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Ya es de obligado cumplimiento el uso de las mascarillas en nuestra comunidad. Los rebrotes que se están produciendo en distintas provincias andaluzas han hecho reaccionar a la Junta y a los expertos para tratar de prevenir males mayores, como los que hemos vivido en los últimos meses. El propio presidente, Juanma Moreno, lo ha advertido con toda claridad, ahora no se trata de mirar a ver qué hace el gobierno de España, ahora hay que decidir y hacerlo con mesura. En Jaén no nos va a venir grande la exigencia, ya hemos dicho que somos junto con Cáceres la provincia donde más se ha generalizado el uso de la mascarilla. Es verdad que resulta molesta, sobre todo en estos días tan sofocantes de la canícula jienense, pero mucho peor es soportar las inclemencias de la UCI como han tenido que padecer muchos paisanos nuestros, de modo que es un mal menor. En Jaén hasta el día de hoy hemos permanecido en situación sanitaria bastante benigna, ahora no es que el panorama haya cambiado y se imponga ninguna alarma especial, pero hemos entrado en el mapa de los brotes, con uno muy localizado en la población de Porcuna y que ha sido importado por un vecino que viajó a Málaga, como antes había ocurrido con otro que vino de Lérida. Hay que tener cuidado con los desplazamientos.   

De hecho en el conjunto de la provincia el temor está sobre todo en la llegada de jienenses que residen en otros lugares y que pudieran ser portadores del contagio. Hay que salvar el verano por todos los medios y el tiempo de espera que nos queda, porque lamentablemente esta odisea no ha terminado, lo hará cuando haya medicación efectiva o vacuna. Hay que mantener la paciencia.

En el ámbito político la primera referencia tiene que ser nacional, el resultado de las elecciones en Galicia y en el País Vasco. En términos generales un marco previsible, la mayoría absoluta del PP con un candidato solvente como lo era el presidente Núñez Feijóo, la subida del nacionalismo gallego y un PSOE que se queda en la tercera fuerza política, en tanto que los votos apean a las mareas del universo Podemos. En el País Vasco habrá entendimiento PNV y PSOE, y el dato estremecedor, visto desde la distancia, no es que Vox haya entrado en el Parlamento con un diputado, sino que EH Bildu mejore sus resultados y tenga la legitimidad de segunda fuerza política. A este escenario, por mucho que nos cueste aceptarlo, hay que acostumbrarse, así es la sociología de esa comunidad. ¿Hay que tomar nota de estos resultados en un plano nacional? En algunos casos seguramente sí, pero son dos autonomías con una identidad propia y la conducta electoral es difícilmente extrapolable, salvo lo que supone de aviso a navegantes.

En la política provincial lo más llamativo de la semana ha sido la reunión de la ejecutiva provincial de los socialistas en la que su secretario general, Francisco Reyes, ha elogiado el compromiso del Gobierno de España de Sánchez a la hora de afrontar la crisis para tratar de no dejar a ningún sector en la cuneta, sin ayuda, esto y la dureza en la crítica hacia la Junta, de la que dice que ha dejado tirados a los ayuntamientos y a las diputaciones, a esta actitud la ha llamado indolencia. Es verdad que el ejecutivo ha tomado medidas, si bien no es menos cierto que en determinados casos de dudosa eficacia, hay muchos autónomos y afectados por ERTEs, etc., que pueden contar sus experiencias, que frenan cualquier euforia. De todos modos en el caso de Jaén corresponde poner énfasis en la deuda de la Administración central con el territorio y a la que no alude el PSOE, empezando por la ITI, de la que se resisten a hablar y son 220 millones de euros que son nuestros y que Pedro Sánchez no hace por soltar. Esto también se puede considerar indolencia. Y ojo, que la Junta no se puede ir de rositas, es verdad que no hay una varita mágica para fabricar dinero y que la crisis sanitaria ha desbaratado todos los planes, pero durante el pasado año se hicieron a Jaén muchas promesas y ahora hay que cumplirlas, así que hay que pedir en todas las direcciones, porque las dos administraciones tienen contraída una importante deuda con Jaén y los jienenses. No podemos ni queremos seguir siendo la cenicienta.

Estos días hemos valorado el esfuerzo de la Diputación, que acaba de cumplir su primer año de este mandato, y era el propio Reyes el que hablaba de no bajar la guardia. La Corporación Provincial lo hace de acuerdo con sus posibilidades, pero es ella la que tiene que empujar junto a las fuerzas sociales para despejar el horizonte de nuestro Jaén tan mal tratado y que tiene diagnosticada una enfermedad que se llama olvido. Por cierto, los grupos de PP y Ciudadanos, oposición en el organismo provincial, han negado la mayor, al balance del presidente sobre este primer año dicen que es “vender humo” y propaganda. Sigo pensando que con una mayoría como la que tiene el PSOE la relación con las otras fuerzas debería ser modélica y participativa. En política nadie sobra y todas las ideas que sumen en favor de Jaén deberían ser bien recibidas. Desde este punto de vista entiendo la impotencia de Miguel Contreras, del PP, e Ildefonso Ruiz, de Ciudadanos, porque a ellos también les importa su provincia, el amor a Jaén no es patrimonio de nadie.  

Por lo demás ya les anuncié que no era previsible que la empresa Castillo se quedara inmóvil ante la nulidad decidida por el Consistorio con los votos del equipo de gobierno por la que se le retira la concesión del servicio de autobuses urbanos, que ha mantenido durante casi sesenta años. En efecto, acudirá a los tribunales, y ya les adelanté también que no está acostumbrada a perder, porque tiene un buen equipo de profesionales del Derecho para asesorarle. No sabría hacer un pronóstico. El Ayuntamiento pretende la defensa de los intereses generales de la ciudad, que considera han sido dañados flagrantemente, y me parece justo, pero Castillo supongo que hará valer los derechos de tantos años, e ignoro si le asistirán razones para pedir daños y perjuicios, ya digo que más que su legitimidad moral lo que valoro es la contundencia de su proceder y su experiencia en ganar pleitos, incluso en las situaciones más inverosímiles. Hay cuerda para rato, supongo que esto lo habrá tenido en cuenta el equipo de gobierno, que pase lo que pase, no va a ser un paseo militar.

Por cierto, mediados de mes de julio. El año pasado, por ayer, día 14, tenía lugar la caravana contra el desmantelamiento ferroviario propiciada por el alcalde de Jaén, Julio Millán, entonces recién llegado al cargo. Ahora ya lo podemos valorar con perspectiva, un brindis al sol, un paripé, como quieran llamarle, porque no ha servido para nada. También se cumple un año de la entrevista en Sevilla entre el presidente de la Junta y el flamante regidor. De la hemeroteca rescato las primeras declaraciones de Julio Millán: El año que viene estará funcionando el tranvía. Incluso se había barajado la fecha de hoy mismo, día 16, para una visita de Juanma Moreno y la firma del convenio que se va a hacer de rogar, ya lleva unos cuantos años en danza el dichoso documento, casi tantos como los vagones en cocheras, que fue, lo recuerdo, en 2011, ya ha hecho nueve años. En fin, en política no siempre es malo soñar. Pero he aquí dos buenos ejemplos de que lo que nunca se debe hacer es soñar despiertos.

El Ayuntamiento se ha resistido hasta suspender la próxima Feria de San Lucas y hoy ha llegado la decisión. Los responsables de organizarla han actuado con la misma prudencia con que lo hacen otros ayuntamientos y de acuerdo con las normas emanadas de las autoridades sanitarias. Lo cierto es que no se dan condiciones para una cita de tal envergadura, donde se congrega tantísima gente. Es una pena, pero durante los últimos meses nos hemos acostumbrado a ir renunciando a un calendario de normalidad para adaptarlo a la nueva situación. Y lo que nos queda. Ojalá que en 2021 sea posible y para entonces el Consistorio sea capaz de montar un San Lucas que haga historia porque será señal de que hemos salido de este calvario.

Un dato pesimista a más no poder es el que ofrece el Instituto Andaluz de la Mujer en Jaén que señala que más de la mitad de las mujeres que han pedido ayuda al IAM durante los meses del estado de alarma son nuevas usuarias, y de hecho ha habido que dar apoyo a diario a una media de siete mujeres, muy por encima del año pasado por las mismas fechas, señal indicativa de que todos los medios habidos y por haber se quedan cortos en relación con un panorama de tanta dureza y que nos causa impotencia como sociedad.

Y en relación con el aceite de oliva, una noticia buena y otra mala. La buena, se confirman los datos del aumento de la venta del aceite, durante la pandemia parece que los consumidores han descubierto el aceite de oliva virgen extra, el oro líquido. La mala, esto es así, pero los precios no solo no mejoran sino que consolidan la ruina para el sector. De poco sirve que la política se meta por medio en el debate si es incapaz de poner orden.

En los últimos días, como deben conocer, ha habido tensión entre parte al menos de lo que llamamos clase política y la periodística, hay interesados en malmeter, en el tan antiguo divide y vencerás. No me gusta para nada lo que veo, ni la política de trincheras, ni tampoco el periodismo cuando actúa como tal. En lo que sí creo y practico es en la crítica, por razones de higiene democrática. Lo dice mejor que nadie el escritor nigeriano, Premio Nobel de Literatura, Wole Soyinka: “La mayor amenaza para la libertad es la ausencia de crítica”. Este autor en concreto defiende a capa y espada que en la historia de la sociedad humana hay una lucha evidente entre el poder y la libertad. Un asunto que se debate en nuestro país, porque el poder, cualquier poder, siempre tan exigente, prefiere la lisonja a la censura, y algunos políticos quedan retratados cuando anteponen su “yo” a la verdad. Lo dice otra Premio Nobel, Nadine Gordimer: “La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí”.

 

(Un resumen ha sido difundido en el habitual comentario de los miércoles al mediodía en Onda Cero Jaén)

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