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Mi querido abuelo, siempre me ha trasladado: “Que el tiempo vales más que el dinero. Siempre puedes obtener más dinero, pero nunca puedes obtener más tiempo”.

Lamentablemente cada hora que pasa ya no vuelve. El tiempo es el que es, y se agota. Lo peor de todo es malgastar un día y pensar que no ocurre nada. Sí ocurre, y mucho. Tú decides a qué dedicas tu tiempo. Tú decides si lo inviertes en una cosa o la otra. Tú decides si ves la televisión o lees un libro. Lo más importantes que tú decides. Las personas de éxito son personas que cuidan escrupulosamente su tiempo. Está claro que si el tiempo es la variable más valiosa de la vida, la pérdida de tiempo es el peor de los derroches.

Lo peor que puedes hacer es no intentarlo, ser consciente de lo que quieres y no ir a por ello,  pasar años en el silencio que hiere, preguntándote si alguna vez se hubiera hecho realidad lo imaginado.

Dicho de otro modo: si no luchas por tus sueños, acabas luchando contra tu realidad. En la vida siempre debemos sufrir una de dos cosas: o el dolor de la inexcusable disciplina (en la búsqueda de lo que deseamos) o el dolor del arrepentimiento (por no atrevernos a hacerlo). Y, como precisa Jin Rohn: “El dolor de la disciplina pesa kilos, pero el dolor del arrepentimiento pesa toneladas”. De verdad, que no hay nada más triste que querer algo y no pelear por ello.  ¿De qué sirve perder antes de luchar?

 

*Manuel Vieites es director del Parador “Antonio Machado” de Soria.

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