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El alcalde de Jaén, Javier Márquez, ha estado hoy en la capital de España, reunido con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al que ha arrancado el compromiso de la Estación Intermodal. Este viejo proyecto fue resucitado por el regidor local en una vista a Madrid en abril pasado, donde se reunió con el secretario de Estado de Infraestructuras y el presidente de Adif, a los que habló de esta aspiración de la capital.

El propio alcalde volvió contento y dijo entonces que la propuesta era “real”, criticando las “banales promesas que nos hicieron hace años”, con referencia al gobierno socialista. Quiero entender por tanto que el gobierno de Rajoy nos va a sorprender en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), si es que hay, y no se prorrogan los actuales a causa de la coyuntura política. Si no es así, si la estación intermodal que tan buena aceptación ha tenido no viene reflejada en ningún documento oficial, tendremos motivos para pensar que se ha tratado de otro brindis al sol y otra renuncia hacia Jaén del gobierno, de este gobierno. A tiempo están de darle respuestas a la ciudad.

El caso es que hace unos meses se presentaba la propuesta, bien intencionada, del alcalde Javier Márquez, de recuperar el proyecto de la estación intermodal, a la luz del nuevo PGOU, un proyecto, dicho sea de paso, que duerme el sueño de los justos desde hace bastante tiempo. Para ser exactos la última oportunidad se produjo a principios del mes de marzo del año 2011, en una visita a la capital jienense del entonces ministro de Fomento, José Blanco, que con esa proverbial locuacidad con la que están dotados algunos políticos, a sabiendas de que no dicen la verdad, anunciaba una inversión de 69 millones de euros para integrar el AVE en Jaén y, en presencia de Carmen Peñalver, pletórica de felicidad, se comprometió a que la firma de los convenios se haría “muy pronto”.

Ahora, casi siete años después, el bueno de Márquez piensa que los Reyes Magos van a seguir en la ciudad y resucita un proyecto que, como todos los que salen a colación en nuestro ámbito local, tiene sus defensores y sus detractores. A pesar de todo el alcalde lo habló en Madrid con representantes del Gobierno, de Rende y Adif. Pero nada más se ha sabido al respecto, hasta hoy, en que de nuevo el alcalde ha regresado pletórico, con la seguridad de que ha conseguido este nuevo logro, que en las actuales circunstancias, sobre todo de orden económico, tiene un alto valor. Ahora la Junta de Andalucía se quedará sin argumentos para negarle la ayuda que el primer edil jienense le va a solicitar, cuando Sevilla tenga a bien dar la cita que desde hace semanas está solicitada.

Recordamos que sobre este proyecto del que no hay concreciones de ninguna clase, que yo sepa, presentaron alegaciones en su día los empresarios del transporte interurbano, opuestos al traslado de la actual estación de autobuses a la zona de Vaciacostales, donde debería ubicarse la estación intermodal, con las estaciones de tren y de autobús, además de la terminal del tranvía cuando funcione si es que alguna vez lo hace. Otro sector que se mostraba inquieto, ya digo hace años, porque la estación intermodal ha sido un argumento socorrido en distintas oportunidades, clarísimamente en clave electoral, era el del comercio, opuesto también al traslado de la estación de autobuses. Los empresarios defendían sus argumentos, aunque la instancia municipal debería tomar una decisión equilibrada pensando en los intereses generales de la capital, es decir, los que corresponden a una ciudad moderna, de futuro y que en ocasiones tiene que vencer muchas resistencias para avanzar. Sin ir más lejos ahora existe con la peatonalización del centro, que, salvando los obstáculos, se ha hecho realidad sí o sí.

En este sentido, de haber llegado el momento para la estación intermodal, lo ideal hubiera sido un amplio consenso político y social, pero lo que no es posible en el despegue de una ciudad como Jaén es contentar a todos. ¿Qué va a pasar ahora? Ni a la Administración central ni a la autonómica las veo con verdadera voluntad de que Jaén pegue un avance considerable en infraestructuras y equipamientos que le hacen mucha falta, o mejor dicho, a lo mejor quieren, pero no con sus recursos, porque este proyecto vale dinero, no es una minucia. Por tanto tendremos que ver hasta dónde están dispuestos a llegar y si por una vez hay motivos para darles la enhorabuena y las gracias.

Volviendo al pasado, el ínclito ministro Blanco, cuando lo fue, otro gran incumplidor, hizo soñar, a los pocos que aún quedan que se fían del valor de la palabra dada, y veían la Alta Velocidad integrarse casi en el centro de la ciudad. Lo peor es que la propuesta fantasma fue realizada en plena crisis, pese a la cual reiteraron que estaba en línea de salida una vez que se firmara, “en días”, el convenio entre el Ministerio de Fomento, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén. Insisto en que han pasado casi siete años, es verdad que estábamos sin PGOU, pero ahora que tenemos Plan General y un alcalde que lo defiende a capa y espada, por algo es suyo, todavía me cuesta trabajo creerme este milagro. Necesito verlo en el BOE y en el BOJA, como Santo Tomás quiero palparlo. Las noticias de prensa quedan bien, son muy agradecidas para los políticos, los de arriba y los de abajo, los de los gobiernos, los de los parlamentos, o los alcaldes y concejales, pero sí, en efecto, ya está bien que lleguen obras de esta envergadura para darle a Jaén un cambio a la modernidad.

 

Foto: La actual estación de ferrocarril de Jaén.

 

 

 

 

 

 

 

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