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Por ALFONSO RODRÍGUEZ MÁRQUEZ / ARQUITECTO

No hay que ser un lince para saber que fue un visionario: un arquitecto que supo innovar y crear una arquitectura que todavía sopla en la nuca del arquitecto actual.

Leed un poco sobre sus principios y sobre el tiempo en que desarrolló su obra… no vendrá mal.

Hoy hace falta otro Le Corbusier: alguien que sepa lidiar con la arquitectura de la vivienda plurifamiliar, que logre hacer una arquitectura asequible, visible… ¡y ojo!, habitable para el ciudadano. Muy habitable.

El ciudadano actual observa y recibe imágenes a través de las redes sociales, imágenes de confort que antes no existían. (Pensad que la arquitectura de la época de Le Corbusier y sus coetáneos llegaba con cuentagotas, a través de revistas especializadas y, desgraciadamente, “filtradas”: solo accedían a ellas los arquitectos más inquietos).

El “futuro Le Corbusier” deberá hacerse valer entre las horribles normativas impuestas y los precios actuales de costes y de suelo. La normativa que sobre… que se quite, por favor.

¡No le será fácil! Creo, incluso, que será casi imposible.

Lo esperan mis hijos, mis nietos… y los hijos de todos.

Para que aparezca, debe hacerse vivienda. Mucha vivienda.

(Ahora no se hace casi nada, solo la vivienda horrible e inasequible que proponen los promotores dueños del suelo, gran problema unido a la falta de mano de obra).

Esta nueva vivienda deberá estar aderezada con los nuevos parámetros comentados y tras su construcción, ser analizada: ver cómo se comporta a nivel económico y social. (La de Marsella fue una solución, pero también una revolución).

Y una vez sea viable —no regalada, como muchos esperan— para el ciudadano, debería tomarse como base y ejecutarse por doquier.

La vivienda es necesaria, y no debe ser un lastre para una vida. Por lo menos no se lo deseo a los míos.

Cinco puntos de una nueva arquitectura:

Pilotes: Se eleva el edificio sobre pilotes finos, liberando la planta baja para usos como el tránsito vehicular y creando espacios abiertos en la planta baja. 

Planta libre: La estructura portante se traslada al perímetro, eliminando los muros de carga interiores y permitiendo una distribución más flexible y adaptable de los espacios. 

Fachada libre: La fachada no soporta la estructura del edificio y puede diseñarse con total libertad, permitiendo mayor flexibilidad en la composición. 

Ventana longitudinal: Las ventanas se alargan a lo largo de toda la fachada, maximizando la iluminación natural y ofreciendo vistas panorámicas. 

Terraza-jardín: El espacio que se ocupa en la tierra al construir se devuelve en la azotea, creando un jardín que sirve como espacio de recreo y ayuda al aislamiento térmico. 

Principios generales:

Funcionalidad: El diseño debe responder a las necesidades funcionales de los usuarios. 

Simplicidad y eficiencia: Se eliminan los ornamentos innecesarios, centrándose en la claridad y la eficiencia del diseño. 

La casa como máquina para habitar: Los edificios deben diseñarse para servir a sus ocupantes de forma precisa y eficiente.

Lo más importante!! Él entendía que la arquitectura sin pensar en el «hombre»no tendría su razón de ser!!

🍀 Suerte al nuevo Le Corbusier.

Foto: El arquitecto Charles-Édouard Jeanneret-Gris, más conocido por Le Corbusier, suizo nacionalizado francés y considerado uno de los más claros exponentes de la arquitectura moderna. Se cumplen sesenta años de su muerte.

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