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 ¿Cómo será y cómo tendría que ser el Jaén de dentro de 10 años, en 2030?, ¿qué iniciativas, qué modelo de ciudad van a ser capaces de impulsar los actuales gobernantes y los que vengan detrás de ellos?, ¿qué papel corresponde a la sociedad civil en este momento histórico en el que ya hemos dicho adiós a la resignación y al conformismo y nacen compromisos muy fuertes a modo de iniciativas y propuestas para dar ideas a las administraciones y a los responsables de la vida pública? Una década ¿puede ser suficiente para transformar una ciudad que lo necesita y además de manera urgente?  

He leído con detenimiento y mucho interés el texto contenido en un libro bajo el título de “Jaén 2030. Un relato de lo posible y lo imposible” que ha sido presentado en sociedad por la Asociación de Empresarios y Profesionales PROA y del que es autor su presidente, Fulgencio Meseguer Galán. A la manera del famoso discurso de Martin Luther King, “he tenido un sueño”, el relato de referencia, denota ante todo la razón de ser del citado colectivo, un puñado de hombres y mujeres firmemente comprometidos con el territorio más allá de las palabras, ya que en los pocos años que tiene de vida ha demostrado que no es una organización al uso, que ha decidido implicarse a fondo y huir de los complejos que arrastra Jaén. Durante mucho tiempo PROA le ha tomado el pulso a Jaén a través de conversaciones con muchos actores políticos y sociales, suficiente para tener un diagnóstico fiable del estado de esta capital andaluza y como ahora hace, para reflejar en un documento que una ciudad también se mide por su ambición y por la voluntad férrea de construir un futuro mejor para Jaén y los jienenses. El relato no es una denuncia en sí misma, no señala directamente a los autores del actual estado de cosas en esta ciudad que conserva tantas rémoras y sigue esperando manás del cielo, pero es fácil intuir que los políticos responsables de instituciones que hoy gobiernan Jaén, presentes en el acto, a todos los niveles, Bravo, Reyes, Millán, Madueño y Lozano, entre otros, debieron sentirse concernidos de los mensajes ilusionantes que proyecta el texto de Fulgencio Meseguer, pródigo en ideas, aunque solo sea, y ya es bastante, una voz entre muchas de una sociedad civil cada vez más concienciada y exigente, que no se resigna a ser mera convidada de piedra.

El centro neurálgico de este libro se sitúa en la actual Casería de Escalona, que es la sede del Servicio de Gestión y Recaudación de la Diputación Provincial, lugar en el que, el 18 de octubre de 2030, según este relato, tendría que inaugurarse el funicular para unir la ciudad de Jaén con el Castillo de Santa Catalina. Por cierto, una antigua reivindicación de un empresario y actual portavoz de la plataforma “Jaén Merece Más”, Juan Manuel Camacho, que no ha sido tenida en cuenta por los sucesivos gobiernos municipales y mira que ha insistido. Pues bien, el “Jaén 2030” nos sitúa, en ese sueño del autor, en otro Jaén, más moderno, transformador, con una disposición tal de las infraestructuras de que se disponen hoy y las que puedan llegar en el futuro inmediato, más a la medida de las necesidades reales de una ciudad a la altura del siglo XXI en  que estamos. ¿Posible o imposible? Casi todo es posible cuando se quiere. Después de leer el texto creo que Jaén se merecería una apuesta de esta magnitud, sobre todo porque empresarios valientes y decididos son capaces de aportar las claves que ayuden a que la política actúe con eficacia. Es también este sueño, escrito por un señor muy despierto, una guía sobre el modelo de ciudad, al sentar las bases de unas cuantas propuestas que podrían cambiar, para bien, el Jaén de una próxima década. Sitúa su descripción en el adelanto de una década, en la era del Smart Watch 7, del iSneaker y del Mac Book. Y pasan cosas, ya lo creo, incluso sale a la luz que el cuerpo de Steve Jobs permanece en estado de criogenización.

Vamos a concreciones. Imaginen, lo ya dicho de un funicular para unir el Castillo con la ciudad, que entre otras cosas, sería otro nuevo recurso turístico. Pero añadan todo lo siguiente en ese escenario idílico que en el texto se describe. El actual Servicio de Recaudación en La Granja pasaría (2025) a un moderno edificio construido por la Diputación Provincial para dar respuesta a todas sus necesidades. Los demás argumentos de la trama que por lo menos sirve para ilusionarnos y recrear un Jaén imaginado, serían, entre otros: un panorama con mejores comunicaciones ferroviarias, por fin, y trenes de cercanías (2023) con los más importantes puntos estratégicos de la provincia; Jaén como sede de una de las mejores infraestructuras de telecomunicaciones de España; creada una red de recarga de vehículos eléctricos en cada municipio, la primera provincia en lograrlo de todo el país; conseguida la completa informatización del olivar a través de sensores que permitan conocer desde el déficit hídrico hasta el grado de madurez del fruto, afectando a la calidad del aove; funcionamiento de un centro de visitantes del Valle de Otíñar (2026), convertido en un foco de interés, y unido a Los Cañones, en una ruta asombrosa; disfrute del nuevo parque natural de la Sierra Sur, con el Valle de Otíñar como uno de sus referentes; el Parque de la Concordia (La Victoria), convertido ahora en un museo al aire libre de los grandes hitos del conocimiento de la humanidad, luminoso y abierto a la ciudad…

Sigamos. Una Catedral que en 2026 ya habría conseguido la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y elaborado con este motivo el libro “La Catedral de Jaén, joya del Patrimonio Mundial”, hecho histórico que se aprovechaba para adecentar y reformar el casco antiguo; un edificio del que hoy es Palacio Provincial de la Diputación, convertido en la sede de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad, en pleno centro de la ciudad, Plaza de San Francisco, con lo que supone que más de 4.000 estudiantes bullan a diario por los alrededores y dando vida y dinamismo a este enclave capitalino. (Escribe aquí el autor que este inesperado proyecto cogió a contrapié a la ciudad, a los políticos de la oposición y autoridades que, en un principio, los vistieron de incredulidad y posteriormente de admiración). Avancemos. En ese tiempo, 2030, ya estaría funcionando una planta de fabricación de placas solares de alta eficiencia, con más de 200 puestos de trabajo directos y otros 400 indirectos; se implanta ENACESA (2027), la mayor envasadora de aceite de España, con la línea de producción más eficiente del mercado; y se instala en el Parque Empresarial Norte la expresa AGRONEXT, en la que crearían más de 2.000 empleos en un periodo de dos años; también en ese periodo de referencia estaría funcionando un laboratorio privado de aceites, AOVETECH, homologado por el Consejo Oleícola Internacional…

Por supuesto, el relato recoge otros logros de la Universidad de Jaén, que se habría hecho con un lugar relevante entre las que impartían grados similares, y en 2023 incorpora el Grado en Ciencia y Tecnología del Aceite de Oliva y el Grado en Ciencias del Olivar Ecológico, titulaciones vinculadas con nuestra principal riqueza; y con respecto a Expoliva, describe su importante resurgir hasta el punto de tener que convertirse en anual, para dar respuesta a las necesidades e inquietudes del sector, originando la construcción de un aparcamiento de cuatro plantas bajo el anterior, dentro del mismo recinto de IFEJA. Se detiene también en la existencia de empresas de turismo activo, con mucho trabajo gracias a la llegada permanente de visitantes y las rutas establecidas para conocer bien la ciudad. Pero no queda aquí la cosa. Sitúa al Real Jaén en la primera división de fútbol (2028) y jugando el 19 de octubre de 2030 nada menos que con el Real Madrid; refiere las lonas instaladas para dar sombra a las emblemáticas calles Bernabé Soriano, San Clemente, Roldán y Marín y Plaza de la Constitución (2023), y presenta un panorama para los hoteles jienenses de “completo” en las fechas más señaladas del calendario, feria incluida. Recoge en el texto tan vibrante y pro Jaén, el nombramiento oficial de Capital Mundial del Aceite de Oliva, la existencia de tres restaurantes con Estrellas Michelín, o la nueva Avenida de los Museos (proyecto anunciado por el actual alcalde en campaña). ¿Y del tranvía, qué? También lo sitúa (2021) como el medio de transporte preferido, destacando los dos nuevos ramales inaugurados, uno por la Avenida de Andalucía y otro por el Polígono del Valle, hasta las mismas puertas de la Universidad…Me olvidada de lo mejor, el tren para Jaén con salida a las 7,30 de la mañana llegaba a la capital de España en dos horas y media…Solo me ha quedado por saber qué pasaría en esta ciudad idealizada con el Museo Íbero. ¿Estaría funcionando, sería ya un atractivo turístico real? O la tan esperada estación intermodal.

Volviendo al principio, en la inauguración del “Funicular Santa Catalina” estarían las autoridades competentes, desde la ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, hasta el presidente de la Junta de Andalucía, pasando por el alcalde de Jaén o la presidenta (si, presidenta) de la Diputación, consejeros y consejeras, delegados del Gobierno, rector de la Universidad y juntas directivas de diversos entes sociales. La terminal El Castillo se había edificado en lo que antes era un merendero en el cerro de Santa Catalina y que ahora estaba integrada en una zona recreativa de paseo en un conjunto espectacular con seis miradores sobre la ciudad. En cuanto al viaje en el funicular sería agradable, silencioso, de apenas seis minutos, con preciosas vistas sobre Jaén. Las salidas serían de quince en quince minutos y el horario ininterrumpido de diez de la mañana a diez de la noche. Y un dato que se aporta, el primer día de funcionamiento del funicular se vendieron más de 1.500 billetes y al poco tiempo la empresa concesionaria del tranvía se hizo cargo de su gestión y explotación. Como consecuencia de todas estas acciones Jaén alcanzaba en 2030 los dos millones y medio de visitantes, triplicando la cifra que ostentaba a principios de 2020 y, además, la población que años atrás disminuía, ahora aumentaba en una proporción de cerca de 5.000 habitantes por año en la siguiente década…La Oficina Provincial de Proyectos Empresariales consiguió firmar más de treinta nuevos acuerdos de inversión en la provincia, en tanto que el Real Jaén perdió ante el Madrid pero se mantuvo en la categoría cinco años.

En fin, lo más importante de todo es que, de un modo bastante original, y a través de unos personajes jienenses que son ficticios (Charo, Ana, Javier, Isabel y Juan), pero que representan una generación muy valiosa de nuestro actual Jaén, el presidente de PROA, Fulgencio Meseguer, propone pasar a la acción, y parece querer transmitirnos el mensaje ilusionante de que otro Jaén es posible, que hay que abandonar cuanto antes la siesta de siglos. Cuando hace su “cronología de lo posible e imposible” es consciente de que no todo depende de inversiones ni de voluntad política. La Catedral será Patrimonio de la Humanidad si lo decide la UNESCO (aunque también la política puede hacer mucho en su apoyo), el Real Jaén ascenderá si gana los partidos y escala puestos, esto es evidente. Pero algunos de esos anhelos, los que tienen que ver con el cambio hacia un Jaén que mejore su economía y que incida en la calidad de vida de sus ciudadanos, eso sí es posible y la mayor parte de las ideas, si se quiere, realizables, aunque haya que salirse del área de confort y también deba cambiarse el chip para exigir en nombre de Jaén en vez de esperar pacientemente como sumisos seguidores de la férrea disciplina de los partidos.

Mi felicitación a PROA por su utilidad y especialmente en este caso por señalar el camino. Es curioso que el presidente de la Asociación, Fulgencio Meseguer, no sea natural de Jaén, él es jerezano, pero lleva entre nosotros poco más de un cuarto de siglo y pilota una de las empresas punteras y de referencia, Software del Sol. Pero sobre todo es un enamorado de Jaén, como muchos de los que llegamos en su día desde fuera y nos atrapó esta ciudad y la hicimos nuestra para siempre, tierra de adopción, pero duele, como al que más, su lento discurrir, nos gustaría divisar un horizonte lleno de expectativas, y no nos resignamos, por eso no perdemos ni la ilusión ni la esperanza. Yo casi le voy a doblar el tiempo como vecino de esta vieja capital del Santo Reino, pero me siento plenamente identificado con su apasionada visión de Jaén, y como él me aferro a una sentencia muy propia para la ocasión, de la escritora Eleanor Roosevelt: “El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”.

 

Fotos: La ilustración, como las demás que aparecen en el libro, son de Antonio Martínez Peñalver. A la derecha, Fulgencio Meseguer Galán, presidente de PROA y autor del libro.

 

               

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