BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Nadie puede hacerte feliz sin tu consentimiento” (Eleanor Roosevelt). La escritora, que también fue primera dama de los Estados Unidos, nos muestra el camino para gestionar la autoestima y relativizar la importancia de las críticas…Por lo demás, el calor en particular y el verano, en general, han sido siempre argumentos literarios. Una pequeña muestra. Escribe Rocío Biedma en su libro poemario El vértigo de la libélula: “El sol sólo miente cuando se queda escondido entre las nubes”. Y el escritor francés Jean Giono lo expresa de este modo: “El sol nunca es tan hermoso cuando de día nos pone en el camino”. Antonio Machado recrea así este tiempo: “Tus ojos me recuerdan las noches de verano, negras noches sin luna, orilla al mar salado, y el chispear de estrellas del cielo negro y bajo”. Otro autor, el poeta chileno Vicente Huidobro, hace esta definición: “Eres el ruido del mar en verano”. Juan Ramón Jiménez, el autor de Platero y yo y Premio Nobel de Literatura, nos regala esta expresión: “¡Qué tristeza de olor de jazmín! El verano torna a encender las calles y a oscurecer las casas, y, en las noches, regueros descendidos de estrellas, pesan sobre los ojos cargados de nostalgia”. “El verano es siempre mejor de lo que podría ser”, enfatiza por su parte el escritor Charles Bowden. Los versos de Garcilaso de la Vega, nuestro gran poeta del Siglo de Oro, ofrecen esta versión: “En tanto que de rosa y azucena/se muestra la calor en nuestro gesto,/y que nuestro mirar ardiente, honesto,/enciende el corazón y lo refrena”. En fin, como escribe David L. Weatherford: “Disfrutamos del calor porque hemos sentido el frío. Valoramos la luz, porque conocemos la oscuridad. Y comprendemos la felicidad porque hemos conocido la tristeza”…Además tenemos protagonistas, como cada día. Hoy en principio el escritor francés Guy de Maupassant, nacido un 5 de agosto de 1850, famoso por sus relatos breves, que evocan la fascinante vida francesa del siglo XIX, aunque también escribió seis novelas. Dos frases de este autor: “¡Que se respeten mis convicciones y yo respetaré las suyas!” y “Estamos más cerca unos de otros cuando callamos que cuando hablamos”…Igualmente, un 5 de agosto, de 1895, fallecía Friedrich Engels, filósofo y sociólogo alemán, colaborador con Karl Marx del Manifiesto Comunista, fundamental para el nacimiento del marxismo y de los movimientos comunista y socialista y sindical. Dos frases de Engels: “Lo que no se sabe expresar es que no existe” y “Toda la historia de la sociedad humana hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases”…También se nos fue un 5 de agosto, en 1962, la mítica Marilyn Monroe, una de las actrices más famosas y bellas de todos los tiempos. Se catapultó a la fama en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo, protagonizó numerosas películas, se casó en tres ocasiones, y se le atribuyeron varias relaciones amorosas, entre otros con el presidente Kennedy. Murió a la temprana edad de 36 años, aparentemente por una sobredosis. Además de talento para la actuación, Marilyn poseía más inteligencia de la que mostraba ante las cámaras, y nos dejó citas interesantes, como estas: “No quiero hacer dinero. Yo solo quiero ser maravillosa”, “El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero” y “Un amigo te dice lo que quieres oír; un mejor amigo te dice la verdad”…La última referencia corresponde al escritor ovetense Ramón Pérez de Ayala, fallecido un día como hoy de 1962. Compartió ideas radicales con su amigo Azorín, al que sirvió de negro cuando éste se sumió en una crisis depresiva. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura y fue académico de la Lengua, y con José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón firmó el manifiesto “Al servicio de la República”, de carácter antimonárquico, que ejerció gran influencia en su tiempo. Su estilo se caracteriza por la ironía y el uso de un lenguaje muy refinado. Dos expresiones: “Gran ciencia es ser feliz, engendrar la alegría, porque sin ella toda existencia es baldía” y “Si yo fuese dictador en España, prohibiría las corridas de toros; como no lo soy, no me pierdo ni una”…Una sentencia del político y filósofo Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos: “Si estás cabreado cuenta hasta diez antes de hablar. Si estás muy cabreado, cuenta hasta cien”…Para final una cita de Ana Frank, que nos reconcilia con el optimismo y con la humanidad: “A pesar de todo creo que la gente es realmente buena en su corazón”.