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Vengo defendiendo desde hace mucho tiempo y los datos avalan mi convencimiento, que en la provincia, al menos, hay tres instituciones que en este momento resultan fundamentales para su desarrollo y la ausencia de cualquiera de ellas mermaría la actual fortaleza de nuestro territorio. Me refiero a la Universidad de Jaén, a la Diputación Provincial, y a la Caja Rural. Cierto que hay muchas más que laboran en beneficio de los intereses de nuestra tierra en una relación amplia, pero en estas tres pongo el acento porque se trata de imprescindibles, porque, cada una en su ámbito de competencias y responsabilidades, ayudan a hacer más grande a Jaén.

Viene esta referencia a cuento de que se cumple un año del actual mandato de la Corporación Provincial y su presidente, Francisco Reyes, ha presentado un balance de gestión en el que ha puesto especial énfasis, como no podía ser de otra manera en una situación especialmente complicada, en las políticas sociales, el empleo y el apoyo a los ayuntamientos, como eje del trabajo desarrollado. La Diputación ha tenido también que reinventarse a causa de la pandemia, que ha agravado la situación económica y social de la provincia y ha sido ella la primera administración en acudir en socorro de las necesidades que se han creado en los pueblos, entre otras razones, por su cercanía, y porque es donde los alcaldes acuden en busca de comprensión y apoyo. Las demás administraciones en algunos casos llegarán, pero la Diputación es la única que no puede fallar, y que se encuentra en estado de alerta permanente para remediar las pequeñas y las grandes demandas de los ayuntamientos, como por otra parte es su obligación. En la actual y difícil coyuntura ha vuelto a demostrar con un gran sentido de la anticipación, su papel como ayuntamiento de ayuntamientos, los pueblos la han sentido en la actitud más receptiva, ha sido el paño de lágrimas para superar este bache de la crisis sanitaria cuyos efectos aún no se sabe bien cuándo y cómo terminarán.

Reyes, consciente de la gravedad de la situación, por si no era bastante el diagnóstico habitual de la provincia, solicitó del Consejo Económico y Social (CES), que preside Manuel Parras Rosa, un dictamen sobre la manera con que se debe encarar la salida de este bache, bajo la premisa de no renunciar a los objetivos políticos y compromiso con la provincia. Ese informe ya existe y acaba de ser presentado, y pone el énfasis en algo que no nos puede sonar a novedoso porque lo llevamos escuchando décadas y además ha sido un argumento muy socorrido con el que nos han regalado el oído todas las administraciones y todos los gobiernos. Que Jaén necesita una discriminación positiva porque ha sido la gran olvidada, y que esto quiere decir que todas las administraciones, que se resumen en dos, la central y la autonómica, tienen que implicarse en el desarrollo de Jaén y en apoyo a sus municipios, porque la Diputación, por sí sola, y a pesar del esfuerzo considerable que realiza, no puede abarcar un escenario tan complejo.

La Diputación de Jaén, además de atender lo que es su marco competencial, que está definido, se ha convertido desde hace bastantes años, en la gran lanzadera en favor de los intereses generales de la provincia, y nada le es ajeno que tenga que ver con las expectativas de Jaén en cualquier ámbito. Está en la promoción del turismo y la defensa del patrimonio de una manera muy decidida y dedicando medios y recursos a este empeño; se ha ocupado de dar mayor proyección al aove de Jaén y a toda la economía y la cultura que se mueve en torno a esta riqueza provincial del olivo; se ha comprometido con loables iniciativas culturales, algunas de las cuales son referentes para Jaén; ha contribuido a aumentar la autoestima a través de iniciativas como “Jaén, Paraíso Interior”, el Día de la Provincia y la Feria de los Pueblos, o la promoción de productos gastronómicos de la tierra; ha entablado sinergias con otras instituciones, como la propia Universidad y otras más, para trabajar conjuntamente en proyectos beneficiosos para el territorio, y ha creado instrumentos de participación de los ayuntamientos pero también de colectivos y agentes sociales, en torno al Consejo Provincial de Turismo, Consejo Provincial del Aceite, Consejo de Alcaldes y Alcaldesas…Dispone de dos herramientas de singular importancia como observatorio permanente de la realidad provincial, por un lado el ya citado Consejo Económico y Social (CES), y de otro, la Fundación Estrategias para el Desarrollo de la Provincia, que actualmente promueve el II Plan Estratégico de la Provincia de Jaén y que liderado por una profesional de brillante ejecutoria como es Inmaculada Herrador Lindes, es un documento valioso y adaptado al marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, marcados por la ONU. Con todo, las acciones, cualquier estrategia, tienen un horizonte común, tratar de revertir la angustiosa situación de paro que es, con diferencia, el principal problema al que se enfrenta la provincia, aparte del panorama social que lo complementa y agrava, como por ejemplo la atención a la dependencia, que no es una cuestión menor para muchos municipios.

Basta echar un vistazo de un día cualquiera a la agenda del presidente de la Diputación, Francisco Reyes, para darse cuenta de los muchos frentes a los que pretende acudir, y eso que cuenta con un equipo de diputados colaboradores que completan la atención habitual del organismo público. Por esta razón Reyes es el político con más poder en la provincia, que es la consecuencia directa de haber obtenido el mayor respaldo en las elecciones municipales de mayo, donde su partido, el PSOE, obtuvo más de 159.000 votos y 63.000 de diferencia con respecto a la segunda fuerza, el PP.  Pero aparte de esto siempre veo una dualidad en Francisco Reyes, como dos personas distintas aun siendo una sola, su puesto a nivel orgánico elegido por sus compañer@s como secretario provincial del PSOE, y la de su labor de presidente de la Diputación Provincial. La primera es un intangible, actúa sobre una estructura determinada y hay responsabilidades compartidas. Un partido es un aparato necesario para tener engrasada la maquinaria de la opción política de que se trate y debe funcionar como un reloj.

El PSOE jienense lo es, sin ninguna duda, cosa distinta es que, por lo menos a mi modo de ver, el partido, que ha recibido el mayor caudal de votos de los jienenses de toda la provincia en la historia de la democracia, no le ha pagado a la sociedad jienense con la misma moneda y en la misma proporción, y de la forma en que podía hacerlo era desde un plano de mayor presión y exigencia a las administraciones, tanto a las regidas por socialistas como a las de otros partidos, pero en especial a las primeras, porque al menos públicamente lo ha hecho más y mejor a las no gobernadas por socialistas, el mensaje ha sido más nítido. Se pone mucho como ejemplo el caso de la Junta de Andalucía, y el PSOE, empezando por el propio Reyes, han hecho una ardorosa defensa de ella, sobre todo en la reciente época de Susana Díaz, y ni con ella ni con los anteriores presidentes, Griñán y Chaves, le fue bien a los intereses de la provincia, que por esta razón empezamos a recelar de la autonomía, porque con ella nos ha ido prácticamente igual que con el centralismo madrileño. Esto se puede explicar más y mejor, pero es la pura realidad. 

Cuestión diferente es el escenario de la gestión, aunque no se puede ir a la una sin la otra, Reyes como quienes le antecedieron, están ahí por ser miembros del PSOE y no por pertenecer al tercio familiar. La Diputación Provincial no ha conocido más que presidentes y gobiernos del PSOE, y es un ejemplo a seguir, empezando por la responsabilidad en materia económica, todos los equipos han administrado los recursos sabiendo que hay que dar rentabilidad al dinero que es de todos y que éste no es ilimitado (Reyes dice que no tienen una máquina de hacer dinero como algunos puedan pensar), por tanto no han caído en el derroche y la huida hacia adelante con la actitud que sobre todo se ha visto en el Ayuntamiento de Jaén, de gastar hoy sin control para que mañana los que lleguen se encuentren la ciudad hipotecada casi de por vida.

En la Diputación se ha gestionado bien, por esta razón incluso han aumentado su patrimonio, con los edificios de la Cámara de Comercio o el antiguo Banesto, pronto un magnífico centro de turismo, y recientemente se quedaron también con Geolit, que ignoro si es una ganga o un proyecto envenenado, el tiempo dirá. Supongo que también ha de haber aspectos mejorables, pero existe una cartera de actuaciones que muchos jienenses desconocen pero que está muy pegada a la realidad de Jaén, con sus pros y sus contras, y concretamente en el caso de los últimos presidentes, hoy con Francisco Reyes, asumiendo el liderazgo de comandar la creación de instrumentos para hacer más visible a Jaén y la provincia. No han seguido la táctica del avestruz de esconderse ante la evidencia de los problemas, sobre todo el peso de Jaén en las estadísticas.

¿Han resuelto todos los instrumentos creados los problemas, algunos endémicos, de la provincia? ¿Ha servido el liderazgo de Reyes para darle poder real de interlocución ante situaciones que están sobre la mesa del Gobierno de España? Hemos aludido en estos días a los 220 millones con los que tiene que retratarse el ejecutivo de Pedro Sánchez para la ITI de Jaén, pero hay más asuntos pendientes, como el compromiso de recuperar el Plan Activa, o el fracaso estrepitoso con el ferrocarril, que es inconcebible que todo un PSOE no haya sido capaz de lograr un mínimo avance en las comunicaciones ferroviarias, que entre otras cosas lastran su apuesta por la promoción del turismo…y podíamos seguir. Ahora el presidente de la Diputación y secretario provincial del PSOE de Jaén parece más obsesionado con reivindicar a Sevilla, ante la Junta. Debe hacerlo, porque Juanma Moreno prometió lo que ya ha empezado a incumplir, pero también en política se debe predicar con el ejemplo.

En fin, de la Diputación, que como todas las cosas de esta vida tiene sus fortalezas y sus debilidades, se puede hacer crítica, por supuesto, hace poco lamentaba que los grupos de la oposición PP y Ciudadanos, puedan parecer convidados de piedra cuando les asiste toda la legitimidad y de hecho estas formaciones se vienen quejando de este trato. Una mayoría como la que tiene el PSOE en la Corporación Provincial se puede y se debe permitir una política de más armonía y participación. De cualquier forma y como resumen, por su presupuesto, su nivel de competencias, los retos que ha asumido y su actuación permanente, la Diputación es esa lanzadera a la que me referí, si bien, por mucho que hace, sola no puede cargar con un pesado lastre como el de esta provincia, que o la sacan adelante entre todos o mal futuro nos espera, ya estamos padeciendo la ruina con el aceite de oliva, que es un aviso muy serio.

Foto: Francisco Reyes, en la presentación hoy del balance de este último año en el organismo provincial.   

 

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