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La semana empieza animada desde el punto de vista de los argumentos de la actualidad. Los medios locales parecen observar con optimismo las conversaciones respecto al sistema tranviario de la ciudad, y es que en este preciso momento todos los políticos coinciden en señalar que en las reuniones en las que intervienen la Junta, Diputación y Ayuntamiento, se están desarrollando con cordialidad. Parece que ahora o nunca. Es probable que en breve haya un acuerdo y todas las partes se dispongan a trabajar para que el tranvía esté en marcha cuanto antes, si es posible este año mejor que el próximo. Ahora hay que decidirse en relación a si es la Junta o el Ayuntamiento quien se encarga de la explotación del servicio. A lo mejor al Consistorio se le hace un favor dejándolo al margen de esta responsabilidad, porque supone un problema menos ante su penuria económica, y hay algo de verdad en lo que anunciaba en su propuesta Julio Millán, y es que parece más fácil que las empresas respondan a la convocatoria de la Junta que a la del Ayuntamiento, por razones de credibilidad.

Dicho esto tenemos también los ecos de la concentración ciudadana de ayer, en la Plaza de Santa María, el lugar de los grandes encuentros, para reivindicar el Conservatorio de Danza que Jaén se merece por la gran demanda que existe de este tipo de enseñanzas. Se trata de otra discriminación más que padece la provincia, en este caso junto a Huelva, las dos provincias que no disponen de centro para cursar esta disciplina artística. Varios cientos de personas han salido a la calle y se vienen moviendo desde hace varios meses, para exigir una respuesta por parte de la Junta. Hay también presentada por el grupo parlamentario del PP una iniciativa parlamentaria en la Cámara andaluza. Dentro de la deuda que la autonomía mantiene con esta provincia, que es numerosa, se añade con derecho propio este Conservatorio, cuya iniciativa apoyamos y que hay que exigir que se cree sin más demora. 

Y seguimos con el capítulo de las protestas. De momento son dos barrios de la capital los que se han puesto en pie de guerra en demanda de sus reivindicaciones, El Tomillo y San Juan. Cada uno por razones diferentes lo que denuncian es inacción. Es verdad que la situación de las arcas municipales no están para atender como se merecen todos los barrios de la ciudad, pero al menos hay que establecer un plan de prioridades y tratarlos a todos por igual, para que no haya vecinos que se sientan dejados de la mano municipal. Lo peor de todo es sentir que no les llega el apoyo y la consideración de su alcalde y de su Ayuntamiento. Por eso salen a la calle, porque se sienten tan impotentes ante una situación compatible con la indiferencia, que les hace actuar con las armas a las que tienen todo el derecho. Espero que el Ayuntamiento sea sensible y acuerde una hoja de ruta con las respectivas representaciones vecinales.

Y en el mismo ámbito de la protesta, nos hacemos eco del clamor que se ha instalado en la vecina Granada que sale a la calle por el tren, por el aislamiento ferroviario, y en concreto están haciendo una campaña en favor del Corredor Mediterráneo, que si margina a esta parte de Andalucía nos está dando la puntilla. “Quiero Corredor” es la consigna de la provincia hermana, pero en Jaén no estamos por la labor, cuando es ahora, que hay un despertar cívico de esa rebeldía responsable que se viene manifestando en plataformas como “Jaén Merece Más” cuando hay que enfrentarse a estas realidades y reivindicar sin descanso para que los gobiernos sepan que no estamos de brazo cruzados y que si no nos ponen en el escaparate podremos hacer todo lo que esté a nuestro alcance, movilizaciones incluidas, para demostrar inconformidad. Ya está bien de que los gobiernos hagan y deshagan, siempre olvidándose de algunos territorios, entre los cuales, qué casualidad, Jaén suele estar entre los olvidados.

HABLA EL ALCALDE

Pero de las noticias del fin de semana lo que me ha llamado poderosamente la atención ha sido el contenido de la entrevista que el alcalde de Jaén, Javier Márquez, ha concedido a la Agencia Europa Press, especialmente en relación con las próximas elecciones locales del próximo año, para las que ya nos encontramos en la cuenta atrás, a un año vista, poco más o menos. El regidor no quiere dar por sentado que el PP pueda gobernar con los concejales que obtenga Ciudadanos, y cita en defensa de su tesis el acuerdo de Andalucía. De todas maneras tal vez no debería darlo por hecho, puesto que el partido naranja llega a acuerdos a diestra y siniestra y a lo mejor todo depende en su día de la habilidad negociadora de las partes. Pero es temoroso en principio de que Cs pueda pactar con el PSOE, si bien deja claro que los jienenses deben saber que quienes respalden a Cs no van a saber bien dónde desembocarán sus votos. El alcalde ve que el partido naranja aprueba en Madrid los PGE y no lo hace su gente en Jaén, pero esto se entiende porque las cuentas que se presentan en Madrid son la globalidad y es imposible descender a una negociación muy puntual, en cambio a los políticos jienenses sí les corresponde esa labor, y lo mismo que hace Ciudadanos deberían hacer los populares, que acatan sin mayor contrariedad unos números aun sabiendo que no son los que la provincia necesita. ¿Es esto lo que tenemos que esperar de la política, la sumisión? Pues no.

El alcalde, además, ha valorado positivamente la actitud de dos de los ediles no adscritos, Salud Anguita e Iván Martínez, ya que al margen de otras consideraciones que puedan hacerse, ellos están contribuyendo con su actitud positiva a dar estabilidad al Ayuntamiento y a la ciudad. Márquez lo dice con esta frase concreta: “Este es un Ayuntamiento arruinado, si encima es ingobernable apaga y vámonos”. Pero donde Javier Márquez pone especial énfasis y preocupación es cuanto tiene que pronunciarse sobre los resultados que pueden darse en Jaén tras los comicios locales de la primavera de 2019, y ahí es donde expresa su temor a que el Ayuntamiento de Jaén se convierta en “una ensaladera de partidos”. Lo que le preocupa, en suma, de la próxima Corporación Municipal, es que el Consistorio sea ingobernable además de estar endeudado.

Como ya habíamos comentado en otras ocasiones y ahora el alcalde se confiesa al respecto, Márquez dice que tras su llegada al cargo de alcalde pasó un primer año nefasto desde el punto de vista de la situación económica, junto a la personal y política, y lo pasó muy mal porque no le veía muchas soluciones al Ayuntamiento. Es público y notorio que estuvo varias veces a punto de arrojar la toalla y si no lo hizo finalmente fue por responsabilidad. El tiempo transcurrido después ha estado acompañado de “una ligera mejoría” en la crisis municipal, aunque no sea para cantar victoria, los problemas siguen siendo muy graves, pero se ha abierto una pequeña luz. 

Reconoce Márquez que no ha resultado fácil decidirse a ser candidato, por el sacrificio personal y político, además de un evidente desgaste. Niega que haya una mala relación con Fernández de Moya, porque ambos respetan sus respectivas responsabilidades y hay cuestiones en las que claramente no están de acuerdo. Por otro lado frente a quienes demandan a voces un trato especial a Jaén del Ministerio de Hacienda, el alcalde reconoce que desde el Gobierno hay que mirar las cuestiones con la ley en la mano porque el BOE es igual para todos, aunque siempre intentando buscar soluciones. Por último, el regidor local quiere tener manos libres para decidir el equipo de personas que le acompañen para el Ayuntamiento y afirma rotundo que “si no tengo esa libertad prefiero no presentarme”. Reconoce que hay gente que está funcionando bastante bien en el grupo actual, y que tiene a su equipo en la cabeza, si bien probablemente la mayoría de los elegidos ni lo saben, al tiempo que advierte que lo que no se van a producir son revoluciones, que nadie las espere.

Y, algo que sí me ha llamado poderosamente la atención es que en el caso de no salir elegido alcalde se plantearía su continuidad en la oposición y lo justifica en esta frase: “No entiendo la política ni para sentirme importante ni para subir de estatus social, porque es algo que detesto, sino para hacer cosas por esta ciudad”. Una declaración de intenciones en la que pone las cartas sobre la mesa. Bien es cierto que estas declaraciones se producen a un año largo de las próximas elecciones municipales y en este periodo pueden ocurrir muchas cosas, el escenario a esa fecha puede ser sensiblemente igual al panorama de hoy o completamente diferente en función de variantes que se puedan ir produciendo. El alcalde, Javier Márquez, de todas formas, se muestra transparente en cuestiones esenciales. Lo demás llegará a su momento.

 

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