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Mañana finaliza por fin la campaña electoral, y digo por fin, porque los ciudadanos ya empezamos a estar cansados de este atracón político, porque no podemos olvidar que todo empezó con la convocatoria adelantada de las elecciones autonómicas, igual situación a pocos meses en los comicios generales y ya para terminar el domingo próximo, día 26, con las elecciones municipales y europeas. Un maratón en el que nos han atiborrado de mensajes desde las diferentes posiciones políticas y hay parece que ha llegado el momento de que esta fase se acabe y todos, cada uno con sus responsabilidades, se dispongan a gobernar y a adoptar medidas para que veamos qué tal lo hacen. El nuevo gobierno andaluz que preside Moreno Bonilla no se ha atrevido todavía a presentar unos presupuestos, solo ha ofrecido algún anticipo, porque espera a que pase la cita del día 26; por su parte en el ámbito nacional Pedro Sánchez trata de ganar tiempo para no desvelar quién o quiénes serán sus socios preferentes en el nuevo gobierno, de hecho ya estamos observando con cierto estupor que en el Congreso han estado hasta el último momento mareando la perdiz, el marrón se lo han endilgado a la nueva presidenta Meritxell Batet, sin saber qué hacer con los diputados que están en prisión, que en mi opinión ha ofrecido una imagen de país que duda de sus propias reglas democráticas, y en el fondo lo que creo que hay es lo que algunos llaman voluntad de diálogo y otros consideramos simplemente cesión por intereses políticos, en este caso para que el señor Sánchez gobierne a placer con quienes lo van a tener de rehén en toda la legislatura, caso de producirse ese escenario, como han hecho los independentistas de aquí para atrás.

Y luego están las elecciones europeas y municipales del domingo. En Jaén se ha hablado poco de los comicios europeos, cuando tienen una enorme importancia. En Europa esta provincia se juega gran parte de su futuro, sobre todo económico, y lo más relevante será la próxima Política Agraria Común (PAC), vital para las expectativas de nuestros 66 millones de olivos. Si a la bajada de precios actual, que está siendo ruinosa para el sector y para el conjunto de la economía de Jaén, que vive en gran parte del aceite, le sumáramos una PAC negativa, peor incluso que la que ahora tenemos, en la que se robó a los intereses de Jaén la nada despreciable cifra de 272 millones de euros, entonces apaga y vámonos. Ojo que no soy un forofo de la subvención, pero mientras exista y afecte también a otras producciones, hay que defenderla con uñas y dientes, sobre todo si las ayudas son justas y afectan de verdad a quienes viven del olivar y se dan a él todo el año.

Pero lo que nos interesa y preocupa sobremanera es lo que vaya a pasar en la elección de nuestros ayuntamientos, en la designación por toda la geografía provincial de alcaldes y alcaldesas. Ya sabemos que a la hora de introducir la papeleta en la urna no tenemos la potestad de elegir a esas personas que queremos que nos gobiernen, esa es una decisión que corresponde al pleno, y que en tantas ocasiones pende de acuerdos y componendas que unas veces funcionan y otras no tanto. La ley electoral tendría que mejorarse, me gustaría poder elegir a mi alcalde o alcaldesa y de paso poder enfrentarme a unas listas abiertas donde pueda poner la cruz libremente en personas y no tanto en ideas, que estamos en el siglo XXI y hay que abogar por la eficacia. No tengo nada en contra de las ideologías, me parecen todas respetables, pero a la hora de unos comicios locales observamos que las formaciones políticas barajan prácticamente los mismos temas, los que hay, y seríamos los vecinos quienes tendríamos que decidir cuáles de esas personas nos merecen más confianza. De la Corporación Municipal de la capital que expira su mandato, yo no tendría reparo alguno en escoger entre las diferentes listas, a bastantes les cerraría la puerta de entrada pero en otros casos no dudaría en darles mi voto. No voy a ofrecer nombres porque no viene al caso, pero me atrevería a hacer un equipo de gobierno escogido de entre los 27 concejales que actualmente tiene la Corporación, y creo que me iba a equivocar bastante poco, cuatro años han dado para conocerlos a todos bien, más aún a los que llevan más tiempo. Además esta fórmula posibilitaría que el vecindario en general se interesara por la política local.

Pues bien, dicho esto, hay que dar las gracias a los que se van, de un modo especial a quienes han tratado de darlo todo por Jaén, con aciertos y errores en la gestión. Las mismas gracias que merecen los y las valientes que han decidido dar el paso para prestarse a colaborar con el futuro de su ciudad, lo cual según está el panorama, sobre todo en el orden económico y también por las rémoras que Jaén tiene, es casi heroico. Me refiero a las trece formaciones que concurren en esta ocasión. A todos los deseamos éxito, con la esperanza puesta en que los jienenses acertemos y el nuevo gobierno sirva para dar el impulso que la ciudad necesita y no sea un obstáculo como ha ocurrido durante demasiado tiempo, perdido en las peleas y el fuego cruzado permanente con otras administraciones para justificar su inactividad y su inoperancia. De la campaña que termina hay que valorar en su justo término el trabajo de los partidos para transmitir sus ofertas programáticas y sus mensajes. También han contribuido a ello los debates que han tenido lugar, más de los que en principio se esperaban, con la singularidad de que Javier Márquez, por las razones que sea, ha decidido no participar más que en uno de ellos, el celebrado en Canal Sur TV, y ha rechazado el resto de invitaciones. Creo que se trata de un error, un candidato tiene que estar presente en todos y cada uno de los lugares donde pueda expresar sus ideas y opiniones, sobre todo cuando en las entrevistas personales que ha tenido con los diferentes medios ha defendido un modelo, su modelo, y debería sentir seguridad y confianza en su propia gestión o en determinados aspectos de la misma, y en tal actitud ir a por todas. En fin, postura respetable pero difícil de compartir. Y luego están los grupos que hasta ahora no han tenido presencia municipal y esos sí han debido hacer un esfuerzo suplementario. Mañana todo estará visto para sentencia. El domingo por la noche sabremos el veredicto de los jienenses.

Me he estudiado todo lo que he podido cuanto se ha hecho público de los programas electorales de cada una de las formaciones y hay una serie de cuestiones que van a polarizar la atención de los próximos meses y es posible que de los cuatro años de mandato. Ayer me refería a la peatonalización en el sentido de que es más que probable que se ponga en tela de juicio, incluso que se revierta la situación, ya que ni PSOE, ni Ciudadanos, ni Vox, ni Adelante Jaén o Jaén, Sentido Común, entre otros grupos, apoyan la peatonalización tal y como ahora está concebida. Otro asunto que, mande quien mande, deberá ser una prioridad, es el tranvía, no quiero pensar que pasan otros cuatro años y sigue la situación actual. Claro que, si nos dejamos guiar por lo ocurrido hasta ahora, tampoco sería del todo descartable. Otro debate que se va a suscitar es el de la municipalización de servicios, a la vista de que hay personal de sobra y de que la prestación de algunos de los servicios que están privatizados no es satisfactoria, empezando por la limpieza y recogida de basura y el transporte público. La futura estación intermodal es otra causa de división, mientras que el PP ha optado por Vaciacostales, la mayor parte de las opciones que concurren al Ayuntamiento están por situarla en la actual ubicación de la estación férrea, y de paso se apoya la capitalidad de Jaén, que siempre tendrá más fortaleza con los servicios dentro que fuera del casco urbano.

También parece que hay bastante unanimidad en rescatar Marroquíes Bajos, tras el abandono que padece desde hace bastantes años, y al fin se han dado cuenta de que existe y merece ser puesto en el escaparate. En algunos programas se alude expresamente a la Universidad de Jaén, es decir, a contar con ella para el inmediato futuro, si bien unos hablan de establecer sinergias con la institución y otros demandan directamente que la UJA apueste por trasladar alguna de sus facultades a la ciudad, como el propio casco histórico, asunto que ya ha sido abordado pero del que no ha habido respuesta. Esto es algo que no depende del Ayuntamiento, claro es, sino de la propia Universidad, pero para que esto sucediera tendrían que tejerse relaciones, tal vez un convenio e involucrar más al Consistorio con la empresa más importante de Jaén y la que puede alumbrar más perspectivas de futuro.

Alguien ha planteado también la conexión de Jaén con el mundo, asunto fundamental, porque estamos hablando de una estación intermodal y sería empezar la casa por el tejado, lo primero que necesitamos son trenes, buenas comunicaciones y, todavía antes, políticos que luchen por el ferrocarril, que es lo que nunca han hecho y no hay más que observar nuestra lamentable realidad para demostrarlo. En ese ámbito de capitalidad de la que tanto se habla, y de la que ha hecho continuo referente el actual alcalde, Javier Márquez, también tiene que crearse una infraestructura que recuerde, como se ha vendido en la reciente Expoliva, que Jaén es la Capital Mundial del Aceite de Oliva. El PSOE propone un Museo del Aceite y el cabeza de lista de Libres incluso un parque temático dedicado a nuestra principal riqueza. Estos y otros grupos hacen sus propuestas, lo cierto es que es necesario plantearse este objetivo. Es verdad que hay un Museo del Aceite en Geolit, y que costó un buen dinero en su día, pero no es menos cierto, y lo he podido comprobar “in situ” que salvo excursiones de estudiantes y poco más, se trata de un centro sin vida, que ha corrido la misma suerte que el parque tecnológico allí existente, de hecho la Diputación ha tenido que salir a su rescate para tratar de salvar el sueño de una noche de verano, y gracias a importantes empresas que se han ubicado en él porque son ellas las que han salvado el proyecto que ahora quieren reflotar.

Al margen de los asuntos citados hay otros interrogantes que van a dar que hablar en el inminente mandato. Por ejemplo, qué se hace con los barrios olvidados de Jaén y un nuevo reglamento de participación ciudadana, dónde se puede poner énfasis para crear empleo, que es el problema número uno que ha de atajarse en Jaén; cómo se afronta la situación de la deuda municipal y la manera de que no repercuta más en el bolsillo de los ciudadanos, teniendo en cuenta que considerando que dicha deuda esté en torno a los 650 millones cada jienense tocaría a casi 6.000 euros y esto son palabras mayores; creo que ya toca hablar en serio del casco histórico, tan presente en la campaña, como siempre ha sido, aunque nunca se ha hecho nada serio; también será preciso ocuparse de una vez por todas de Jabalcuz, Los Cañones…Asimismo he visto que algunos programas ponen énfasis en la atención a los animales, promoviendo iniciativas de interés. Y, por descontado, sin un urbanismo ágil no se estará apostando por Jaén, de hecho los profesionales del sector de la construcción así como arquitectos, aparejadores, etc., han certificado que la falta de agilidad en la concesión de licencias ha causado severos daños a la economía y al desarrollo de Jaén. Ellos tienen criterio para saber esto y se han reunido con todos los partidos que lo han demandado para transmitirles este mensaje.

Por último, sin agotar todas las asignaturas pendientes que han de abordarse por la próxima Corporación, creo que la mayoría de los jienenses celebraríamos que, gobierne quien gobierne, sea un equipo que sepa defender los intereses de Jaén ante las diferentes administraciones, pero no confrontando, como se ha hecho hasta ahora, sino exigiendo con rigor y con argumentos las necesidades de esta ciudad. El nuevo equipo que asuma la responsabilidad de gobernar Jaén tiene que llamar con buenos modos pero con absoluta contundencia a las puertas de la Administración central y de la Junta de Andalucía, también de la Diputación, para que a partir de ahora no se repitan los procedimientos seguidos durante tanto tiempo, que unos por otros han roto las ilusiones y el despegue de Jaén. Finalmente, ya sabemos que la economía municipal no permite grandes alegrías ni proyectos faraónicos, simplemente no hay dinero, pero la voluntad mueve montañas y la imaginación y la empatía pueden ser cruciales en el nuevo momento que se le abre en Jaén. Solamente necesitamos un gobierno que vea en los problemas oportunidades y que no fantasee ni venda humo sino que se dedique a dar vida a esta ciudad que lo ha aguantado todo y que sigue en edad de merecer.

 Foto: Vista aérea del campus de la Universidad de Jaén.

 

  

 

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