Skip to main content

Por ANTONIO GARRIDO / Aunque durante la pasada semana estuvimos siguiendo a diario el discurrir de la Expoliva, creo que es oportuno hacer unas reflexiones finales ya sin  la urgencia de la agenda de los acontecimientos. Ahora sí, cerró sus puertas una brillante celebración de la Feria Internacional del Aceite de Oliva e Industrias Afines, Expoliva, en su XXII edición. Las expectativas se han cubierto con creces, incluso se han visto aumentadas por la realidad, a lo que ha contribuido el buen tiempo y la disposición del sector por seguir engrandeciendo este acontecimiento bienal que sitúa a Jaén en el principal referente del olivar y del aceite en el mundo, puesto que nadie le va a arrebatar, como lo prueba que casi sesenta países han estado representados estos días en el Recinto Provincial de Ferias y Congresos y se han vuelto a llevar una extraordinaria impresión. Pero sin duda una de las maneras para conocer la opinión que expositores y visitantes se llevan de la Expoliva que acaba de cerrar sus puertas, tras cuatro días frenéticos de actividades, de debates, de degustaciones, de entregas de premios y reconocimientos, de contactos con misiones comerciales, de citas de negocio, etc., es la opinión de los protagonistas del evento, y es ahí donde acaban con los adjetivos: espectacular, impresionante, sin precedentes, magnífica, la mejor de la historia, la mejor feria del mundo del sector…Valoración que hay que agradecer al esfuerzo de los organizadores, un amplio equipo humano tanto de IFEJA, donde trabajan maravillosamente bien, como en la Fundación del Olivar, dependiente de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, que se ha volcado como ha venido haciendo desde el principio y no ha regateado esfuerzos para contribuir al éxito final.

El presidente del Consejo de Administración de Ferias Jaén, Francisco Reyes, y la delegada de Agricultura del gobierno andaluz, Soledad Aranda, una currante muy eficaz que además es sencilla porque no está pendiente de los focos y de los flashes, más a su favor cuando tantos políticos que han pasado por la Feria lo han hecho movidos por la imagen, se han felicitado por los resultados, los parámetros cuantificables posibles. Tampoco podemos olvidar el empleo que genera la Feria, varios cientos de puestos de trabajo directos e indirectos. Por lo que se refiere al simposio científico-técnico, todos los temas más importantes que guardan relación con el sector, su presente y su futuro. Y en el Salón del Aceite de Oliva Virgen Extra, los mejores aceites de oliva del mundo, casi 300, y ha sido visitado por miles de personas acreditadas. No se puede olvidar el interés general y popular del evento, porque una Feria sin gente no tendría sentido y Jaén y la provincia la han vuelto a arropar como corresponde.

Hay que destacar también, por tanto, y muy especialmente, el protagonismo de la provincia de Jaén, que es la primera que tiene que apostar por su Feria del Aceite, cuidarla y mimarla. En este sentido hay que elogiar la presencia de todas y cada una de las empresas participantes, como también el apoyo incondicional del sector olivarero y aceitero, y de de las organizaciones agrarias, que se han dejado ver a cada momento y son una parte importante del resultado de la recién terminada edición. Me van a permitir no obstante que destaque a algunos de los activos con que cuenta la Expoliva, empezando por la Diputación, que está en ella desde el primer momento como anfitriona, por la Institución Ferial, que ella gestiona y el organismo provincial es el principal valedor en la promoción de Jaén y sus productos al exterior. Lo mismo hay que decir de la Caja Rural de Jaén, tan comprometida con el territorio y que es una de las principales patrocinadoras de Expoliva, también desde la primera edición y antes incluso porque su implicación fue tan grande que participó del propio proyecto de la Institución Ferial.

Hay que seguir dando las gracias a la Caja Rural por todo lo que hace en favor del desarrollo económico y social de la provincia, y de manera muy destacada, en relación con el sector olivarero. En Expoliva han estado todos sus dirigentes, presidente, director general y director general adjunto, consejeros, director comercial y un amplio etcétera, en un stand que ha sido de referencia. Una mención singular merece la Universidad de Jaén, que este año ha estado si cabe más presente que nunca en la Feria, con un magnífico stand, y durante estos días ha presentado publicaciones dedicadas al olivar y, sobre todo, algunas de las líneas de investigación que se siguen en la institución universitaria jienense en relación con nuestro principal cultivo y el oro líquido que produce. Este compromiso de la UJA con la Feria es una excelente noticia y una firme alianza de cara a futuras ediciones. Y, cómo no, subrayar la presencia del Ayuntamiento de Jaén, que como ciudad anfitriona, a la que le corresponde ser la Capitalidad Mundial del Aceite de Oliva, no solo ha estado presente sino que ha promovido una serie de actividades para contribuir a amplificar la buena nueva de la celebración de la gran cita de cada dos años, “vendiendo” la Feria, pero también contribuyendo a proyectar la imagen de esta bonita ciudad que tenemos.

Expoliva sigue creciendo y en este sentido tiene que ser un proyecto inacabado porque por muy bien que se hagan las cosas siempre es posible incorporar alguna mejora. Por este motivo no debemos caer en el conformismo ni en la euforia excesiva porque sigue habiendo asignaturas pendientes para otorgar a la Feria la condición de excelencia. Como en años anteriores se ha visto a diario que el recinto se desbordaba, que la zona de aparcamientos sigue siendo insuficiente y que el aparcamiento en cualquier lugar, incluso entre los olivos, si bien no en la medida en que lo veíamos en años anteriores, daña a la vista y a la imagen de un acontecimiento tan importante. Ya sabemos que esto ocurre una vez cada dos años, cierto, pero lo mismo que se ha hecho un esfuerzo económico y un trabajo ejemplar para ir superando todos los retos de la Feria, la organización y las instituciones implicadas deberían estudiar una solución definitiva para que la única sombra que existe en este momento desaparezca. Fórmulas tiene que haber y hay que buscarlas. Creo que expositores, visitantes, jienenses en general, agradecerían que desde el primer momento hasta la clausura de cualquier Expoliva el aparcamiento y los accesos funcionaran como un reloj, y tal vez una idea podría ser la de adquirir algunos terrenos colindantes, acondicionarlos, y establecer una pasarela para llegar al Palacio de Congresos y Exposiciones. Por fortuna en años pasados se acometió el bulevar desde la salida de Jaén hasta Ifeja, que da realce a la zona y de paso se evita que los que van y vienen a Jaén a pie no tengan que sortear obstáculos por las malas condiciones que presentaba parte del camino, ahora es un atractivo paseo. Ese reto está salvado gracias al Ayuntamiento, con los dos equipos de gobierno últimos, dicho sea de paso, ambos comprometidos con este proyecto.

Como jienense, lo diré una vez más, me agrada sobremanera que en nuestra tierra y por gente nuestra, de las administraciones y de las empresas, etc., sean capaces de organizar cada dos años una Feria de la solidez y el prestigio alcanzado a nivel mundial por nuestra Expoliva. En dos años llegaremos a la edición número XXIII y aunque ya digo que la Feria nos hace justicia hay que seguir trabajando para que no decaiga y, todo lo contrario, siga siendo el mejor y más ambicioso emblema y escaparate que pueda exhibir nuestra provincia, que tiene mucho que mejorar en otros aspectos, bien que lo sabemos, pero que igualmente puede presumir de tantas cosas como hace bien, incluida, en un lugar preferente, esta Expoliva que es su joya de la corona. Ahora toca seguir trabajando en lo cotidiano, en ver qué pasa con los aranceles, con los precios, con la moda de las megaplantas solares, con la próxima cosecha…es el sino de nuestro olivar, que da muchas satisfacciones y alguna que otra adversidad, como bien saben los más de 100.000 olivareros censados en el territorio, a ellos qué les vamos a contar, Así que hasta el año 2027, si Dios lo quiere.

Dejar un comentario