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Por ANTONIO GARRIDO / En esta precampaña que discurre a velocidad de vértigo, porque se nota en el ambiente y en la actitud de los protagonistas, los candidatos, que las elecciones municipales del 28 de mayo tienen una gran importancia, es seguro que nos van a transmitir las diferentes opciones sus mensajes y propuestas para el futuro de la ciudad. En algunos casos ya se han adelantado, pero queda tiempo para que nos atiborren de iniciativas, luego la realidad se encargará de reducirlas a la mínima expresión, no solo por falta de voluntad política, sino porque la burocracia en las instituciones hace que los proyectos, cuando los hay, se hagan eternos.

Uno de los asuntos estrella que siempre aparece, como Guadiana, sobre todo en fechas electorales, es la necesidad de plantear cuanto antes para Jaén, para reforzar su carácter de capitalidad, de la tan referida estación intermodal. Es un antiguo debate, en realidad como tantos otros temas que duermen el sueño de los justos, incluidos los que las administraciones competentes tienen en cartera y en un estado de largo me lo fiais, supongo que no he de aportar una relación que lo justifique. Cuando sale a relucir este tema de la estación intermodal surge, como casi todo en Jaén, la discusión, dónde sería aceptable y sobre todo cómoda para los ciudadanos que precisen sus servicios, porque de esta idea es de la que hay que partir. ¿Vaciacostales, como señalan unos, para sacar del centro las dos estaciones, de tren y de autobuses, y aprovechar para que pueda ser rentable el tranvía, si alguna vez llega a funcionar, o quedarse con la estación soterrada, en su actual emplazamiento, añadiendo la de autobuses o dejándola a ésta donde se encuentra actualmente?

Tienen que hablar los profesionales, los técnicos, se trata de infraestructuras que nos tienen que durar mucho tiempo y hay que evitar desaciertos de los que tengamos que arrepentirnos en el futuro. Ejemplos hay de actuaciones mal planteadas en el pasado y que estamos padeciendo. Desde luego mi opinión es que a la hora de pedir a las administraciones responsables, en este caso el Ministerio correspondiente, no debemos ir de pobres acomplejados, muchas veces la excusa para no abordar planes de transformación de Jaén es que las obras serían costosas, como si en Jaén no tuviéramos el mismo derecho que otros lugares donde se invirtió sin tener en cuenta la mesura. Pues bien, ahora tenemos que acostumbrarnos a escuchar sobre este anhelo, que lo está pidiendo a voces la ciudad que crece y que demanda este tipo de grandes obras. Antes de continuar les digo que mi opinión personal es dejar la estación donde está, sé que puede ser más complejo desde el punto de vista económico, pero no se puede tener a la gente de un lado para otro sacándola del entramado urbano, es más, también apostaría porque la estación de autobuses, en lo posible, se mantuviera en su actual espacio.

En los últimos años la noticia más optimista, dentro lo que cabe, sobre el particular, ya les digo que salta a la palestra de higos a brevas, y en circunstancias estelares como la presente, se daba en los primeros días de enero de 2018, el entonces alcalde de Jaén, Javier Márquez, se reunía en Madrid con el que era ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al que decía haber arrancado el compromiso de la estación intermodal. Este viejo proyecto fue resucitado por el regidor local en una vista nueve meses antes, también a Madrid, donde se citó con el secretario de Estado de Infraestructuras y el presidente de Adif, a los que habló de esta aspiración de la capital.

El propio exalcalde y hoy senador, volvió contento y dijo entonces que la propuesta era “real”, criticando las “banales promesas que nos hicieron hace años”, con referencia al gobierno socialista. La gestión fue bien intencionada, a la luz del PGOU que de inmediato se fue al traste, en consecuencia otra oportunidad perdida. Lo cierto es que Márquez regresó pletórico, con la seguridad de que estaba conseguido, y esperaba entonces, que la Junta, todavía socialista, se quedara sin argumentos para negarle la ayuda que se precisaría. El caso es que todo hacía indicar que el gobierno de Rajoy nos iba a sorprender en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), si es que había finalmente, y no se prorrogaban los de entonces a causa de la coyuntura política. Las circunstancias impidieron cualquier avance, Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, al final quedó en un nuevo brindis al sol y a volver de nuevo, como siempre, a la casilla de salida, una inversión frustrada y que iba a ser cuantiosa. Con el actual Ayuntamiento, liderado por Julio Millán, que se sepa al menos, no ha habido avances, aunque creo que ahora figura en el programa electoral de los socialistas, por si acaso suena la flauta, y también es partidario de la actual ubicación, nada de Vaciacostales, al menos eso le he escuchado en alguna oportunidad, aunque sobre este asunto les confieso mi pesimismo por razones históricas. El que ha exhibido ya públicamente su modelo es el candidato de Jaén Merece Más, Manuel Vallejo, una apuesta por la actual estación de Renfe, con la intermodal y en la actual estación de autobuses una galería comercial. También trasciende que el cabeza de lista del PP, Agustín González, lleva su propia iniciativa al respecto que debemos conocer en breve.

Hasta ese momento de 2018, la última oportunidad se produjo a principios del mes de marzo del año 2011, en una visita a la capital jienense del entonces ministro de Fomento, José Blanco, que con esa proverbial locuacidad con la que están dotados algunos políticos, a sabiendas de que no dicen la verdad, anunciaba una inversión de 69 millones de euros para integrar el AVE en Jaén y, en presencia de Carmen Peñalver, rebosante de felicidad, se comprometió a que la firma de los convenios se haría “muy pronto”. Ahora, doce años después, varios candidatos piensan que los Reyes Magos van a seguir en la ciudad y resucitan un proyecto que, como todos los que salen a colación en nuestro ámbito local, tiene sus defensores y sus detractores.

Recordamos que sobre este proyecto del que no hay concreciones de ninguna clase, que se conozca presentaron alegaciones en su día los empresarios del transporte interurbano, opuestos al traslado de la actual estación de autobuses a la zona de Vaciacostales, donde debería ubicarse la estación intermodal, con las estaciones de tren y de autobús, además de la terminal del tranvía cuando funcione si es que alguna vez lo hace. Otro sector que se mostraba inquieto, ya digo hace años, porque la estación intermodal ha sido un argumento socorrido en distintas oportunidades, clarísimamente en clave electoral, era el del comercio, opuesto también al traslado de la estación de autobuses. Los empresarios defendían sus argumentos, aunque la instancia municipal debería tomar una decisión equilibrada pensando en los intereses generales de la capital, es decir, los que corresponden a una ciudad moderna, de futuro y que en ocasiones tiene que vencer muchas resistencias para avanzar.

En este sentido, de haber llegado el momento para la estación intermodal, lo ideal hubiera sido un amplio consenso político y social, pero lo que no es posible en el despegue de una ciudad como Jaén es contentar a todos. ¿Qué va a pasar ahora? Ni a la Administración central ni a la autonómica las veo con verdadera voluntad de que Jaén pegue un avance considerable en infraestructuras y equipamientos que le hacen mucha falta, o mejor dicho, a lo mejor quieren, pero no con sus recursos, porque este proyecto vale dinero, no es una minucia. Por tanto tendremos que ver hasta dónde están dispuestos a llegar y si por una vez hay motivos para darles la enhorabuena y las gracias.

Volviendo al pasado, el ínclito ministro Blanco, cuando lo fue, otro gran incumplidor, hizo soñar, a los pocos que aún quedan que se fían del valor de la palabra dada, y veían la Alta Velocidad integrarse casi en el centro de la ciudad. Lo peor es que la propuesta fantasma fue realizada en plena crisis, pese a la cual reiteraron que estaba en línea de salida una vez que se firmara, “en días”, el convenio entre el Ministerio de Fomento, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén. Insisto en que han pasado doce años, las noticias de prensa quedan bien, son muy agradecidas para los políticos, los de arriba y los de abajo, los de los gobiernos, los de los parlamentos, o los alcaldes y concejales, pero sí, en efecto, ya está bien que lleguen obras de esta envergadura para darle a Jaén un cambio a la modernidad.

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