BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / «Sigue a tu corazón pero lleva contigo a tu cerebro” (Alfred Adler). El médico y colaborador de Sigmund Freud nos presta esta cita que es una manera poética de insinuar que las pasiones son nuestro motor y la razón es el vigía de nuestra marcha. En efecto, está bien seguir lo que el corazón dice, porque eso nos proporciona felicidad inmediata. Ahora bien, hay que usar la cabeza y no dejarse llevar por todo lo que el corazón dicta, porque en ocasiones puede estar equivocado…Una frase de Rafael Alberti: “Fue cuando comprobé que murallas se quiebran con suspiros y que hay puertas al mar que se abren con palabras”. El célebre poeta gaditano de la Generación del 27, viene a decir en la primera parte del verso, que lo que tienes se puede ir en un instante, sin que esté en tus manos impedirlo. En la segunda, expresa otra idea, esta vez más optimista. La fuerza que tiene la palabra, que es a veces lo único que se necesita en la vida para conseguir sueños y metas…Además recuperamos al escritor y pensador francés Stéphane Hesse, muy conocido por su libro ¡Indignaos! (Indignez-vous), que alcanzó gran popularidad con motivo de las protestas que hubo en Francia y España en 2011, así como con los movimientos ¡Democracia real YA! y Movimiento de Indignados. De hecho el famoso 15-M tuvo mucho que ver con este libro y las ideas que el autor planteaba en él, razón por la cual se conocía a los manifestantes de las protestas como “indignados”. El mismo Hesse publicó otro libro complementario Comprometeos (Engagez-vous), y en general su mensaje era el de pedir a los jóvenes “confianza y valor” con esta frase: “No sólo hay que indignarse, hace falta también comprometerse”. Otras dos expresiones de este personaje: “La peor de las actitudes es la indiferencia, decir ‘no puedo hacer nada, ya me las arreglaré’” y esta que tiene mucho que ver con mi propia actitud personal ante la vida: “Resistir supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva”. A propósito, escribió el escritor Elie Weisel: “En cierto sentido, ser indiferente al sufrimiento es lo que deshumaniza al ser humano. A fin de cuentas, la indiferencia es más peligrosa que la ira y el odio. A veces, la ira puede ser creativa. Uno escribe un hermoso poema, una magnífica sinfonía. Uno crea algo especial por el bien de la humanidad, porque está enfadado con la injusticia de la que es testigo. Pero la indiferencia nunca es creativa. Incluso el odio, en ocasiones, puede suscitar una respuesta. Lo combates. Lo denuncias. Lo desarmas. La indiferencia no suscita ninguna respuesta. La indiferencia no es una respuesta. La indiferencia no es un comienzo; es el final. Por tanto, la indiferencia es siempre amiga del enemigo, puesto que beneficia al agresor, nunca a su víctima, cuyo dolor se intensifica cuando la persona se siente olvidada. El prisionero político en su celda, los niños hambrientos, los refugiados sin hogar… No responder a su dolor ni aliviar su soledad ofreciéndoles una chispa de esperanza es exiliarlos de la condición humana. Y al negar su humanidad, traicionamos también la nuestra. Por lo tanto, la indiferencia no es solo un pecado. También es un castigo”…El recuerdo también para la escritora austriaca Elfriede Jelinek, nacida tal día como hoy de 1946, novelista y poeta, Premio Nobel de Literatura, autora de obras como La amante o La pianista, personaje controvertido, ya que el odio y la admiración se reparten a partes iguales entre detractores y leales, aunque no se pone en duda, todo lo contrario, su extraordinario entusiasmo lingüístico donde se revela el absurdo de los clichés sociales y el subyugante poder. La crítica la ha calificado de “feminista radical” y ella se ha declarado a gusto con esta etiqueta. Dos frases para recordarla: “Busca alguien que no la contradiga. Por eso busca alguien que no la entienda” y “Un escritor nunca debe comprometerse con los gobernantes. Debe criticarles. Ese es su deber”…Una sentencia del escritor del Siglo de Oro, Pedro Calderón de la Barca: “Afortunado el hombre que tiene tiempo para esperar”… Y otra de The Beatles, que es un bello mensaje contenido en la canción The End de la banda británica: “…Y al final el amor que te llevarás será igual al amor que hayas creado”….Hoy no puedo olvidarme de que acabamos de celebrar el Día Internacional de las Catedrales para rendir tributo a estos templos, dada su importancia social y religiosa en la humanidad. En nuestro Jaén tenemos el inmenso orgullo de contar con una Catedral hermosísima, que es el primer monumento jienense, una seo que nos gustaría que en un plazo no muy lejano pudiera ser declarada Patrimonio de la Humanidad, aunque para nosotros, los jienenses, ya lo es. Entenderán que hay una gran cantidad de frases de encendido elogio hacia la Catedral, pero hoy me quedo con la del recordado escritor costumbrista de Jaén, Rafael Ortega Sagrista: “Entre las Catedrales del Renacimiento en Andalucía la de Jaén es la más fina, la más elegante, la más lucida”. Y podría añadirle otro matiz del profesor Pedro Galera Andreu: “signo indeleble para la ciudad”…La cita final hoy es de Hipócrates, el llamado “padre de la medicina”: “Si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño”.