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JAÉN, LEVÁNTATE BRAVAMañana es el día. Se repite una movilización histórica en favor de nuestra principal riqueza provincial, el aceite de oliva. En la concentración de protesta que ha sido convocada para mañana, desde las once hasta la una, frente a la Subdelegación del Gobierno y Delegación del Gobierno de la Junta, el sector va completamente unido, sin fisuras, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, Infaoliva, las Cooperativas Agro-alimentarias y una serie de colectivos que se han sumado a la convocatoria, como es el caso de la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más” por entender que no le es ajena ninguna preocupación que se relacione con el presente y el futuro de Jaén y en este caso su economía. Se espera la presencia de más de 5.000 personas, y entendemos que es un deber de Jaén salir al paso de los efectos tan adversos que para el sector y la economía de nuestros pueblos, que sufren el grave problema de la despoblación, tiene la bajada de precios en origen de los precios del aceite, que hace que una gran masa de olivareros no lleguen a cubrir ni los costes de producción en tanto que unos pocos aprovechados se estén inflando de millones con este panorama tan anómalo y la legislación que lo permite. Es por ello que lo que mañana va a pedir a gritos el Jaén olivarero, al que se sumarán grupos llegados de provincias limítrofes, es que este tema de los precios del aceite no sea tratado como algo aislado y que afecta en exclusiva a un sector, sino que sea considerado como un asunto de Estado y las administraciones adopten  las medidas convenientes para que cuanto antes se ponga freno a esta penosa circunstancia, que es un varapalo más para una provincia tan sufrida como la nuestra, olvidada desde siempre por las administraciones. Ahora es el momento de hacer buenos los compromisos de los políticos que han desfilado por Expoliva y que mostraron su solidaridad con la causa. Solo se trata de la puesta en marcha de los mecanismos que están a su alcance para lograr la estabilidad en el mercado y acabar con la bajada cuyos efectos empiezan a ser devastadores para el olivar en general y el jienense en particular, y ya es un lastre para los que viven de este cultivo, que son cientos de familias en nuestro bosque olivarero.

Ya sabemos la dependencia que tiene el olivar de tantos factores que son determinantes, pues depende de que llueva o no, de que las ayudas sean más o menos proporcionadas y, sobre todo, que los precios en origen resulten cuanto menos rentables para mantener el cultivo y mover a través de él la economía en una geografía olivarera que tiene nada menos que 66 millones de olivos. Jaén tiene que defender su sostén económico con uñas y dientes, por eso tiene sentido salir a la calle, y que lo haga no solo el sector sino la sociedad provincial en su conjunto, como ha ocurrido hoy con una masiva tractorada en la ciudad de Úbeda. Aún sigue presente en el recuerdo la movilización multitudinaria celebrada en Jaén a finales de febrero de 1998, hace 21 años, con más de 50.000 personas clamando por una justa OCM del aceite de oliva. En aquella cita histórica Jaén dio la talla y demostró a España y al mundo su fortaleza en defensa de su olivar y de su aceite. Ahora se trata de no abdicar de nuestro propio interés, porque si no defendemos algo tan nuestro que forma parte de las señas de identidad de Jaén, por qué otra cosa vamos a luchar. Ahora más que nunca se justifican los versos de Miguel Hernández: Jaén, levántate brava, no vayas a ser esclava con todos tus olivares, andaluces de Jaén…

LA UJA TRANSMITE ILUSIÓN. Otro asunto importante que ha estado en la agenda de este martes ha sido la investidura para su segundo mandato del rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez Ortega, que ha recibido la vara de mando, de manos de la directora general de Universidades de la Junta y acto solemne en el que han tomado también posesión los miembros del nuevo Consejo de Dirección de la UJA. El discurso del rector magnífico ha respondido a las expectativas que se ponen en esta nueva etapa en la que nuestra institución universitaria tiene que recorrer un camino para lograr que se mantengan y afiancen los objetivos ya conseguidos, aunque ahora lo que no se puede perder de vista son los retos a los que tiene que enfrentarse el sistema universitario en general y que Juan Gómez ha definido muy bien al decir que hay que adaptarse a los tiempos con la velocidad necesaria; “tan peligroso es no hacerlo como llegar tarde”, ha subrayado.

Desde su elección en el pasado abril hemos visto a un rector cargado de energía, de positividad y de ilusión, nada temeroso ante la responsabilidad de los cuatro años que tiene por delante, lo que supone una garantía, que merece en justa correspondencia concederle un crédito de confianza, porque creo que la Universidad de Jaén está en buenas manos y Juan Gómez es una persona reconocida en el contexto de la universidad española y andaluza, sin duda alguna por el propio peso específico que se ha logrado en los primeros 25 años de vida de la UJA en los que ha conseguido consolidarse como una institución con más fortalezas que debilidades y en términos generales es en muchos aspectos una universidad de referencia a la altura de otras que podrían exhibir más solera. Dicho de otro modo, los jienenses tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de nuestra Universidad, del trayecto recorrido, de la consideración alcanzada y, como ha recordado bien el rector en su intervención, y nosotros modestamente certificamos como una realidad incuestionable, la UJA es “una poderosa herramienta para el desarrollo de la provincia” y un “valioso instrumento de transformación social y cultural”. Todo lo que digamos de ella en el presente y en el futuro nos parecerá poco, porque eso es la principal empresa jienense, un motor en marcha de desarrollo y progreso que, como ha recordado Juan Gómez, también proporciona una enorme dosis de autoestima en una población que está tan necesitada de ella.

El periodo que se abre ahora es ilusionante desde el punto de vista de los retos que se presentan y a los que el nuevo equipo de gobierno ha de hacer frente, con su rector a la cabeza. Juan Gómez ha puesto énfasis en la Fundación Universidad-Empresa, que en efecto puede jugar un papel clave y determinante, sobre todo si de una vez por todas echa a andar y se empiezan a notar sus efectos. Y además ha fijado prioridades, tales como apuntalar la investigación, que es de vital importancia; y sumarse a las propias exigencias de una Universidad del siglo XXI en el que estamos, como la transformación digital y tecnológica, la evolución del perfil del estudiantado, la redefinición del propio mapa de la oferta formativa, sin olvidar, porque esto sí que es sumamente importante, conseguir un modelo de financiación exigente, con más recursos para ofrecer mayores respuestas. En fin, no sé si soy demasiado optimista, pero Juan Gómez ha hecho algo que a mi juicio tiene mucho valor, y es transmitir y contagiar su ilusión y su fe en el futuro. Esto es lo mejor que puede pasar, porque es indicativo de un estado de buena salud, sin el cual cualquier plan estaría abocado al fracaso o al menos a no poner en él una confianza ciega. Larga vida a nuestra Universidad. 

 

 

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