BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “El riesgo más grande es no tomar ninguno. En un mundo que está cambiando tan rápido, la única estrategia que está garantizada a fracasar es no tomar riesgos”.(Mark Zuckerber). Lo dice uno de los fundadores de Facebook, y así es. En un mundo que está cambiando tan rápido, ¿con qué se compara esta supuesta velocidad? Cierto que la implementación de las nuevas ideas es ahora más rápida que en el medievo, también son menos reflexivas. Ahora los que nos dedicamos a escribir y reflexionar nos estamos quedando atrás; los Facebook, Instagram y las demás redes «visuales» están más pobladas de usuarios activos, hoy prima más el mensaje visual que el textual, ya son menos los que gustan de reflexionar con un texto escrito. ¿Volvemos a los pictogramas como los egipcios de la antigüedad?…Una conocida frase de Virginia Woolf: «No hay barrera, cerrojo ni obstáculo que puedas imponer a la libertad de mi mente». El potencial infinito de la mente humana…Lo dice muy bien la escritora británica símbolo del modernismo literario y figura del feminismo internacional, considerada una de las mujeres más poderosas del siglo XX. El pensamiento surge de una mente libre, y en todo caso es uno mismo quien a veces se puede dejar esclavizar por actitudes contrarias al pleno uso de la libertad. En palabras de la defensora de los derechos humanos y feminista, Simone de Beauvoir: “Desearía que cada vida humana fuese una pura libertad transparente”. Y en la versión de la filósofa y activista Rosa de Luxemburgo: “Los que no se mueven, no se dan cuenta de sus cadenas”. Más opiniones al respecto del tema escogido para hoy. El psicólogo Wayne Dyer se expresa de esta manera: “La libertad significa que no tienes obstruido vivir tu vida como tú eliges. Algo menor es una forma de esclavitud”. Y Jean Jacques Rousseau, escritor y filósofo, apostilla: “Gente libre, recordar esta máxima: podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera si se pierde una vez”. O esta expresión que valora cuando nos liberamos de todo lo que nos ata, en palabras de Paulo Coelho: “Ahora que no tenía nada que perder, ella era libre”. El científico George Whashington Carver lo presenta de otro modo, igualmente sugerente: “La educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad”. El escritor griego Nikos Kazantzakis, nos sirve de corolario: “No espero nada. No temo nada. Soy libre”…Además recordamos a algunos personajes relacionados con este 11 de agosto. Tal día como hoy, en 1932, nació el escritor y cineasta residente en París, Fernando Arrabal, autor de importantes novelas, libros de poesía, textos para teatro y varios ensayos, entre los que destacan sus libros sobre ajedrez. Sus novelas han sido traducidas a numerosos idiomas. Su Carta al general Franco tuvo especial repercusión, publicada en vida del anterior jefe de Estado. Arrabal es el único gran intelectual español que no volvió del exilio. De él recojo una expresión: “Los fanatismos que más debemos temer son aquellos que pueden confundirse con la tolerancia”…También vino al mundo en este día el escritor estadounidense Alex Haley, conocido por la Autobiografía de Malcoln X y por su libro Raíces. A pesar de la sombra proyectada por sus controversias sobre posible plagio, al autor se le atribuye haber inspirado un interés nacional en la genealogía y contribuir a una mayor conciencia de los horrores del racismo y la esclavitud y su lugar en la historia de Estados Unidos. De este autor extraigo esta sugerente frase: “Cada vez que una persona mayor muere, es como una biblioteca que se está quemando”…Igualmente queda registrado el fallecimiento (1801) del escritor Félix María de Samaniego, conocido por sus fábulas, de tono aleccionador mediante moralejas, y los amores de la vida. ¡Quién no se acuerda de esta fábula!: “A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron, presas de patas en él. Otra, dentro de un pastel enterró su golosina. Así, si bien se examina, los humanos corazones perecen en las prisiones del vicio que los domina”…Otro ilustre vinculado a este día es el llamado padre de la patria andaluza, el ensayista, notario y político nacido en Casares (Málaga), Blas Infante, conocido por su condición de ideólogo del andalucismo, autor de El ideal andaluz, que murió fusilado el 11 de agosto de 1936 en el inicio de esa guerra incivil que dejó tanta crueldad y tantas víctimas en ambos bandos. Sus frases le definen: “La rebeldía ante la injusticia es una de las más altas virtudes” y “Yo tengo clavada en mi conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo lo he visto pasear su hambre por las calles del pueblo confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales”. Aunque lo mejor de todo es el himno andaluz: “¡Andaluces levantaos” ¡Pedid tierra y libertad! Sea por Andalucía libre, España y la Humanidad”…Otro grande que nos dejaba, esta vez en 2018, el escritor británico Vidiadhar Surajprasad Naipaul, Premio Nobel de Literatura, autor de títulos como Una casa para Mr Biswas, En un estado libre o Un recodo del río. Me gusta esta invitación que hace: “Si decide irse a vivir a otro país y vivir dentro de sus leyes, no expresar su desprecio por la esencia de la cultura. Es una forma de agresión”. Está claro, hay que respetar la cultura de cada lugar y pedir que la nuestra sea igualmente respetada, claro…Finalmente, un 11 de agosto, de 1890, fallecía el cardenal John Henry Newman, un referente de la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II, una figura del pensamiento, recientemente canonizado. Dos frases del destacado eclesiástico: “En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces” y “El que pretende que la religión se debe encontrar en la iglesia, puede abstenerse de ir a la iglesia”…Para la cita final recurro una vez más a Antonio Machado: “¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”. El poeta sevillano nos recuerda, ¿cuántas veces deberíamos recordarlo?, que no existe la verdad de cada uno, como no existe la plena objetividad y que todo depende de la percepción de cada cual, razón por la que invita a buscar la verdad «con los otros» y a no tratar de conformarnos y menos de imponer la nuestra.