Por FERNANDO MIRAS MORENO /
Quiero aclarar antes de nada que estoy en contra de todo lo que suponga violencia e injusticias, sean del tipo que sean, muertes violentas, guerras, etc.
Dicho lo cual quiero pasar a exponer algo que estos días no dejan de preocuparme.
Y es que estamos viviendo un tiempo (meses y años, diría yo), en el que comprobamos la impunidad con la que está actuando el gobierno israelita, con su presidente Netanyahu a la cabeza y máximo responsable del mismo, quienes están masacrando a la pobre e indefensa población gazatí, que está pagando muy dura, injusta y dramáticamente los “graves pecados” cometidos por un grupo de “iluminados” terroristas de Hamás, quienes se creen poseedores de la verdad y en nombre de su dios cometen verdaderas atrocidades (al igual que hacía ETA, en nuestro país, en el pasado reciente) como las del año pasado, el 7 de octubre pronto se cumplirá un año, en el que fueron asesinados más de mil israelitas inocentes.
Y aunque, en su momento, se alzaron voces manifestándose contra esta salvajada, hoy en día, como consecuencia de la bárbara represalia que está ejecutando el ejército israelita sobre la indefensa población de Gaza, todo el mundo ha puesto el grito en el cielo, pidiendo justicia para el pueblo palestino que, efectivamente, no tiene culpa de lo que hagan sus hermanos de sangre y religión (curiosamente los israelitas también son sus hermanos de sangre desde muy antiguo, cuando las tribus de Israel, que leemos en la Biblia, pero no son hermanos de religión).
Vemos las diarias agresiones, mejor llamarlas por su nombre: matanzas, indiscriminadas que comete el ejército israelita, bombardeando constantemente, sin respetar vidas ni viviendas. No respetan la vida de ancianos, niños o periodistas. Les da igual. En su afán por acabar con Hamás siguen matando inocentes, literalmente con las bombas y las balas, pero también con el hambre, al no permitir entrar las ayudas. Es un verdadero genocidio el que se está cometiendo, precisamente por parte de quien lo sufrió en sus propias carnes en la Segunda Guerra Mundial.
No se puede justificar que, porque Hamás esté utilizando a la población gazatí como escudo, se someta, por parte del ejército israelí, a la población a una masacre permanente.
Pero, desde aquí, quisiera hacer una llamada a esos mismos que se manifiestan contra Netanyahu y su política expansiva y destructiva, a que vuelvan sus ojos a lo que está pasando en Ucrania y pongan su voz también contra este conflicto, donde al igual que en Gaza, también hay otro “megalómano”, Putin, que está bombardeando a la población ucraniana de forma indiscriminada, y donde también la población no está segura ante los bombardeos continuos de los rusos, en los que mueren personas y niños inocentes.
Ante este conflicto, el mundo no está reaccionando de la misma manera que con Gaza. De acuerdo que son dos conflictos distintos, pero en ambos mueren niños y gente inocente.
Tanto en uno como en otro, no se respetan los derechos reconocidos internacionalmente y se conculcan todos los días los derechos de las personas.
Es una pena comprobar que quienes no estamos en estos conflictos tenemos dos varas de medir.



