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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír” (George Orwell). Sin duda una buena manera de definir la libertad de expresión, y además Orwell practicó durante toda su vida lo que predicaba. Por ejemplo, decir lo que el poder, el que sea, no quiere oír, es función de los intelectuales de cada momento, aunque tampoco faltarán quienes claudiquen en función de privilegios y prebendas. Hay que ejercer esta libertad, aunque eso implique ser la voz que clama en el desierto, aunque sea nadar contra corriente. Pues bien, tal día como hoy, en 1950, fallecía uno de los escritores más brillantes de la historia contemporánea, el adjetivo orwelliano es bien conocido. En sus libros, el autor de Rebelión en la granja y 1984 nos transporta a un mundo en conflicto. No es extraño puesto que vivió épocas convulsas, oponiéndose al imperialismo británico y a los totalitarismos italianos y alemanes. La distopía imaginada por George Orwell en su libro 1984 es el ejemplo más recurrente cuando se quiere explicar cómo sería una sociedad dictatorial del futuro. En ella se describe un estado que es gobernado por el Gran Hermano a través de una serie de mecanismos y dispositivos, que, lejos de ser algo de ciencia ficción, conviven con nosotros en la actualidad. Orwell lo publicó el 8 de junio de 1949, hace ahora casi 75 años. Con la que tenemos entre manos, ustedes juzguen. Estas frases también le pertenecen: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario” y “En nuestra época no existe tal cosa como ‘mantenerse fuera de la política’. Todas las cuestiones son cuestiones políticas, y la política misma es una masa de mentiras, evasivas, tonterías, odio y esquizofrenia”. En efecto muchas personas tienen la voluntad de enterrar la cabeza en la arena cuando se trata de asuntos políticos, pero por mucho que se esfuercen, jamás conseguirán aislarse de la realidad. En algún momento los efectos de las decisiones políticas llamarán a la puerta y le afectarán plenamente…Hoy, además, traemos al recuerdo al escritor Eduardo Marquina, nacido el 21 de enero de 1879, el mayor de los cultivadores del teatro en verso de carácter histórico, con obras como En Flandes se ha puesto el sol y Las hijas del Cid. Sus trabajos ensalzan valores tradicionales como la valentía, la nobleza, el patriotismo y la nostalgia del pasado. Una frase de su autoría: “Oro, poder y riquezas muriendo has de abandonar, al cielo sólo te llevas lo que des a los demás”…Curiosamente tal día como hoy nacieron dos grandes maestros de la moda, Chistian Dior (1905) y Cristóbal Balenciaga (1895). Dior fue un influyente diseñador, fundador de la marca que lleva su nombre, uno de los distintivos de lujo más representativos del último siglo. La casa Dior ha vestido a celebridades de todo el mundo. Una frase de este grande de la moda: “La elegancia es una mezcla de distinción, naturalidad, esmero, sencillez y color”. Por lo que se refiere al vasco Balenciaga, se trata de un prestigioso diseñador, uno de los creadores más importantes de alta costura, que durante varias décadas hizo vida en París. Contemporáneo de Coco Chanel y del citado Dior, es sin duda el modisto de alta costura español más importante de la historia, y la lista de sus clientas de la alta sociedad es bastante larga. Una frase de Balenciaga en su homenaje: “Un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”. Por cierto hay una opinión del oscarizado fotógrafo británico Cecil Beaton, sobre los dos personajes, que no me resisto a reproducir: “Si Dior es el Watteau de la costura (lleno de matices, chic, delicado y oportuno), entonces Balenciaga es el Picasso de la moda porque, como el pintor, Balenciaga guarda un profundo respeto por la tradición y posee un depurado estilo clásico que subyace a todos sus experimentos con lo moderno”…Como cada día tiene su afán, que decía Santa Teresa, hoy se celebra el Día Internacional del Abrazo, iniciativa de un tal Kevin Zaborney, psicólogo estadounidense, quien preocupado por las pocas muestras de afecto que realiza la gente en público, incluso con los miembros de su familia, pensó en crear un día que brindara una excusa de hacer algo al respecto, y así ocurre desde 1986. Está demostrado, lo han dicho los expertos, y creo que cada cual lo debe conocer en primnera persona, que el abrazo, los abrazos, son enormemente beneficiosos para la salud afectiva. Los abrazos son un remedio universal. Está escrito por la novelista americana Ann Hood: «Existe más poder en un fuerte abrazo, que en mil palabras bien articuladas». O como tan bellamente describe Antonio Gala: «Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo». Abrácense, no alarguen la espera…Para finalizar, les dejo este poema del poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte, un texto precioso al que poder recurrir en los momentos de debilidad, una invitación a mantenerse con fuerza y entereza y a no darse por vencido en la dificultad: “No te des por vencido ni aún vencido. No te sientas esclavo ni aún esclavo. Procede como Dios que nunca llora, o como Lucifer que nunca reza, o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora”.

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