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Según reconoció ayer en el espacio de la Cadena SER ‘La Ventana’, el alcalde de Jaén, Javier Márquez, se disponía a dormir tranquilo después de unos días que se supone han sido complicados por la preocupación de sacar adelante las nóminas del personal, tanto empleados como políticos. En esta tesitura llevan los alcaldes unos pocos años, antes fue José Enrique Fernández de Moya, y evidentemente dejó su herencia.

Escuché las declaraciones del regidor jienense a Carles Franzino, y Márquez, que ademàs no tiene dobleces, es transparente y suele decir exactamente lo que piensa, dio muestras de haberse quedado muy tranquilo después de provocar la reunión con los distintos grupos municipales, previamente a pleno, y establecer una hoja de ruta de consenso en torno a la grave crisis económica.

Si por algo llamó la atención del programa de la tarde en la SER es porque no es normal que los grupos políticos se pongan de acuerdo, a lo que hay que añadir el caso singularísimo de esta capital que encabeza el ranking de ciudades con su Ayuntamiento más endeudado.

Pues bien, las nóminas de este verano parece que están a salvo, como reconoció el primer edil. Lo que hay que ver ahora es qué pasará con las siguientes, y si el consenso que se persigue en materia económica es capaz de poner orden y aunque sea dentro del negro panorama financiero, encontrar una salida que dé garantías a los trabajadores y al tiempo, que es muy importante, suponga cierto alivio en la gestión del día a día, seriamente deteriorada en este momento.

 

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