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La frase que figura en el titular es muy conocida e invita a dar a cada persona el trato que corresponde a su conducta, a ofrecer el respeto y la consideración debida a quien se lo merezca. Pues bien, a principio del verano tuve conocimiento a través de la siempre lúcida última página del domingo de Juan Espejo, en Diario Jaén, de la jubilación de José Márquez Alcántara, como director comercial de la Caja Rural de Jaén después de toda una vida, casi a punto de celebrar sus bodas de oro profesionales. Conozco bien y desde hace muchos años a Pepe Márquez, y dos sentimientos me embargaron en aquel momento, uno de cierta pena por la pérdida que supone no tener en activo a un personaje que se ha prodigado extraordinariamente en la vida social de Jaén y también de la provincia, hasta el punto de casi dar la impresión de que tenía el don de la ubicuidad. Al tiempo me alegra poderle dar la bienvenida al club de los jubilados (de júbilo) porque le permitirá disfrutar de otras muchas cosas, pues hay vida después de una amplísima trayectoria laboral, recuperar placeres aparcados y, sobre todo, gozar de la familia, que al final es siempre lo más importante que tenemos.

Las propias páginas del diario pueden ser un medidor de la omnipresencia de José Márquez a lo largo de cualquier año durante una larguísima etapa, en la que ha tenido oficialmente el cargo de director comercial, pero sobre todo se ha ganado a pulso ser el hilo directo de la sociedad de Jaén con la entidad que más apoyos concede a cualquier proyecto que se fragüe en este territorio. Su papel ha sido el de pies y manos del presidente, José Luis García-Lomas, del consejo rector y del director general, Enrique Acisclo, para hacer presente la filosofía de la Caja Rural de estar muy cerca de proyectos e inquietudes de los jienenses, a todos los niveles, desde administraciones, instituciones, empresas, asociaciones, colectivos…a todos los sectores ha llegado la comprensión, primero, y el apoyo, después, de la entidad financiera más reconocida y valorada gracias al respaldo económico que presta a todo lo que lleva el nombre o el aval de esta tierra, desde la Universidad hasta la Real Sociedad Económica, pasando por decenas de beneficiarios de la que todos sus recursos se invierten en Jaén y es, con diferencia, el único instrumento financiero que tiene siempre las puertas abiertas y cuyos órganos de dirección se encuentran tan cerca de cualquier iniciativa que pueda surgir.

José Márquez Alcántara ha sido en todo este largo tiempo, pero mucho más en las últimas décadas, un responsable providencial de la Caja Rural, porque ha unido su gran profesionalidad a su deseo de atender a todo el mundo, ha hecho Caja Rural en todos los escenarios por los que se ha movido, siempre ha estado representando con dignidad a la cooperativa de crédito jienense, pero en todo momento ha sabido estar en su sitio, con discreción, con su mejor gesto y la sonrisa sincera y franca en los labios, presto al saludo, a la conversación y al compromiso. La entidad financiera que ha ido afianzando su vocación jienense, arropada por la buena situación de sus balances económicos, no podía tener mejor embajador que Pepe Márquez, que ha dejado el listón muy alto, y que seguro va a hacer posible que se mantenga ese enorme capital que tiene mucho que ver con la confianza y el prestigio de la siempre reconocida Caja Rural.

En definitiva creo que hay que felicitar a los responsables de la entidad, además de al propio José Márquez, porque con su talante y su profesionalidad ha sido un lujo contar con alguien como él en un puesto clave. Y ahora, ya jubilado, le han rescatado para que se incorpore al consejo rector, donde con su experiencia seguro que va a ser un referente como lo ha venido siendo durante tantos años, y va a hacer lo que le gusta, actuar como militante jaenero, que lo es hasta los huesos, seguir defendiendo causas nobles y justas, y echar una mano a todo el que lo precise desde su gran conocimiento y experiencia con todos los estamentos, y, por supuesto, a seguir haciendo grande a la que ha sido su casa, providencial por cierto para hacerla tan reconocida y admirada como hoy lo es.

Creo que Pepe Márquez se merece como pocos un gran reconocimiento por parte de los jienenses, en especial de tantos y tantos que le han buscado en los últimos años y han encontrado en él una respuesta inequívoca y una mano siempre tendida. Y para demostrarle que el trabajo abnegado de esos años en beneficio de la Caja Rural, pero también por amor a Jaén, su tierra y la de todos, no cae en saco roto. Creo que la sociedad jienense en su conjunto está en deuda con Caja Rural y también con José Márquez Alcántara por todo lo que se ha dado. Por eso decía al principio que a tal señor corresponde tal honor. El personaje al que me vengo refiriendo no ha hecho durante su vida activa otra cosa que no sea sembrar, y es cierto que ha recogido innumerables afectos que para él quedan, pero como dijo Cervantes y ahora viene como anillo al dedo, “al buen hacer jamás le falta el premio”. Además alguien escribió que si la única oración que se ha dicho en la vida es la palabra “Gracias” ya es suficiente.  

Foto: José Márquez Alcántara, una vida en la Caja Rural de Jaén, a la que tras su jubilación sigue ligado, ahora en el Consejo Rector.

(Este artículo fue publicado en Diario Jaén el día 28 de septiembre de 2018)

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