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Lo he escrito en algunas ocasiones cuando las circunstancias lo aconsejaban, pero no tengo inconveniente en repetirlo ahora que es oportuno hacerlo, a la vista de las declaraciones que ha formulado el alcalde de la capital, Julio Millán, rechazando la posibilidad de que el Ayuntamiento acuda como acusación particular en la demanda presentada por la plataforma “Jaén Merece Más” , por la vía penal, y que ha sido admitida por el Jugado número 37 de los de Madrid, contra la decisión del Ministerio de Defensa por la forma en que actuó al otorgar a Córdoba la Base Logística del Ejército a la que aspiraba Jaén. La citada plataforma fue la encargada de canalizar el malestar ciudadano por la respuesta del Gobierno de España, con los detalles que todo el mundo conoce porque se han explicado en multitud de ocasiones desde entonces.

Se recordará, y el alcalde debe tener memoria para ello, que la citada plataforma convocó una manifestación de protesta, con miles de personas participando en ella hasta Despeñaperros, con el también lamentable episodio de las multas impuestas a gente de paz que solo alzaba la voz contra lo que a todas luces se presentaba como una monumental injusticia. Pues bien, hoy, a la vista de las declaraciones tan sorprendentes del primer edil, me pregunto, ¿pero para qué está el Ayuntamiento y todos y cada uno de sus concejales y concejalas, no es para defender en primer lugar y por encima de todo los intereses de Jaén y de los jienenses?, ¿no se tomó nota por parte del equipo de gobierno, entonces conformado de otra manera, de que su deber era estar con el pueblo de Jaén y dar la talla?. El alcalde debe saber que no se puede navegar en la ambigüedad y por tanto que no se puede servir a dos señores a la vez: al pueblo de Jaén y al jefe político. Y hay momentos en los que por dignidad, la suya y la de la ciudad a la que representa, hay que decantarse, y de seguir por el camino elegido, ya sabemos la opción que ha tomado Julio Millán.

Es verdad que en su día los servicios jurídicos del Ayuntamiento no recomendaron la vía penal y sugirieron a la instancia municipal, acertada o equivocadamente, acudir al contencioso administrativo, donde ignoramos el futuro que tendrá, pero una vez que se abre una rendija por el procedimiento penal, lo bueno para el caso que nos ocupa, también lo deseable en defensa de los intereses de Jaén, es utilizar todos los cauces que permita la ley, llegar hasta el final para que se aclare lo ocurrido con la decepción del Colce y a la espera de que a Jaén se le den las satisfacciones que corresponda, según determine el Juzgado competente. Puede que estemos ante un sueño y algún día nos despertemos sobresaltados y con malas noticias, pero las oportunidades están para aprovecharlas, y lo que jamás puede hacer un responsable público es abdicar de lo que entiendo que es su deber, no tener agallas para afrontar este reto y decepcionar a una gran mayoría de jienenses que se han sentido despreciados con la historia de la macrobase, que era el gran milagro para levantar el futuro de Jaén. Del alcalde depende pasar a la historia como un regidor que se rindió por razones políticas o de que se le reconozca, como en la famosa carta a Sánchez, que en una encrucijada difícil se puso al lado de quien más le necesitaba.

Pero hay más, como muchos jienenses ya se están manifestando, ahí queremos ver que este asunto se lleve a pleno, donde el PSOE y la primera teniente de alcalde de Ciudadanos, María Orozco, no tienen votos suficientes para imponerse, y que se retraten todos y cada uno de los corporativos, y la decisión final sea el criterio de la mayoría, pero que nos sirva para tomar nota de dónde está cada cual. La plataforma ciudadana “Jaén Merece Más” puede hacer mucho y está demostrando su compromiso a más no poder, pero lo que no se le pueden pedir son milagros. Ha llegado hasta el trámite judicial, un éxito indiscutible tras unos meses de incertidumbre, pero a la sociedad civil, que es la que se ha movilizado en esta causa, no se le puede exigir por encima de sus posibilidades. Son las instituciones las que deben apoyar personándose como acusación particular cuando están en juego derechos que asisten a la ciudad, con independencia de que nos den o no lo que se reclama, porque lo justo sería hacer un procedimiento en el que cada cual juegue sus bazas y demuestre la potencialidad de su oferta, me refiero a Jaén y Córdoba, entre otras posibles candidaturas, y, por supuesto que queden retratados todos los políticos, del primero hasta el último y las dudas que se han levantado contra ellos, desde los ministros hasta la secretaria de Estado de Defensa pasando por la comisión de notables que aparecieron en todas las fotos relativas a la esperanza Colce para Jaén y que casi por arte de magia han desaparecido, a excepción de María Cantos, seamos justos, porque por algo era la madre de la criatura y las madres nunca dejan de serlo.   

Me gustaría poder decir que Jaén tiene un alcalde con capacidad de liderazgo, valiente, bravo, que es capaz de rectificar y ponerse del lado del que inequívocamente debería estar. No quisiera seguir viendo declaraciones que muestran a un regidor débil, esclavo de su filiación política, justificando su tibieza en una hipotética espera del maná de los fondos europeos, que entiendo cree que podían peligrar si adopta una actitud contundente como máximo representante de una ciudad que desde hace muchos años está en espera permanente. Alcalde, no te lo pienses.

Ah, y por cierto, mi solidaridad, que ya expresé al momento de conocer el lamentable hecho, por las ofensas recibidas por Julio Millán a través Facebook. Quienes se atreven a actuar de esta manera se desacreditan y en este caso el mensaje que recibió el alcalde demuestra el mal uso que tantas veces se hace de las redes sociales, que están infectadas de profesionales del insulto y la provocación, armas que detesto profundamente. La contundencia en las opiniones está totalmente reñida con las faltas de educación y el respeto que se merecen los demás, por supuesto también los responsables públicos, como es el alcalde, al que se puede y se debe criticar, también elogiar el que así lo estime oportuno, pero siempre guardando una mínima compostura. Siento que Julio Millán, como antes otros alcaldes, porque tampoco ha sido el primero, haya tenido que pasar por esta despreciable situación, con trascendencia a lo más sagrado, su familia. La intolerancia se abre paso en esta sociedad tan convulsa que estamos fabricando y estas son algunas de sus consecuencias. Hoy, y en este asunto al que aludo, estoy total y absolutamente al lado de Julio Millán.     

Foto: Julio Millán y su grupo, el PSOE, junto con María Orozco, única edil de Ciudadanos, no tienen mayoría en el pleno del Ayuntamiento de Jaén.

 

 

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