Por ANTONIO GARRIDO / Aprieta el calor, en los últimos días estamos soportando los 40 grados y menos mal que la transición, al menos en las piscinas públicas, parece que ha funcionado. Siempre nos sorprende el calor y buscamos excusas, o nos remitimos el recurrente cambio climático, que existir existe, pese a los negacionistas, pero es más fácil reconocer que en nuestro clima no hay términos medios, pasamos del frío al calor de un día para otro. Lo mismo nos ha pasado con la política, no ha habido tiempo para digerir los resultados de las elecciones locales y ya estamos en la cuenta atrás de las generales del 23 de julio, con la incertidumbre de las formaciones políticas respecto a la abstención, por la fecha escogida, en plena canícula, y, más todavía, sobre qué va a pasar con los pactos del día después, con Vox como diana. La maquinaria está en marcha en la provincia, a punto de la campaña, de los debates, pero sin sorpresas, no esperen que nos prometan nada nuevo, son conscientes de que la lista de espera es tan grande que nadie se atreve a aumentarla. En Jaén nos disponemos a votar, porque hay que votar, pero la moral y la confianza, al menos los que no vamos a piñón fijo, la tenemos bajo mínimos, en resumidas cuentas, mucho discurso previsible y pocos mensajes ilusionantes.
Los ayuntamientos, bien, gracias, o se le supone, entre ellos el de Jaén capital. Estas primeras semanas son para poner en marcha la maquinaria, designar los equipos, y estamos ávidos de conocer las primeras decisiones, entre ellas las liberaciones, los sueldos, estas cosas de comer que seguramente nos les gusta que se digan, pero que forman parte del funcionamiento. En los últimos mandatos municipales ha habido demasiadas liberaciones en relación con el ruinoso panorama económico, se debería encontrar la justa proporción, hay que hacer que el Ayuntamiento actúe como una empresa y cuidar de los recursos, a veces ha habido que denunciar gastos por encima de las posibilidades de un Consistorio hipotecado al máximo y que tiene la obligación de actuar con mesura, porque el dinero público sí tiene dueño y es un bien escaso.
En cuanto a la relación de PP y Jaén Merece Más, los socios de gobierno, ignoro si están aún en luna de miel, pero las incidencias tras el famoso Acuerdo por Jaén donde sí son visibles es en el partido provincialista. Nada menos que el secretario de la junta directiva de JM+ ha renunciado a su cargo, Francisco Javier Marín Gámez, un abogado prestigioso que ha sido los pies y las manos de Jaén Merece Más desde que era plataforma ciudadana y que se implicó en el colectivo a partir de la frustración con el Colce, como otros centenares de jienenses, ha remitido una carta en la que explica los motivos de su decisión, básicamente estar en desacuerdo con la estrategia seguida por el grupo municipal, que en su opinión se aleja de los principios que viene defendiendo el nuevo partido que ha logrado en las recientes elecciones municipales más de 7.000 votos en la capital y tres concejales. Las razones que apunta en la carta más se intuyen que se expresan con absoluta claridad, pero todo hace indicar que en el fondo subyace una crítica a la falta de información de estos primeros días de gobierno compartido, en el que el protagonismo de JM+ ha brillado por su ausencia. Y no se ha actuado con diligencia para dar a conocer a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, las 100+1 medidas del acuerdo, un protocolo firmado ante notario que desde el primer momento hubo el compromiso de transparencia y hasta ahora lo que se conoce es un documento exprés, que al parecer no se corresponde con el original rubricado en la notaría.
A la espera de que alguien aclare estos desencuentros, lo que no admite duda es que la baja de Javier Marín en la directiva, que no en la militancia, al menos así lo explica, es de mucho calado, porque se va uno de los cerebros de Jaén Merece Más, una persona solvente, también muy celosa de su independencia, además de un defensor a ultranza del escrupuloso respeto a los fines fundacionales de Jaén Merece Más, que probablemente entiende que se empiezan a desvirtuar. Falta conocer si la dirección de Jaén Merece Más mueve ficha y si las situaciones que han provocado este malestar, en el que hay que contar también con las personas que Javier Marín tiene detrás, y no son pocas, se pueden revertir, al menos en lo que se refiere al modelo de funcionamiento en el Consistorio, porque de lo contrario estaríamos hablando de un comienzo complicado. De ahí la urgencia en conocer la opinión tanto del hoy primer teniente de alcalde, Manuel Vallejo, que ha sido el candidato número 1 a los comicios locales, estos días desaparecido en combate, o así me lo parece, y por supuesto del presidente del partido, Juan Manuel Camacho. Sólo ellos nos pueden sacar de dudas de la verdadera entidad de la crisis y la carga política que motiva el portazo de una persona conciliadora, que tanto ha hecho por JM+ como es Javier Marín.
El caso es que no ha habido que esperar ni a los cien días de cortesía y bien sabemos que hay asuntos de competencia municipal que no admiten esperas, hay que ponerlos en salida ¡ya! Y estar atentos a los pasos que dé la Junta de Andalucía, cuyo presidente Juanma Moreno, visitó el Ayuntamiento. En las campañas todo vale, o eso nos quieren hacer ver, pero en Jaén la única respuesta posible y urgente son los hechos, como bien sabe el alcalde, al que todo el mundo le empieza a demandar resultados en tanto que él reclama un poco de paciencia. En la nueva Corporación, eso sí, se nota que la mayoría son nuevos y que llegan con ganas, ojalá que sean capaces de mantener este ritmo durante el mandato que dura cuatro años y que el gobierno local que se ha conformado sepa estar al pie del cañón, a las duras y a las maduras. Ya vendrán momentos para la desilusión, para echar el freno, para plantarse ante la evidencia, en especial la falta de recursos, porque corporaciones manirrotas han expoliado nuestro futuro. Pero una cosa es el pragmatismo, poner los pies en el suelo, y otra muy diferente rendirse.
Por lo que respecta a la Universidad, que ahora también concita todas las miradas, el día 4 tomará posesión el rector, Nicolás Ruiz, en San Telmo, ante Juanma Moreno. Hay que estar pendientes de su discurso, si es él mismo, y no me planteo dudarlo, nos sorprenderá un nuevo estilo, al menos más directo, entendible y hasta cierto punto exigente para una institución que lo único que demanda es dignidad. La Universidad y la sociedad tienen que ir de la mano porque la política normalmente es poco de fiar y muchas veces si no la hace a la entrada, la hace a la salida. Un dato muy revelador, otro más optimista de nuestra UJA, es que se trata, entre las universidades jóvenes, de la que mayor impacto genera en el territorio. Ayer fue el ministro de Universidades, Joan Subirats, quien en una visita por el Campus, se sumó a las felicitaciones por tener una institución tan vigorosa. Más argumentos para defenderla frente a todos los riesgos, en especial el de negarle suficiencia financiera para que no crezca. Pero eso no va a ocurrir.
En cultura y ocio estamos en un buen momento. La cita con el Folk del Mundo; el atractivo programa, cada año más sugerente, de Jaén en Julio, y en estas fechas, el Día Oficial del Lagarto de La Magdalena, vinculado con una de las leyendas más famosas de la capital jienense, en torno a la cual se desarrolla una serie de actos en torno a este tesoro del Patrimonio Cultural Inmaterial de España, declarado así hace 14 años, en 2009. Jaén con sus tradiciones.
Foto: Javier Marín (a la derecha), con Manuel Vallejo y Juan Manuel Camacho. (Tomada de noticiasdejaen.es)