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Vamos de mal en peor, esta capital de provincia no encuentra aliados para avanzar. El Ayuntamiento de Jaén está en una situación económica límite y se le siguen negando las ayudas. La última esperanza para invertir este año en la ciudad eran los 15 millones que se esperaban recoger de los fondos europeos de las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible (DUSI), que se pretendían aprovechar muy bien para hacer con esa cantidad milagros en diferentes proyectos que en algunos casos casi han empezado a ejecutarse, tales eran las expectativas. El Ministerio de Hacienda, sí, precisamente el Ministerio de Hacienda, ha publicado hoy en el BOE la resolución por la que desestima la petición de Jaén, con el argumento de que no se ha alcanzado la puntuación exigida. Es de suponer que las autoridades municipales y el secretario de Estado de Hacienda y presidente de honor del PP, como seguramente el alcalde, ya lo sabrían de antemano. Hubiera sido un buen argumento para el debate en el cónclave de los populares del pasado domingo. Está bien dedicarse a la política, incluso a la politiquería, pero pensábamos que el interés de la ciudad era lo primero.

Me imagino la decepción del alcalde, Javier Márquez, que había soñado, junto a su concejal de Hacienda, en que se trataba de un bote salvavidas en una situación de extrema dificultad, una posibilidad de salvar la gestión de un ejercicio o de dos. Otro jarro de agua fría sobre las pretensiones municipales. Uno a uno se caen los proyectos y el Ayuntamiento no encuentra apoyos, empezando por el gobierno que “apuesta” tanto por la ciudad y que todo lo que le ha dado hasta ahora, hablemos claro, es un poco de oxígeno para que la inmensa deuda la paguemos los jienenses en un plazo más amplio, de manera que nuestros hijos y nietos se hagan cargo de esta indignante herencia.

No sé si sorprenderme o no a estas alturas del comunicado de reacción que ha hecho público hoy el Ayuntamiento. Reconoce la adversidad, pero da a entender que cuando se proyecta una opción A ya debe estar prevista la B, por si acaso, parece que ya han digerido el fracaso y nos quedamos a cuadros. Sinceramente, si yo fuera el alcalde, aunque ignoro si lo ha hecho y se lo calla por disciplina, que no sé lo que es peor, el malestar hubiera llegado a todos los despachos del Ministerio, de Montoro para abajo y para arriba si hiciera falta. Creo que en la situación en la que se encuentra la ciudad no se puede defender lo indefendible. El programa DUSI tendrá sus normas y en algo se ha debido fallar, pero a un Consistorio que solo tiene la posibilidad de vivir de la caridad institucional y de unos apoyos puntuales, no se le debieran negar y por el contrario lo justo es ayudarle a obtener esos beneficios que son la única tabla de salvación en esta coyuntura.

En su momento, y aunque tardíamente, elogiamos que el equipo de gobierno se pusieran las pilas con el DUSI. Ya el asunto empezó mal porque se dejó pasar la primera oportunidad, en lo que parecía una flagrante dejación al no concurrir a estas ayudas, y el argumento fue que era mejor esperar a una segunda fase porque se haría un trabajo bien planteado, con rigor y objetivos muy claros, todo ello para tratar de alcanzar los objetivos. Pensábamos entonces que mejor tarde que nunca, pero de haber existido dos opciones también habría dos posibilidades de entrar en el reparto. Por tanto hay que concluir con la idea de que el Ayuntamiento de Jaén lo que hizo fue dormirse en los laureles.

Una pena, lo siento enormemente por Jaén, que ya que se subía al último tren, y precisamente no era un AVE, reciba una nueva decepción como respuesta. Todavía recordamos la presentación que se hizo por el alcalde y los concejales Rosa Cárdenas y Manuel Francisco Heras, todo ilusionados, que salieron al ruedo con el ánimo de tranquilizar a la ciudadanía y explicar con todo lujo de detalles la hoja de ruta municipal para acogerse a la financiación del Programa Operativo. Feder de crecimiento sostenible. Ahí se incluía la licitación pública del funcionamiento del tranvía, la peatonalización del centro urbano, actuación en los barrios más vulnerables…No era una panacea para la ciudad, pero daba opción a gastar un presupuesto de 18,7 millones, que para un Ayuntamiento pobre de solemnidad era meter a la lotería y esperar que te toque el premio gordo.

Lo siento por el alcalde, por la oportunidad perdida, por las ayudas que las administraciones le niegan sistemáticamente a la ciudad de Jaén, empezando por el Gobierno central y siguiendo por la indiferente Junta de Andalucía, y si me apuran por la propia Diputación que se jacta de que le sobra el dinero mientras hay ayuntamientos, como el nuestro, en la más absoluta indigencia. No, no y no, y no puedo entender que la postura de los responsables municipales sea el silencio y remitirse a que se obre otro milagro. No puedo entender que se asuma la decepción en cuatro líneas sin dar al menos un puñetazo en la mesa. Y sobre todo lo lamento por la ciudad que ve que pasan de largo todas las expectativas y está sola frente a tantos políticos de todos los ámbitos que venden humo y en vez de ayudar a resolver sus problemas están colaborando a aumentarlos. Hagámosle ya a todos un homenaje o que se lo hagan ellos mismos como acostumbran…

 

Foto: El alcalde, Javier Márquez, con los concejales Rosa Cárdenas y Manuel Francisco Higueras, cuando con toda ilusión presentaron los proyectos para acogerse a una ayuda de 15 millones del programa DUSI.

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