o perdiendo”. Lleva razón el célebre escritor argentino, Premio Cervantes, fallecido el 8 de marzo de 1999, un referente de la buena literatura, en la que frecuentó los elementos fantásticos, policíacos y de ciencia ficción, autor de La Invención de Morel y del que apunto dos frases más: “El odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida” y “Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros”…Y vuelvo a la singularidad de esta fecha, para señalar que con el haz de expresiones ya apuntadas me sumo a la felicitación y a la reivindicación de todas las mujeres, las que son y las que fueron. Y hago un brindis con ellas y por ellas, en especial, me lo van a permitir, no a las mujeres mediáticas que todos los días nos transmiten mensajes, no siempre acertados ni ejemplares, sino a tantas mujeres_anónimas que, en silencio, hacen grandes cosas y nos dan ejemplos grandiosos, y porque las voces que hoy se van a escuchar, de la manera con que cada cual las interprete, no sean un clamor estéril…Una cita preciosa del cantante Bruce Springsteen: “Allí donde alguien luche por su dignidad, por la igualdad, por ser libre…mírale a los ojos”…Y otra final de Coco Chanel: “Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera”.
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