BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” (Víctor Hugo). Sé que es muy fácil dar consejos y que los emprendedores lo que necesitan son medios y certezas, pero hay algo en lo que estoy de acuerdo con el autor de la frase inicial y es que las oportunidades van a ser para los más valientes y arrojados, y no quiere decir que los demás no lo sean, sino que probablemente no partan de las mismas condiciones ni se dirigen a igual meta. Pero, en efecto, elegimos como protagonista al máximo representante del romanticismo francés, que falleció tal día como hoy de 1885. Víctor Hugo es el autor de Los miserables, una novela de grandísimo nivel que describe y condena la injusticia social de la Francia del siglo XIX. Se trata de un personaje emblemático que ya en su tiempo pronosticó una futura unidad de Europa, cuando se subió a la tribuna de la Asamblea Nacional Francesa y pronunció un célebre discurso en el que, entre otras cosas dijo: “Un día vendrá en que no habrá más campos de batalla que los mercados que se abran al comercio y los espíritus que se abran a las ideas”. Tan especial era que la Tercera República honró a su muerte con un funeral de estado, celebrado el 1 de junio de 1885 y al que asistieron más de dos millones de personas, que se dice pronto, con la inhumación de sus restos en el Panteón de París. Pero, además, Víctor Hugo nos dejó una herencia literaria de grandes frases entre las que selecciono las siguientes: “Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha” y “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay cierta complicidad vergonzosa”…Otro destacado personaje para este día es el escritor y médico británico Arthur Conan Doyle, nacido un 22 de mayo de 1859, conocido sobre todo por ser el creador del célebre detective Sherlok Holmes, a cuya obra dedicó nada menos que 4 novelas y 56 relatos, de modo que quedó opacada el resto de su producción literaria. Creo que es suficientemente conocido este detective de ficción inglés de finales del siglo XIX, que destaca por su inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles. En la obra aparece el inseparable compañero del detective, el Dr Watson, hasta el punto de que se ha hecho célebre a raíz de que apareciera en alguna película la frase Elemental, mi querido Watson, que dicho sea de paso no fue nunca pronunciada por Holmes de esta manera, aunque es verdad que utilizó las expresiones Elemental y Mi querido Watson por separado. Merece la pena conocer mejor a Conan Doyle a través de sus citas: “Datos, datos, datos. No puedo hacer ladrillos sin arcilla” y “La impresión de una mujer puede ser más valiosa que un análisis razonable”…Para completar el cuadro de honor nos fijamos en el filósofo Karl Popper, a quien sus contemporáneos llamaron con toda justicia el paladín del sentido común, como con esta cita: “Quien sea incapaz de hablar claro, debe callar hasta poder hacerlo”, es decir, si no eres capaz de expresarte adecuadamente, más vale que sigas practicando hasta que lo consigas…Una frase muy conocida del mago de la informática Steve Jobs: “Un verdadero líder no necesita corbata”. En efecto, nunca le hizo falta, porque vestía con vaqueros y camiseta. No se trata de sustituir la corbata, pero el respeto y la autoridad no tienen que ver con la imagen y la fachada, sino con las ideas y el compromiso, es decir, con la actitud…Una frase de la novelista Jane Austen: “El egoísmo debe ser siempre perdonado, porque no hay esperanza de cura”. Y otra de la Madre Teresa de Calcuta: “Vive sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir”…La última cita es hoy del empresario e inventor Thomas A. Edison: “Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo. Este consejo es la única herencia que vas a tener”…Sin embargo el final es un homenaje al poeta valenciano y maestro de maestros, Francisco Brines, que nos dejaba no hace mucho a los 89 años, al poco de haber recibido el Premio Cervantes, más que merecido, lo mismo que nos deja un legado de su obra contenido en el Ensayo de una despedida. Este poema suyo resume muy bien la grandeza del personaje: “No tuve amor a las palabras; si las usé con desnudez, si sufrí en esa busca, fue por necesidad de no perder la vida, y envejecer con algo de memoria y alguna claridad”.
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