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Mañana se inicia en Jaén, en el Campus de las Lagunillas, un importante Simposio de carácter internacional, organizado por la Universidad de Jaén, y con el que la institución académica jienense se pone al frente de una de las aspiraciones más sentidas por la ciudad. Esta actividad llega con retraso porque en principio iba a estar promovida por el Ayuntamiento, mientras que ahora el Consistorio figura como colaborador, pero es la UJA quien lo lidera por medio del Área de Historia del Arte, bajo la dirección del catedrático Pedro Galera Andreu. Fue con motivo de la pasada Feria de Turismo Tierra Adentro, cuando la Universidad de Jaén, que asistió a ella presentando una preciosa maqueta del monumento, asumió un papel de mayor protagonismo en la defensa del primer templo de la ciudad y uno de sus grandes emblemas.

Ahora, con el Simposio, van a ser dos días repletos de actividad, en los que, con la presencia de expertos nacionales e internacionales, se van a constituir cuatro mesas para tratar de la Catedral de Jaén en el contexto europeo del Renacimiento, los aspectos constructivos, la proyección de la Catedral de Jaén en América, y Fortuna crítica de la Catedral de Jaén. Los expertos más próximos que van a intervenir en nombre de Jaén son el propio profesor Galera, el arquitecto Pedro Salmerón, en su calidad de conservador de las seos de Granada y Jaén, y el ubetense y catedrático de Historia del Arte en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Arsenio Moreno Mendoza, que además es miembro del comité nacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS).

Se considera de gran importancia este Simposio porque es de esperar que ofrezca como balance las claves que determinen los pasos a seguir para que Jaén continúe aspirando a que la Catedral sea declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, después de los intentos fallidos hasta el momento.

Como alguien, con buen criterio, me hace llegar, y estoy totalmente de acuerdo con ello, parece que estamos ante el mundo al revés. Cuando la Universidad es la que debería tener ayuda de todo el mundo, empezando por las administraciones, para hacerla más fuerte y vigorosa en todos los sentidos, ahora aparece la UJA como la que sale al rescate de asignaturas pendientes de la ciudad, que las administraciones no han sabido o no han podido liderar.

De alguna manera nos parece que para el primer templo jienense puede ser una garantía que la Universidad de Jaén se ponga a la cabeza de una reivindicación, si bien hemos dicho en más de una oportunidad que los logros hay que saber ganárselos, que no pueden ser gratuitos, y en concreto en el caso de Úbeda y Baeza no lo fueron, y esta es su gran fortaleza, de la que Jaén debería copiar, porque aquí el entusiasmo llega a veces pero suele ser efímero.

Aparte de inyectar optimismo en la ciudad, que ahora no la vemos despierta en este sentido, es muy agradable que la Universidad se convierta en un buque insignia y haya sacado pecho al impulsar recientemente la figura de Andrés de Vandelvira y del Renacimiento jienense, para contribuir a la declaración de la seo como Patrimonio Mundial.

En su día el rector de nuestra Universidad, Juan Gómez, y el alcalde, Javier Márquez, firmaron un convenio de cara a la realización del congreso internacional sobre el Renacimiento y la obra de Andrés de Vandelvira, que implicaba a la institución universitaria jienense en una cuestión relevante para la historia y el patrimonio jienense. El rector aprovechó la firma del convenio para anunciar la creación de la Cátedra Andrés de Vandelvira, ya presentada, para “potenciar, relanzar y desarrollar nuevas iniciativas relacionadas con algo tan importante, que puede ser un elemento de referencia y de visibilidad para nuestra provincia”.

Y gracias a que se involucró en esta aventura al profesor Pedro Galera, catedrático de Historia del Arte de la UJA y a quien se encomendó la dirección, que era el mejor aval para asegurar la celebración del Simposio, habida cuenta de que pensábamos que ya se había olvidado el clamor de Jaén con respecto a su Catedral, la prueba está en que casi nada, excepto la iniciativa de este Congreso, se ha hecho tras el rechazo a la candidatura jienense por parte de la UNESCO.

Lo lógico sería que estuviera funcionando una comisión de trabajo de manera permanente, se hicieran propuestas, se llevara a efecto una continuada movilización de colectivos e ideas, todo lo que pudiera surgir con tal de seguir alimentando una ilusión, sobre todo porque muchos pensamos que hay razones de sobra para que el primer templo jienense sea Patrimonio de la Humanidad, y hay numerosos expertos, de gran categoría, como el propio profesor Galera, que confía en que estamos ante una “pieza espléndida”.

Cualquier comisario que venga a visitarnos, como en su día lo hizo el no muy bien recordado señor Pierre Coullaut, el evaluador de nuestro desengaño, tendrá que advertir la ilusión colectiva como absolutamente imprescindible para que se haga realidad el objetivo, aparte, claro está, de cuidar el entorno de una vez por todas, que por unas razones o por otras sigue siendo deplorable. Dicho de otro modo, esto hay que ganárselo, no es algo del todo gratuito. Pero en Jaén, al menos en este momento, porque antes sí lo hubo aunque a su estilo, forma y manera, lo que se dice clamor no existe, aquí se desvanecen los sueños con bastante facilidad, por tanto no vayamos en el futuro a pedir responsabilidades a los demás en lugar de analizar primero las nuestras propias.

En resumen, que lamento que estemos faltos de una infraestructura aunque sea mínima que esté soliviantando a la ciudadanía con iniciativas ilusionantes, con un programa de actividades, con artículos, con conferencias, con actividades populares, con la implicación de los colectivos más dinámicos de la ciudad, que los hay, en definitiva con el compromiso de no bajar la guardia ni un solo instante hasta que se pida por segunda vez el pronunciamiento de la UNESCO. Si no somos capaces de ilusionarnos colectivamente y perseguir este anhelo, lo mejor es que desistamos, porque de esta manera nunca lo conseguiremos.

Y por último, claro está, felicitar a la Universidad de Jaén que, en ausencia de otros actores como Ayuntamiento, Junta, Administración central y colectivos culturales y sociales, etc., etc., se pone al frente y asume el liderazgo, lo cual creo que es una buena noticia porque no hay mejor manera de vencer la desidia que con la acción y el compromiso, con personas solventes que pueden colaborar en esta tarea y sacarnos a todos los demás las castañas del fuego. Por todo ello esperamos que el Simposio Internacional que mañana se inicia sea provechoso y que aporte conclusiones que hagan factible emprender de nuevo la ilusionante aventura, parece que esta vez en solitario, sin Úbeda y Baeza, opción que no llegó a cuajar, entre otras cosas, porque las dos ciudades exponían mucho al unirse al proyecto de Jaén y podría ir en perjuicio del logro conseguido. Jaén tiene que afrontar el proyecto en solitario exhibiendo todas sus fortalezas, las de un monumento que estamos convencidos de que, si se buscan, reúne méritos más que suficientes para estar en el selecto club de la UNESCO. Volvamos a unirnos y a intentarlo. Nuestra ciudad necesita este tipo de ilusiones colectivas para su orgullo y autoestima.

 

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