Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / Lo primero de todo, por muy lejos que nos quede geográficamente el horror, lamentar desde el sentimiento la inmensa tragedia que los terremotos, lo que se ha venido en llamar la maldición de la tierra, ha causado sobre los territorios de Turquía y Siria, con el balance de millares de muertos. En estos casos faltan las palabras para expresar el dolor y la solidaridad, y la única reacción que cabe, y por fortuna con resultados altamente satisfactorios, son los gestos de apoyo y ayuda de la comunidad internacional, incluida España y Andalucía. Hay territorios castigados desgracia sobre desgracia, guerra sobre guerra. Desde este punto de vista somos unos privilegiados, nuestros problemas, con ser importantes, son pura anécdota con el panorama tan dramático que padecen algunos pueblos del mundo. No podemos hacer nada por ellos, salvo enviarles medios de socorro, tenerlos presentes y entender su padecimiento.

En nuestro país llevamos meses incomprensiblemente debatiendo sobre esa ley del “solo el sí es sí”, salida de una ministra que se ha negado a dar su brazo a torcer por capricho, creo que también por soberbia política, y al no reconocer la evidencia, y de un gobierno de coalición que le dio en su día el visto bueno. Ahora el presidente, Pedro Sánchez, a la vista de que es reprobable ver salir de las cárceles a violadores con la rebaja de sus condenas, ante la indignación general, se lamenta de que esta ley ha tenido efectos indeseados y que se queda corto. La señora Irene Montero pretende encima salir indemne y culpa a la derecha reaccionaria y mediática, en la que incluye a los jueces, todos culpables menos ella y su altanería, en vez de haber reconocido el error y asumirlo, que no pasa nada por exhibir algo de humildad. Esta ministra hace todos los días méritos para estar achicharrada y sospecho que Sánchez ha sentido la tentación de cesarla, pero le ha temblado el pulso. Este asunto daría para mucho más, pero es bastante chocante el clamoroso silencio de colectivos feministas. No se puede servir a dos señores, a dos causas. Hay que estar o con la política o con las mujeres. Y con la razón y el sentido común. Esa ley es posible que tenga cosas buenas, no lo dudo, pero ha violentado a la justicia y a la sociedad.  Los pactos vuelan por los aires, la coalición de gobierno hace aguas con sus continuadas desavenencias. ¿Romper la coalición? Eso nunca, es lo que tiene el poder, incluido el poderoso caballero don dinero. El caso es que da vergüenza asistir al espectáculo, lo digo alto y claro, pero no desde el sesgo ideológico, solo desde el asombro y también el hartazgo como cualquier simple ciudadano de a pie.

Pero de lo que deberíamos estar hablando y quejándonos constantemente es de la economía. Ahora que estamos casi en campaña electoral viene bien aquella frase que se hizo célebre en Estados Unidos: “La economía, estúpido”, porque es fácil observar que las preocupaciones políticas, no hay más que abrir los ojos a la actualidad, se dirigen hacia otros derroteros, cuando al común de la gente lo que le afecta y la preocupa es, frente a los mensajes de optimismo del poder de que se está frenando la inflación, los gobiernos siempre con el cuento de la lechera, nos encontramos con una espectacular subida de la cesta de la compra, de las hipotecas, de los alquileres. El incremento del salario mínimo es un gesto, pero menor, en esta panorámica tan pesimista. Los pobres, cada vez más pobres.  Por cierto, cuidado con el aceite de oliva, siempre defenderemos precios dignos para nuestro producto estrella, pero ver en las estanterías de las grandes superficies, como comprobé ayer, que está a más de siete euros el litro, no sé si es el camino. Doctores tiene el sector, no vayamos a estar jugando con la gallina de los huevos de oro.

De lo global a lo local sin solución de continuidad. Sorpresa mayúscula. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, el mismo que hace unos días vino a decirnos que Jaén necesita cariño, no se conforma con haber reivindicado la pasada semana trenes AVE para conectar Sevilla con Málaga, ahora agrega que ese servicio tendría una conexión desde Antequera hasta Almería pasando por Granada. Contestaba así en Canal Sur a las críticas recibidas por su primera declaración, y ha tenido parabienes para esos otros territorios. Jaén, ausente. Hay amores que matan.

El de hoy ha sido un día importante, que puede quedar para la historia, para el Ayuntamiento y la ciudad, porque el pleno municipal ha aprobado la cesión de los primeros terrenos para el ya famoso y esperanzador Cetedex. Reconozco que por razones obvias de nuestro pasado más reciente, no hay que dar mayores explicaciones, me puse al principio del lado del pesimismo y de los descreídos, ya sabemos que Sánchez no es mucho de fiar, pero tal como veo la evolución de este proyecto, en tan solo dos meses, no tengo más que rendirme a la evidencia, y además lo hago muy complacido, porque lo que es bueno para Jaén debe serlo para todos los jienenses. No estoy en el bando de “cuanto peor, mejor” porque quiero que esta ciudad progrese de una vez por todas y el Cetedex es una enorme oportunidad. Pues bien, todos los grupos políticos representados en el Consistorio han votado a favor a excepción de Vox, actitud que no entiendo salvo que pretenda distinguirse o crea que es la mejor estrategia, aunque hay que tomar nota. El PP ha dado su apoyo dejando claro, lo cual me parece lógico en su actual papel de oposición, que estará vigilante para que se mantenga la anunciada hoja de ruta. Hay hechos que no justificarían la vuelta atrás, uno es que el viernes se firma el convenio de cesión de terrenos con el Ministerio de Defensa, para materializar lo que será el Campus del Centro Tecnológico, pero es que ese mismo día se va a crear, y estas ya son palabras mayores, en nuestra Universidad de Jaén, la Cátedra Cetedex con la entidad Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (Isdefe), al tiempo que se constituyen paralelamente en Madrid y en Jaén sendas oficinas encargadas de impulsar este importante proyecto. Tiene pinta de llevar una velocidad adecuada, todo está fluyendo en tiempo récord, ignoro si hay de por medio razones electorales, pero mientras represente futuro para esta ciudad no le voy a poner pegas de ninguna clase. Ahora toca llevar a cabo esta ambiciosa acción y que las expectativas creadas sean reales y las veamos cumplirse en el menor tiempo posible.

Ya tenemos danzando a los candidatos para los comicios locales del 28 de mayo. Julio Millán se deja ver en la cartelería, con su slogan de “Somos Jaén Jaén”, del que han hecho santo y seña orgánica e institucionalmente, en tanto que el candidato popular, Agustín González, (Ahora Jaén, ahora Agustín), se prepara para su presentación social a lo grande, el viernes, a las seis de la tarde, con la presencia del propio Moreno Bonilla, y el cabeza de lista de Jaén Merece Más, Manuel Vallejo, busca su sitio en la que promete ser animada batalla. Las demás formaciones están, pero me da que son estas tres las que van a partir el bacalao. A propósito, hace unos días se ha publicado una encuesta del Centro de Estudios Andaluces (Centra), que da la victoria en la capital al PP, como lista más votada, pero seguida de cerca por el PSOE. No sé si ha habido o no cocina, en principio casa con la sociología de la ciudad, pero de la única encuesta que me fío es la que Manuel Fraga llamaba la de tamaño natural, el día de las urnas. Esa encuesta citada minusvalora a Jaén Merece Más, que en las pasadas autonómicas obtuvo un resultado que, en el caso de repetirse, incluso disminuyendo, le haría ser la llave del próximo Ayuntamiento. Pero bien sabemos que las municipales tienen un componente personal, del poder de seducción de los candidatos, y el duelo se dirime entre Millán y González. El primero que noto que llega a la recta final sin haberse quemado en demasía, derrochando un moderado optimismo y disfrutando de su golpe de suerte en el último tramo de la gestión; en tanto que el candidato popular derrocha ilusión y optimismo, parece tener el don de la ubicuidad y se le ve como un niño con zapatos nuevos o como buen deportista, como si estuviera en juego para él la final de la Champions. El resto va a ser una fragmentación en la que es posible que muchos sean los llamados y pocos los elegidos. El pueblo soberano tiene la palabra.

Por cierto González Romo quiere crear en Jaén el Barrio de Las Letras. He recorrido estos pasados días el que hay en Madrid y es una gozada rememorar a grandes autores. Nosotros en Jaén tenemos que trabajar la ambición y la imaginación, guardamos grandes tesoros para poner en el escaparate. Visitando otras ciudades se ve dónde flaqueamos. Por ejemplo me maravilla la peatonalización de Alcalá de Henares, el pueblo de Cervantes, o cómo se obra el milagro de que atravieses todo un casco histórico, muy amplio, sin que percibas la existencia de un solo vehículo. Aquí, en cambio, salvo La Carrera y alguna calle más, es anecdótica. Por no referir que la principal arteria de la ciudad, el Paseo de la Estación, convertida en un aparcamiento público, es un monumento al despropósito, la que iba a ser Avenida de los Museos. Me han preguntado fuera en repetidas ocasiones en los últimos días, y siempre con cierta sorna, si funciona ya el tranvía. ¿El tranvía? He sentido mucha vergüenza, lo confieso.

Por último celebrar que las aguas hayan vuelto a su cauce en torno a la candidatura de los Paisajes del Olivar a Patrimonio de la Humanidad. Muchos pusimos el grito en el cielo sobre un debate innecesario y tardío, porque en proyectos de esta envergadura hay que anteponer los beneficios a los perjuicios, aunque desaparece el argumento inquietante, las fincas no se inscribirán en el Catálogo General de Bienes Protegidos. ¿No ven lo que ha ocurrido con Úbeda y Baeza? Será un lujo para Jaén, un gran beneficio, ya lo veremos. Tendrá más sentido que nunca esa poética sentencia: “Para nacer y nacer bien, ¿hay una cuna más grande que un olivo de Jaén?”.

Foto: Pleno extraordinario del Ayuntamiento, esta mañana, que ha aprobado la cesión de los primeros terrenos al Ministerio de Defensa, para el Proyecto del Cetedex.

Dejar un comentario