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Por ANTONIO GARRIDO / Cambios en el organigrama de la Iglesia de Jaén. La llegada hace seis meses del nuevo obispo, don Sebastián Chico Martínez, que en este tiempo se ha dedicado a conocer a fondo la diócesis, las parroquias, los sacerdotes, la religiosidad del Santo Reino, nos ha mostrado, por lo poco que aún le conozco, a un pastor sencillo y cercano con el pueblo en general y con las instituciones en particular. Ahora, tras tomarse su tiempo acaba de hacer público el nombramiento de su equipo de gobierno, en su mayoría caras nuevas para el flamante tiempo de esta Iglesia en camino, término tan de moda. Hasta hace no mucho estos cambios en la Curia solían pasar desapercibidos, pero ahora, desde que figuraba en el staff Francisco Juan Martínez Rojas, quince años ya como deán y en los ocho últimos como Vicario General con los obispos don Ramón y don Amadeo, y en los últimos meses con don Sebastián, se había convertido en el imprescindible, o al menos el necesario, pero no por protagonismo y por tratar de hacerle sombra a los ordinarios del lugar, sino porque su perfil, es decir, su preparación, su experiencia, sus conocimientos, su empatía, le han hecho indiscutible referente. El decreto del obispo, monseñor Chico, es el que desmiente este aserto al prescindir de él como su número dos. Le deseo éxito al flamante equipo porque quiero lo mejor para esta Iglesia que peregrina en nuestro Santo Reino, de la que formo parte.

Francisco Juan Martínez Rojas, hasta ahora Vicario General mantiene por ahora su responsabilidad como deán presidente del Cabildo de nuestra Santa Iglesia Catedral de la Asunción, periodo que cumple en septiembre, donde su labor ha sido providencial, y el tiempo dirá si renueva por última vez o decide dar un paso atrás. Entre sus titulaciones posee la de doctor en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana con la tesis La reforma eclesiástica en el Jaén del siglo XVI. El Pontificado de don Francisco Sarmiento de Mendoza, calificada por el tribunal con summa cum laude. Diplomado en Archivística por la Escuela Vaticana de Diplomática y Archivística, y diplomado en Arqueología Cristiana, por el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana, de Roma.

Al hilo de este personaje de nuestra Iglesia me permito ofrecer unas cuantas pinceladas de los aspectos que personalmente estimo son relevantes para adentrarse un poco más en la figura del que es, sin duda, un eclesiástico e intelectual de nuestro tiempo. Se sentiría muy honrado, y lo hará desde el balcón del cielo, el recordado y venerable sacerdote don José Melgares Raya, su mentor espiritual desde la etapa de profesor y estudiante, respectivamente, en el Instituto Virgen del Carmen, de ver que sus expectativas no quedaron defraudadas sino ampliamente recompensadas. Con el tiempo sería ordenado presbítero, ha hecho de esto 36 años, por mi siempre querido don Miguel Peinado, del que guardo un recuerdo imborrable por su sencillez y humanidad, y porque era lo más cercano que he visto a la santidad. Por Francisco Juan Martínez Rojas hablan sus hechos, su biografía es una senda de hitos movidos por la constancia y la responsabilidad, en primer lugar de su ministerio. Como reza la frase evangélica: “Por sus obras los conoceréis” (Mateo, 7-16).

Y el hecho más evidente de su popularidad, de su don natural, es que todo Jaén lo conoce, lo conocemos, simplemente por Fran, al que bien se le puede aplicar en tantos años de ministerio el mensaje del Papa Benedicto XVI al hacerse cargo de su Pontificado: “Un trabajador sencillo y humilde en la viña del Señor”. Parece una frase hecha “ad hoc” para él y su brillante, sencilla y humana hoja de servicios a la Iglesia pero también a la sociedad. Hay una frase que a veces refiero del Cardenal Newman, que sé que no le es ajeno, con la que estoy muy de acuerdo y es esta: “El que se cree que la religión se debe encontrar en la Iglesia, puede abstenerse de ir a la Iglesia”. La religión, y esto ya lo digo yo, se nutre de valores tangibles, de fe, de creencias, de sentimientos, de ejemplos, sobre todo de ejemplos, tiene que salir al encuentro, y todo eso está en la calle, en el mundo, en la sociedad. En esa tarea hemos encontrado siempre a este eclesiástico.

Francisco Juan Martínez Rojas con su labor al frente del Cabildo de la Catedral, desde el año 2007, ha contribuido a hacer más grande nuestra hermosa e irrepetible seo, la ha abierto de par en par a las mejores expresiones de la liturgia, pero también a la cultura y al arte, tantas veces con el apoyo de la Fundación Caja Rural, haciendo realidad el tan deseado y a veces no siempre entendido, aquí mismo ha ocurrido, del diálogo fe-cultura, ha sido y es un apóstol difusor del patrimonio de la Iglesia, andaluza y jienense, y ha aconsejado de cara al clamor popular para que el primer templo diocesano sea declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y durante su etapa se han consolidado las obras de la techumbre, con un balance muy satisfactorio, y jamás se ha puesto en fila para recibir las medallas, que otros varios tratan de adjudicarse. Se ha granjeado una gran legión de amigos, es muy querido y apreciado, me quedo con eso, y me dan pena los mediocres y envidiosos que no perdonan ni el éxito ni la buena fama. “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”. Tanto en Jaén como en Baeza es continuamente requerido, la ciudad baezana le puso su nombre a una plaza emblemática junto a la bellísima Catedral de la que Martínez Rojas es asiduo, me gusta llamarlo el ‘obispo de Baeza’, donde en la consideración popular ya es hijo adoptivo.

Ha llegado el momento, por decisión de la jerarquía, de dejar misiones de responsabilidad en el seno de la Iglesia Diocesana, pero no hay lugar para el lamento, nada ni nadie son eternos, nos queda la figura, el erudito, el historiador, el investigador, es decir, el Archivero, el presidente de los Archiveros de la Iglesia de España, el miembro del Instituto de Estudios Jienenses, el docto académico de Bellas Artes, el personaje requerido que jamás dice no, siempre está dispuesto a servir, el vilcheño ilustre, orgulloso de serlo, como suele pasarnos a todos los que somos de pueblo pero hemos hecho vida en la capital, y es su caso, parece expropiado por utilidad pública.

Tratando de encontrar singularidades en la persona de nuestro querido deán, con su permiso y sin conocer a fondo la historia de la Iglesia en Jaén, al menos en relación con figuras significativas de su Cabildo a lo largo de los tiempos, y porque ha llegado a nuestros días mayor información de él y de su obra, lo sitúo en una prolongación de ese deán, otro gran ilustrado, el cántabro don José Martínez de Mazas, que es lo más parecido que encuentro en el siglo XVIII y del que todas las referencias hablan de su bien ganado prestigio y uno de los más afamados deanes que pasaron por la catedral jienense, cargo del que tomó posesión en 1790, y no solo por su condición de clérigo, que también, sino porque se le llegó a considerar, creo que con justicia, “el principal ilustrado de Jaén”.

No quiero herir la modestia de Fran, pero entiendo que estamos en una situación asimilable. Como Martínez de Mazas, nuestro actual deán desarrolla su cometido con “gravedad y compostura en los cultos”, y es figura relevante en el panorama religioso, social y político, lo de político quiere decir consideración en este ámbito porque goza del respeto y la consideración de todos, no me voy a olvidar de que hace diez años le fue concedida la máxima distinción de nuestra comunidad, la medalla de Andalucía, y pocos como él para merecerla, todo Jaén se alegró con ese reconocimiento. Martínez Rojas es un gran predicador, meticuloso, serio, y en sus homilías, escritos, libros y conferencias rezuma las mejores expresiones del humanismo. Conservo algunos de sus textos para reflexionar sobre ellos y para aprender de ellos.

En fin, Martínez Roja es sobre todo un personaje para el que parece que los días tienen más de 24 horas, pero es que posee un gran sentido de la disciplina y es capaz de llegar a todo y satisfacer a las obligaciones y compromisos que comportan su alta responsabilidad. Sin temor a equivocarme, es el eclesiástico más conocido, más mediático, más influyente y con mayor prestigio. Excelente conversador, dije una vez que da igual que se trate de la última encíclica del Papa, de la actualidad política y social, de música, sobre todo Bach, siempre Bach; el cine, sin perder de vista cuestiones más mundanas, el cuore, el artisteo, los celébritis, programas del corazón, la vida y milagros de todos los personajes de ese planeta, porque la cultura es eso, saber de todo, a él no le vamos a coger nunca en un renuncio.

Con una envidiable capacidad de trabajo, hombre de pensamiento, y no tenemos tantos, disfruta entre libros y cada verano se retira unas semanas para cargar las pilas a la Ciudad Eterna, incluso me llegan noticias de que prepara un año sabático en Roma, a la que conoce bien, es como su segunda casa, donde estudia y trabaja llenando las alforjas del alma y programando el siguiente curso como persona metódica, organizada y planificada que es. En su memoria vital está siempre presente su pueblo, Vilches, alguna vez ha contado, cuestión distinta es que el hombre propone y Dios dispone, que le gustaría recuperar el tiempo perdido de tantos años fuera y volver a su terruño, con su gente, allí donde nació en el seno de una familia honrada y cristiana, primera escuela de valores que se quedan para siempre, y sus padres, ambos fallecidos, son sus mejores referentes, Ángel y María, dos personas buenas, que descansan en la paz del Señor. Me admiro cuando homenajea a sus progenitores de una manera tan hermosa, aplicando una frase original de Bernardo de Chartres y a partir de ahí muy extendida: “Somos enanos a hombros de gigantes”, que es como decir que son ellos, nuestros padres, quienes nos sostienen y nos elevan desde su altura gigantesca y somos lo que ellos han hecho de nosotros. Es muy bonito y sentido.

Y ya lo creo que se añora a los pueblos. Como soy de pueblo, como Fran, y además, linderos, muy cerca el uno del otro, no he de hacer ningún esfuerzo para entender lo que eso significa. Como dice muy bien el poeta Oliver Wendell, “aquello que sale del corazón, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen”. El filósofo griego Platón ya lo expresó en su tiempo con una precisión absoluta que comparto plenamente a día de hoy: “En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso”.

No me quiero olvidar de que el señor deán es también amigo de sus amigos y frecuenta encuentros y tertulias como una en la que estamos juntos desde hace años un grupo que nos hacemos llamar «Amicitia Pulchra est» (la amistad es hermosa), en la que se hace permeable la transparencia, la sencillez y la generosidad que antes proclamé del conferenciante. En realidad con todo lo que he dicho hasta aquí he tratado de mostrar, sin ninguna concesión al exceso, más bien al contrario, la personalidad de este ilustre vilcheño-jienense que a sus 60 años muy bien llevados puede repetir con San Pablo: “He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe”. Desde aquí al desearle frutos abundantes en su ministerio y en su entrega a la sociedad a través de su presencia en los lugares que le puedan ser asignados y siempre con vocación de ser útil y uno más, “que el mismo que empezó la obra buena, Él mismo la lleve a término”. Finaliza una etapa de ocho años, pero la vida sigue. La Iglesia sigue. Y Fran ha sembrado tanto y de manera tan abundante, que nunca estará solo. Así que ahora a mejorarse de un puntual problema de salud y, como siempre, adelante en la vocación de servir y anunciar la buena nueva del Evangelio con la sabiduría y los talentos que le han sido otorgados. Esos, aunque quisieran, no se los pueden retirar, son suyos y él los regala siempre a manos llenas. Simplemente Fran.

3 Comments

  • Manuel del Gran Poder de Morales y Fernández de Xódar dice:

    Fran ha sido para mi un gran descubrimiento, es una prolongación de mi querido Dn Pablo Armero , QDGESG. El trato humano , cercano y elevado . Persona con gran sentido y altura de miras , un gran hombre , un intelectual, un historiador , y un profesional, que sabe mirar por encima de lo evidente . Con gran sentido estético , ha continuado la labor de Dn JOSÉ Melgares Raya , superandola y elevando a la Catedral a su antiguo esplendor , con los pocos medios que ha dispuesto . Mi mayor consideración por su trabajo infatigable , enhorabuena y sobretodo un gran agradecimiento por toda su labor .
    Veo muy alto el nivel a su sucesor , espero que siga su estela y siga La Catedral de Baeza siendo el modelo a seguir como es ahora .

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