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El personaje de actualidad sin ninguna duda en la escena política es el recién elegido secretario general de los socialistas de la provincia de Jaén, Francisco Reyes Martínez, que en el congreso del fin de semana, celebrado con el lema «Jaén, lo primero» ha obtenido un respaldo clamoroso, en torno al 95 por 100 de apoyo, algo más normal por cierto que el que recibió hace cuatro años, casi el cien por cien. En realidad el proceso congresual que ha durado varios meses, y que ha tenido algunas chinas en el camino, como la decisión del alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano Garrido, de aspirar legítimamente al liderazgo, hasta que fue convencido por un grupo de alcaldes y alcaldesas de que no era el momento y desistió de su propósito. Desde que esto ocurrió, superado el inesperado revés, ha sido un paseo militar para el líder del PSOE jienense, que ha contado con una contestación residual y prácticamente imperceptible en el cónclave del sábado. 

A Francisco Reyes se le podrán hacer otros reproches, pero en el ámbito orgánico no ha dejado de actuar en ningún momento como secretario general y líder de los socialistas jienenses asumiendo su plena responsabilidad. Su agenda es la que mejor lo define, no hay otro cargo institucional y orgánico que resista la comparación. Ha estado en cada momento donde se requería su presencia, su dedicación plena a la Diputación, de la que es presidente, no le ha restado ni un ápice a las tareas orgánicas del partido, y en esta campaña ha hecho además propuestas significativas que han sido muy bien acogidas en el seno de la organización. Hoy es quien mejor conoce la provincia de Jaén, por su trayectoria en los puestos por los que ha pasado en tantos años que lleva en el servicio de la política, ya pasan los 33 desde que empezó de alcalde de su pueblo, Bedmar y Garcíez, y lo ha sido todo, incluyendo su tarea de diputado en el Congreso, delegado del Gobierno de la Junta en la provincia y ahora al frente de la Diputación. Con este mandato liderando el PSOE tiene que despedirse de la responsabilidad orgánica, pero si culmina los cuatro años para los que ha sido elegido, habrá podido estar en esa función 15 años, desde que recogió el legado de su mentor, Gaspar Zarrías, otro animal político, a su estilo forma y manera. 

Francisco Reyes, a sus 59 años, es en este momento el político más relevante de la provincia, en orden a sus responsabilidades, y el que tiene más poder en sus manos, y esto no es una opinión, es una evidencia. Dirige el principal partido al día de hoy y preside la Diputación, a la que ha convertido en la única institución provincial firmemente comprometida con el presente y el futuro, a la que ha llenado de competencias, propias y añadidas, y lo mismo realiza una labor esencial en promoción para vender dentro y fuera las grandes fortalezas de Jaén, con la joya de la corona del “Jaén paraíso interior”, o que se interesa por el olivar y ha pedido para el paisaje olivarero la declaración de Patrimonio de la Humanidad, sin olvidar la tutela del Consejo Económico y Social de la Provincia o el Plan Estratégico, por poner solo unos ejemplos, además, claro está, de su principal competencia que es la atención a los ayuntamientos. En definitiva desde la presidencia de la Diputación está dirigiendo una política, a veces casi en solitario, para tratar de transformar la realidad de una provincia a la que las estadísticas siguen situando en los últimos puestos en distintos indicadores y no es por generación espontánea.

La provincia, ante el cúmulo de problemas que hay que resolver, lo primero que hace es mirar al PSOE. El secretario provincial de los socialistas, que fue susanista hasta la médula y hoy es espadista como el que más, o tal vez el que más, y por supuesto sanchista converso, como a estas alturas todo el mundo conoce, y que ha demostrado su compromiso con Jaén, que no es de palabra sino de hechos, seamos justos, en cambio durante todos estos años ha tenido un importante lastre que ya figura en su debe, no exigió en su día a la Junta, en manos del PSOE, que cumpliera con Jaén vía presupuestos, ahora con un gobierno de distintos colores sí lo hace un día sí y otro también, directamente o a través de sus parlamentarios, por eso se nota más la distinta vara de medir, y porque tampoco reivindica y exige como Jaén necesita al Gobierno de España, sigue existiendo esa especie de amnesia de la afrenta del Colce, de la ITI, de los trenes, etc., etc., y se le ha olvidado todo lo que pretendía que a esta provincia le diera el ejecutivo del PP, dicho sea de paso, otro que se retrató para mal, de que Jaén necesitaba ser tenida en cuenta con un trato justo.

Es el reproche de la provincia a Reyes, lo que Jaén le puede echar en cara al líder de los socialistas es que el PSOE no sea capaz de mantener una actitud más enérgica y hacer valer su posición de poder, que la tiene como provincia vital para el socialismo, granero de votos, pero no como territorio que precisa atención e inversiones para atender mejor las urgencias que tiene la sociedad jienense, que es la que le vota o la que espera de los socialistas que no sean cómplices  sino defensores a ultranza del avance y la modernidad de la capital y la provincia de Jaén. Reyes tiene legitimidad y cartel para no ser garante subsidiario de la política del gobierno de España hoy y antes del andaluz, y no debería caer en el error de certificar la frustración, precisamente él que está demostrando con múltiples acciones que aspira al progreso de esta provincia y que se ha puesto al frente y se ha arremangado en la búsqueda de salidas a algunos de los retos pendientes. 

Escuché con atención el discurso de clausura del congreso de Francisco Reyes, ya se sabe que con las nuevas tecnologías casi es posible llegar al don de la ubicuidad. Intervención medida y de compromiso que es fácil de compartir en muchos de sus aspectos. Hay algo sin embargo en lo que difiero. Reyes sólo dice reconocer, no lo dijo taxativamente pero se le entendió, a los interlocutores sociales que tienen respaldo por elección o designación, ya sean empresarios, sindicatos y otro tipo de organizaciones representativas, incluyendo Plan Estratégico, CES provincial, Consejo Provincial del Aceite, Consejo de Alcaldes, Juntas de Personal de las instituciones, etc. No comparto esa visión porque precisamente una de las rémoras de Jaén ha sido el papel de algunos de sus interlocutores sociales, instalados en la comodidad y en la aquiescencia, que no han estado a la altura de las circunstancias y a la hora de exigir se han dormido en los laureles, con sus excepciones, que también las hay, y pongo por ejemplo a la CEJ, en la nueva etapa que preside el empresario ubetense Bartolomé González, el único que está saliendo a la palestra a llamar a las cosas por su nombre e identificando los problemas de la provincia que impiden el progreso económico y social.

En parte si han nacido plataformas ciudadanas, incluso nuevos partidos localistas, que tienen toda la legitimidad porque detrás de cada colectivo hay mucha gente empujando y no se puede ni se debe minusvalorar su representatividad, ha sido porque quienes parecían tener esta tarea han hecho dejación de ella. Además, no se puede estar llamando a cada momento a la participación de la ciudadanía y a la hora de la verdad pretender silenciar su voz y condenarla al ostracismo, cuando tratan de reivindicar, y en concreto en el caso de la capital, “Jaén Merece Más”, y en la provincia Levanta Jaén u otros colectivos, no van contra nadie, sino en favor de Jaén, y nunca se debe minusvalorar la iniciativa de personas que salen al frente porque les duele su tierra y tienen todo el derecho a arrimar el hombro, aunque esto incomode a la política profesional que siempre es tan celosa, pero que en Jaén tantas veces nos recuerda al perro del hortelano, que ni come ni deja comer.

En fin, volviendo a Reyes lo he visto exigente y firme al hablar de la necesidad de actuar con firmeza en la gestión, cuando se ha referido a las exigencias que hay que plantear a la Administración central, también a la Junta, a Europa, etc., porque aunque se puede hablar de muchas conquistas logradas en las últimas décadas, faltaría más, la primera de ellas sin duda, la Universidad, el propio secretario general del PSOE y presidente de la Diputación sabe perfectamente que este territorio partía de una peor situación y aún hay que trabajar para colocar a la provincia en el lugar que le corresponde. Está bien lo que dice, pero la obligación es exigir más a quien dispone de un mayor caudal de competencias, y es el caso de la Junta de Andalucía, es decir, lo que el PSOE pudo hacer y no hizo estando 37 años al frente del poder autonómico. Está bien la autocrítica, a la que invitó expresamente a su organización, y el reconocimiento de que muchas cosas se debieron hacer y otras no, pero en el propósito de enmienda cabe una nueva estrategia, no dejar que pase un solo día sin intentar darle cuerda al reloj de Jaén.

Por lo demás, el eufórico Reyes planteó un discurso en el que recurrió por igual a las fortalezas y debilidades: desde el nivel de interlocución que tiene el PSOE hasta el papel del municipalismo, que es evidente, y para más inri, a falta de pan buenas son tortas, es decir, ya que los gobiernos no miran por Jaén, démosle peso a la administración más cercana, los ayuntamientos y los alcaldes y alcaldesas. Reyes reivindica también un Partido Socialista “a la medida de Jaén”, y exige a sus colaboradores como reto: “trabajo, trabajo y trabajo. Pico y pala”, lo que los socialistas llaman “estilo Jaén”, que les ha debido ir bien a ellos, no tanto al territorio, para añadir acto seguido que “la gente de Jaén nos está esperando y necesita nuestra mejor versión”, y que los grandes proyectos de las últimas décadas en la provincia llevan el sello del PSOE.

Pero si ha puesto énfasis en algo, es en dejar claro el objetivo político, ya está preparada y engrasada la maquinaria para seguir ganando elecciones, en Andalucía, en España y en la provincia. Menos mal que también se ha referido al capítulo de lo pendiente, dice que se sienten orgullosos del trabajo realizado, pero ha hecho una llamada a ser autocríticos y exigentes, también con el gobierno de Madrid, el caso es que llevan la tira de años planteando, hasta ahora con escaso éxito, que los trenes acorten sus tiempos, de hecho hubo un documentado informe del CES provincial, datado en 2017, que se hizo “ad hoc” para reivindicar y en esas seguimos, el PSOE no ha sido capaz de lograrlo, aunque insiste en que son los únicos que lo pueden conseguir…

Otra de las creencias de Reyes es que es verdad que Jaén tiene problemas, algunos parecidos a otros territorios, por ejemplo el reto demográfico propiciado por el envejecimiento de la población, pero se niega rotundamente a incluir a Jaén en la España Vaciada “que algunos intentan retratar”, sostiene, y ofrece un argumento, que el olivar y el aceite actúan de “pegamento” para pegar la población al territorio. Esos nuevos soportes electorales que se avecinan no son de su agrado, y hasta cierto punto es entendible por estrategia, ya hablarán las urnas llegado el caso. Resumiendo, la queja es que efectivamente han ganado todas las elecciones, han tenido muchísimo poder, me refiero al PSOE de Jaén, y el resultado no es proporcional, la queja es ampliamente compartida, solo hace falta un mínimo sentido de la objetividad.

Aunque sea brevemente no quiero olvidarme de la presencia y palabras de Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía y candidato a la presidencia de la Junta. Ha dicho que en Jaén “juega en casa”, y que a la provincia la tiene en la cabeza pero también el corazón, además de ensalzar el congreso del PSOE provincial “que ha estado a la altura”. Sin embargo, lo que me llamó la atención de su discurso, en este caso positivamente, fue el anuncio de la que va a ser, en sus propias palabras “la propuesta ganadora de las próximas elecciones en Andalucía” y es la oferta dirigida a los jóvenes, teniendo en cuenta que en Andalucía la población joven en edad de votar es tres veces mayor que la media nacional, y el PSOE ofertará primeras oportunidades laborales para los jóvenes, para que no se vayan de esta tierra, impedir que la juventud se frustre y que el talento salga fuera. Algo que venimos repitiendo hasta la saciedad y que es el problema número uno.

Ya casi al final, al estilo Pedro Sánchez en su reciente mitin por estos pagos, Juan Espadas pasó de puntillas por lo que de verdad importa en Jaén y que dijo no quería rehuir, en referencia a las inversiones para Jaén de la Junta y los PGE. En realidad se limitó a decir: “Yo soy de esta tierra y necesita más inversiones, más infraestructuras, más trenes y más apuesta política”, señalando que esto lo diría con toda contundencia en Sevilla y en Madrid, pero lo mejor fue su final, mensaje encriptado para el que lo quiera entender: “No hacen falta plataformas, el PSOE es la plataforma. Claro que Jaén existe y que va a salir adelante, y lo vamos a volver a hacer los socialistas”. También se le olvidó, como a Reyes, hablar de las frustraciones, verbigracia el Plan Colce, que han enterrado por completo porque les consta que hay un sentimiento a flor de piel entre los ciudadanos de que se ha cometido una tremenda injusticia y una afrenta histórica a los intereses sagrados de Jaén. Y en cuanto a que el PSOE “es la plataforma” ya lo ha podido demostrar antes, porque si han surgido las plataformas ha sido precisamente por la sensación de impotencia hacia el maltrato permanente a la dignidad de esta provincia, en permanente espera.

Por cierto tanto Reyes como Espadas dedicaron unas palabras de reconocimiento al alcalde de Jaén, Julio Millán, que esta vez tampoco se dirigió a los congresistas a darle la bienvenida, como parece protocolario que se haga. Reyes se refirió al “gran trabajo” del regidor jienense “que llegó al Ayuntamiento que era una ruina y ha tomado decisiones importantes que necesitaba la ciudad”. Espadas, fue aún más cariñoso: “Eres un pedazo de alcalde de Jaén, Julio, como no ha habido, y por cierto, cuídate un poquito más que la ciudad necesita alcalde para rato”. Gestos para el alcalde, porque con independencia de errores y de aciertos, hay que respetar el ejercicio de la acción política tanto en quienes asumen el gobierno como la oposición, no se puede hacer tabla rasa en el sentido de que todo lo político es malo y hay que reprobarlo.  Se me olvidaba decir que Espadas ha pronosticado que Millán verá el Ayuntamiento saneado y con capacidad para hacer proyectos con el «gran equipo que tiene». No sé de dónde se ha sacado que va a superarse la crisis económica del Consistorio cuando la hipoteca que tiene, es decir, tenemos los jienenses, nos lleva por ahora al año 2050. A no ser que el señor Espadas tenga una fórmula milagrosa, que lo dudo.  

Voy a terminar con referencia a la actitud vital y personal de Francisco Reyes. Hace unos años, con motivo de un problema de salud que le aquejó, en una situación de debilidad por la que podemos pasar cualquiera, comprobó con largueza, que su esfuerzo no había sido estéril, que hay mucha gente que agradece la dureza de la actividad política y cuando una persona se muestra apasionada a la hora de hacer su trabajo y dedicarle todos los días muchas horas a este empeño, en este caso al servicio de la provincia. Me agrada la frase que le escuché no hace mucho a Howard Gardner, el llamado padre de las inteligencias múltiples, cuando dijo algo que parece una obviedad, pero según quien lo afirme llama la atención, y es que una mala persona no llega nunca a ser buen profesional en lo que sea. Las malas personas pueden llegar en todo caso a alcanzar una gran pericia técnica, incluso a base de engaños. Reyes puede presumir de que es uno de esos políticos que caen bien y se ha granjeado simpatías, dentro y fuera de la política, incluso en sectores alejados del socialismo, como es visible en algunos mensajes de las redes sociales y su propio quehacer de cada día donde trata con todo el tejido social porque es verdad que en su despacho recibe a todo el mundo.

Por supuesto, al estar en primera línea no es alguien indiferente, también hay muchos críticos, aunque en algunos casos, sobre todo en las redes sociales, los mensajes contra él se descalifican solos por su propio contenido. La crítica, más aún la crítica política, no solo es necesaria, es imprescindible, pero siempre debe hacerse con argumentos y desde el respeto.  Ciertamente se trata de un hombre de partido, comprometido con el socialismo hasta los tuétanos, y ya se sabe que las organizaciones políticas tienen unos códigos muchas veces difíciles de entender, lo que sí es apreciable es que este bedmarense se deja la piel en el empeño. Ahora le toca seguir marcando una nueva hoja de ruta y deberá tener en cuenta la frase que alguien dijo: “El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad”. Se lo debe a su Jaén si cuando se vaya quiere hacerlo con los deberes cumplidos.

 

Foto: Francisco Reyes Martínez renueva su liderazgo al frente del PSOE provincial, con un respaldo clamoroso.

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